Guatemala, bodega del narco mexicano
CIUDAD DE GUATEMALA.- A las 2:00 de la tarde del 25 de marzo, cuando los habitantes del municipio de Río Hondo, departamento de Zacapa, lidiaban con el sopor, varios hombres armados llegaron en sus vehículos al estacionamiento del balneario La Laguna. Desde el exterior, un bando rival abrió fuego y empezó una batalla feroz con fusiles A-15, AK-47, pistolas 9 milímetros y granadas de fragmentación. Durante 25 minutos se dispararon 400 ojivas y dos de los vehículos fueron incendiados. En aquella escena, que los vecinos consideraron una “auténtica guerra” y que la columnista Silvia Gereda calificó como “digna de las más sanguinarias películas mexicanas”, murieron 11 narcotraficantes.Uno de ellos, que había llegado al lugar en una camioneta blindada, Juan León Ardón, alias Juancho, fue reconocido como un aliado del cártel del Golfo.Otro de los abatidos, Arturo Damián Casanova Montes, supuestamente del cártel de Sinaloa, portaba una credencial de Tamaulipas y la policía lo ubicó en el bando agresor. También vieron allí el fin de sus días los guatemaltecos Héctor Enrique León Chacón, hermano de Juancho; Mateo Asig Xol, Pedro Oswin Olivares Guzmán, Osvaldo García Ruano, Lucas Ichich, Arnold Rosales y Mario René Alvarado, presuntos miembros de la seguridad de Juancho. Conducido al hospital en calidad de herido –junto con Marvin de León Archilla, primo de Juancho, y Marcial Castañeda–, falleció en el nosocomio Harry Giovani Calderón Gálvez.El 29 de marzo se identificó a otro de los muertos, el mexicano Alfonso Martín Angulo Trejo, quien también falleció en el hospital de Zacapa y cuya familia viajó para trasladar su cuerpo a Ciudad Victoria, Tamaulipas.Miembros del grupo atacante huyeron hacia la ciudad de Guatemala, pero en el camino fueron detenidos. Eran los mexicanos, originarios de Nuevo Laredo, Roberto Rodríguez Cárdenas, Roberto León Gómez, Luis Ernesto Lugo Canciano y Rogelio López Cabrera, quien intentó hacerse pasar por guatemalteco.De este último, las autoridades de Guatemala recibieron informes de miembros de la PGR mexicana en el sentido de que podría tratarse de Saúl Sicairos Arredondo, un cuadro importante en la seguridad de Joaquín El Chapo Guzmán concentrado en el trasiego de drogas en la ruta Petén-Campeche, de acuerdo con la Secretaría de Análisis e Información Antinarcóticos de Guatemala (SAIA). También fueron aprehendidos los guatemaltecos Saúl Ricardo Salguero Pérez y Alfredo García García.
Las hipótesis
La primera hipótesis de la policía apuntó a que el autor del ataque había sido el cártel del Golfo, de Osiel Cárdenas Guillén, para el que Juancho trabajó durante años antes de empezar a conseguir su independencia en las actividades del narcotráfico. Otra señalaba que Juancho había entrado en disputa con el cártel de Sinaloa y El Chapo Guzmán por el control del trasiego de drogas. Pero el 8 de abril se detuvo a otras cinco personas, supuestamente mexicanas, que refuerzan la hipótesis de que la parte agresora fue el cártel del Golfo. En una casa de seguridad, donde vivían desde hacía dos meses, fueron aprehendidas personas que se identificaron como Mario Roberto Lima Martínez, Juan González Díaz, Pablo Rodríguez Ordóñez, Arturo Catalán Mata y Manuel Cárdenas Ortiz, quienes aseguraron ser guatemaltecos. Sin embargo, el 15 de abril la policía y la fiscalía guatemaltecas llegaron a la conclusión de que quien dijo llamarse Juan González Díaz, en realidad era Daniel Pérez Rojas, alias El Cachetes. Pérez Rojas, de acuerdo con información suministrada por la PGR a las autoridades locales, está fichado como un personaje clave en el círculo de poder de Osiel Cárdenas, y actualmente del nuevo jefe de ese cártel, Jorge Eduardo Costilla, alias El Coss. Exintegrante de las Fuerzas Armadas de México, Pérez Rojas desertó y se convirtió en un cuadro prominente del cártel del Golfo, y en el segundo líder de Los Zetas. El fiscal contra la Narcoactividad de Guatemala, Giovanni Castro, declaró el miércoles 16 de abril que sospechan que la matanza de Zacapa fue dirigida por Pérez Rojas. Tras el asesinato del narcotraficante guatemalteco Juan León, dijo, estaría un intento del cártel del Golfo por ganar a los grupos locales el control de rutas de trasiego de drogas y fortalecerse en Guatemala, a través de Los Zetas.“Todos los indicios nos hacen pensar en la presencia de un cártel mexicano de manera más activa en territorio guatemalteco”, expresó el fiscal. Más aún, sostuvo, las capturas de mexicanos pertenecientes a Los Zetas en Guatemala “nos presentan un escenario mucho más grande, la presencia de un crimen organizado trasnacional de manera más directa y activa.”En un comunicado emitido el 16 de abril, la PGR anunció que solicitará la extradición de Pérez Rojas, a quien identificó como uno de los militares que desertó para formar el brazo armado del cártel del Golfo, convirtiéndose en uno de los hombres de mayor confianza de Heriberto Lazcano Lazcano, alias El Lazca, y de Eduardo Costilla Sánchez, alias El Coss.
Aliados y rutas
La presencia del narco mexicano en Guatemala data de hace más de una década. De hecho, Joaquín El Chapo Guzmán fue detenido en Guatemala en 1998 y extraditado para meterlo en una cárcel mexicana, de donde huyó. Versiones de la policía apuntan a que sigue operando desde las selvas de Guatemala y Honduras, y el propio presidente guatemalteco, Álvaro Colom, declaró el 27 de marzo que, según indagaciones de la policía local, El Chapo se encuentra en Honduras.Los dos cárteles mexicanos más afianzados en territorio guatemalteco, declaró a Proceso el exsecretario de Análisis Estratégico, Édgar Gutiérrez, son los de Sinaloa y del Golfo.Según el experto, la ruta norte, que comprende los departamentos de Izabal, Alta Verapaz, Petén, Quiché y Huehuetenango, está controlada por el cártel local de los Mendoza, que opera desde Izabal, y el de los Lorenzana, dirigido por Walter Lorenzana, que lo hace desde Zacapa, ambos aliados al cártel del Golfo. En la costa sur y occidente participan cárteles emergentes, más pequeños, como los de Chamalé, Luciano y Serceño, cercanos al cártel de Sinaloa, dirigido por El Chapo Guzmán. El hombre de confianza de El Chapo en Guatemala era Otto Herrera, detenido en junio de 2007 en Colombia después de que en 2005 escapó del Reclusorio Sur de México. La SAIA dice que fue reemplazado por su hermano Guillermo.Una estrategia de su rival, el cártel del Golfo, ha consistido en reclutar a exmilitares guatemaltecos, principalmente kaibiles, en su grupo armado Los Zetas, como se confirmó al detener a tres sicarios guatemaltecos en Michoacán y a otros cuatro en Chiapas.Documentos de inteligencia publicados por Prensa Libre el 1 de abril evidencian que otro grupo presente en el país es el cártel de Juárez, representado en Guatemala por el mexicano Oliverio Acosta y su hermano Fernando, que manejan el tráfico de drogas proveniente de los cárteles de Cali y Medellín, en el norteño departamento de Petén, y coordinan su traslado a México a través del vértice de Campeche y el Río la Candelaria, en el norte de Guatemala.Según el jefe de la SAIA, Pedro Tovar, el trasiego aéreo de droga proveniente de Colombia se concentra en el Petén, plagado de pistas clandestinas, mientras que el trasiego marítimo se produce en el Pacífico. Los cárteles guatemaltecos se encargan “de la recepción, embodegamiento y traslado” de la droga proveniente de Colombia con destino a México y Estados Unidos. “No podemos negar que Guatemala es la gran bodega de los mexicanos. Acá se embodega el producto y se manda al norte”, concedió. Hasta ahora, distintos cárteles guatemaltecos que trabajan para organizaciones mexicanas rivales habían compartido rutas y territorios sin entrar en conflicto, en una especie de pacto. “Juancho se salió de ese pacto, y vinieron a ponerlo en orden”, opinó Gatica.Lo que llama la atención, destacó Vargas, es la fuerte presencia de narcotraficantes mexicanos en territorio guatemalteco. “Antes recibían la droga en la frontera mexicana, pero hoy estamos viendo una invasión de mexicanos por todo el país”.Por regla general, observó Gutiérrez, el control de las rutas locales del narco depende directamente de los cárteles mexicanos. Los narcotraficantes guatemaltecos fungen como intermediarios, y cuando han tratado de ganar independencia, han sido ejecutados o aprehendidos. Ello sucedió con Juancho León y con Otto Herrera, detenido éste cuando negociaba directamente en Colombia.Datos manejados por Gutiérrez indican que en Guatemala pasa y se almacena 70% de la droga que se consume en Estados Unidos, lo que equivale a 400 toneladas de cocaína cada año.Mientras todo mundo coincide en que habrá nuevos enfrentamientos a raíz de la muerte de Juancho, Gutiérrez señaló que “estamos presenciando los resultados de una estrategia de administración de la guerra, en la que la inteligencia de la DEA con sus soportes en El Salvador y su creciente capacidad de coordinación con las autoridades mexicanas permitirían inducir enfrentamientos entre grupos de narcotraficantes para desmantelarlos selectivamente”. Pero, advirtió, hay riesgos de que las confrontaciones “se transformen en una guerra abierta, similar a la que se vive en México”. l
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