José Agustín Ortiz Pinchetti
El intento de privatizar Pemex parece debilitarse. Síntomas: la línea informativa de medios electrónicos y diarios controlados por el gobierno está reduciendo el tema después de la aparatosa campaña para promoverlo. Calderón y Mouriño se inclinan por un “amplio debate” al que se negaron durante meses. Por unanimidad y con aspereza, los diputados federales del PRI rechazaron el diagnóstico elaborado por el gobierno. La resistencia está funcionando. No puede negarse la acción de priístas patriotas, pero la causa eficiente es el veto de AMLO, principal y casi único opositor del gobierno. Sin embargo, no puede descontarse un golpe artero en semanas recientes de este periodo legislativo.
Podría tacharse de incompetente a Calderón y a sus agentes, pero nadie les puede negar perversidad. Atacan en forma oblicua e intentan sorprender con falsas promesas y mentiras. Están atrapados: entre las dificultades de cumplir la reforma que ya “vendieron” en Estados Unidos y las presiones de los inversionistas que la ven como gran oportunidad de negocio. Los panistas no tienen temple patriótico. Hugo Gutiérrez Vega ha recordado la defensa que Efraín González Luna hizo hace más de medio siglo de la industria petrolera nacionalizada (no estoy de acuerdo en llamarle pensador de derecha a Efraín.)
Sobre los priístas hay que decir, que quienes controlan las cámaras son nacionalistas hoy, para estar en favor de la inversión privada mañana si pudieran obtener ventajas jugosas que le arranquen al desesperado Calderón. Ya lo vimos en el caso del desafuero. Recuerdo como Manlio Fabio Beltrones y otros ilustres priístas juraban que no apoyarían a Fox en la aventura, para votar en sentido contrario al día siguiente.
Hay que mantener la guardia en alto. La organización de la resistencia debe continuar. El despliegue de las brigadas el 25 de marzo demostró que tenemos con qué responder. AMLO ha visitado casi todas las capitales del centro y del sur del país. Miles lo han recibido dispuestos a una resistencia civil extrema. Lo numeroso, ordenado y articulado de las brigadas nos ha sorprendido aún a nosotros y seguramente ha alarmado al Cisen.
La resistencia civil pacífica es un instrumento de lucha política que no se ha empleado en México. Su raíz está en el pensamiento cristiano y en los ejemplos de líderes no violentos como Luther King y Gandhi y los jefes de varios movimientos independentistas.
domingo, abril 06, 2008
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