Manuel Aguilar Mora
La movilización masiva nacional contra el intento de privatizar por completo a Pemex ha llegado a un momento crucial en el que debe definir con claridad sus objetivos centrales. La toma de las tribunas de las dos cámaras del Congreso, la de diputados y la de senadores, por parte de la mayoría de las bancadas de los partidos que integran el Frente Amplio Progresista el pasado 9 de abril, bloqueó exitosamente el “fast track” concebido por Calderón y los panistas para aprobar el mismo mes de abril las iniciativas de ley para privatizar Pemex del primero. La jauría mediática orquestada por Calderón y los panistas ha demostrado fehacientemente que el golpe les ha dolido pues les complica sus planes.
La gran concentración en el Zócalo efectuada tres días después refrendó la disposición de decenas, cientos de miles de mujeres y hombres movilizados en la lucha contra el PRI y el PAN y su proyecto de entregar a las grandes compañías petroleras extranjeras, en particular estadounidenses y españolas, la mayor riqueza del país.
López Obrador (AMLO) en su discurso durante el gran mitin terminó diciendo que “sólo el pueblo salvará al pueblo, sólo el pueblo salvará a la nación”, convocando a los trabajadores, a los obreros, campesinos, mujeres, estudiantes, al pueblo pobre y explotado a la lucha en tanto los únicos y verdaderos protagonistas capaces de lograr la victoria popular en esta lucha crucial por impedir la total enajenación de Pemex por parte del capital imperialista. O sea, impedir la completa privatización y devolución del petróleo mexicano a las compañías transnacionales 70 años después de que durante la presidencia de Lázaro Cárdenas el pueblo mexicano había expropiado y arrebatado de sus manos esa gran riqueza.
Para AMLO la siguiente etapa es lograr que se dé “un gran debate nacional” en que participen todas y todos los mexicanos para definir el destino de Pemex. Textualmente AMLO dijo “es el pueblo quien tendrá siempre la primera palabra”. Así es, y, nosotros agregamos la primera y también la última, pues no podemos permitirnos dejársela a los senadores y diputados, pues sabemos bien que ellos, en su mayoría panistas y priístas, aprobarían cualquier iniciativa privatizadora.
La tarea de este gran movimiento social, masivo y pacífico, al que se convoca a todos, sin exclusión, quienes estén en contra de la infame intención de ceder a los imperialistas la tajada de león de la gran renta petrolera, es efectivamente enorme. Y es fundamental emprender la campaña de ilustración, de esclarecimiento, de información, de discusión que AMLO propone llevar al último rincón del país, a las organizaciones populares de todo tipo, sindicatos, escuelas, universidades, colonias, sin dejar a ningún ciudadana o ciudadano sin el material que le permita tener conciencia plena de lo que está en juego en este combate nacional crucial en la defensa de Pemex como empresa nacionalizada, no privatizada. Es una labor clave para que la gran fuerza popular consciente e informada se imponga contra los poderosos adversarios que confronta, nacionales y extranjeros.
Pero este “gran debate nacional” debe concluir con la convicción profunda que es necesario impedir el éxito de los propósitos del gobierno panista, sus cómplices priístas y los grandes beneficiarios capitalistas de la privatización. Debe ser también el periodo preparatorio para organizar las grandes acciones y movilizaciones que derrotarán definitivamente cualquier intentona de privatización petrolera en el próximo futuro.
Ya AMLO ha declarado en varias ocasiones que este gran movimiento tenderá a culminar en un PARO NACIONAL. Es esta acción masiva de movilización generalizada en donde el papel de los trabajadores es insustituible, definitivo, determinante.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario