Policía federal
México, D.F. (apro).- El asesinato de ocho policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal en la madrugada del 27 de mayo pasado en Culiacán, la baja más grave en los operativos policiales y militares contra el narcotráfico, fue una muestra de las debilidades con las que el gobierno de Felipe Calderón se embarcó en la guerra contra el narcotráfico.La más acusada es la falta de información de inteligencia con la que se mueven los policías adscritos a la SSP a cargo de Genaro García Luna.García Luna, quien pretende pasar como el modernizador de la policía mexicana, lleva lo que va de la década vendiendo la idea de que su modelo policial está basado en la ciencia y en la investigación, producto de la información de inteligencia.Así lo hizo en el sexenio pasado con Vicente Fox, a quien convenció de “transformar” la desprestigiada Policía Judicial Federal en la Agencia Federal de Investigación (AFI).Más tarde que temprano la AFI se entrampó en acusaciones de corrupción y de protección a la delincuencia organizada por parte de algunos de sus integrantes, que siguieron siendo los mismos de la antigua corporación de la Procuraduría General de la República (PGR).Después convenció a Calderón de que había que unificar en un solo cuerpo a todas las policías federales; en particular a la propia AFI y a la Policía Federal Preventiva (PFP), creada hace apenas una década. Para esta idea, Calderón le ha autorizado millonarias partidas presupuestarias y a año y medio no se ve para cuándo pueda cumplir con lo que él mismo se propuso. Pese a ello, desde hace algunos meses García Luna ya dispuso “la creación” de la “Policía Federal”, a pesar que el Congreso no ha reformado la Ley General de la SSP para darle existencia legal al “nuevo” cuerpo, que en realidad tiene su origen en los militares transferidos desde el Ejército y la Marina.Muy en su estilo, lo que hizo García Luna fue cambiar de gris a azul el uniforme de la PFP y nombrarla “Policía Federal”, y como tal destacarla por todo el país. Y poco a poco les ha incorporado a los egresados de los cursos que organiza en la Academia de la PFP en San Luis Potosí.En todos esos movimientos, ha insistido en que su modelo es el de una policía basada en la inteligencia y no en la reacción.Pero lo que ocurrió en Culiacán lo desdice. Una veintena de sus policías fue emboscada por una célula de los hermanos Beltrán Leyva, el mismo grupo al que la SSP le adjudica la ejecución de Edgar Millán, coordinador de seguridad regional de la “Policía Federal”.Los policías respondieron a una llamada anónima. Llegaron al lugar sin datos corroborados por sistemas de inteligencia. Fueron acribillados en cuanto llegaron. Les dispararon de frente y por detrás con armamento más potente del que llevaban.No es la primera vez que los narcotraficantes asesinan a agentes federales. Ha ocurrido en el mismo Sinaloa, pero también en otros estados de la República y en el propio Distrito Federal, como el caso de Millán, el tercer hombre en importancia de la SSP después del propio García Luna y del subsecretario de Inteligencia Policial, Facundo Rosas.Son muchas y significativas las bajas de García Luna en los operativos. Y no son, precisamente, resultado de lo dice el procurador general de la República, Eduardo Medina Mora: “Le vamos ganando al narco, aunque no lo parezca”. Lo que pasa es que la sociedad, despistada, no se da cuenta.
(30 de mayo de 2008)
Comentarios: jcarrasco@proceso.com.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario