domingo, junio 01, 2008

Sin derechos fundamentales

No es exagerado decir que actualmente en Ciudad Juárez estamos frente a una crisis de los derechos fundamentales, no sólo por las problemáticas que de manera recurrente hemos tratado en este espacio, sino también por las implicaciones que éstas tienen con respecto a otras garantías individuales, de modo que estamos ante un entramado muy complejo de crisis de derechos.


Los que de manera evidente están vulnerados por la situación son básicamente dos, el derecho a la seguridad, terriblemente vulnerado por la situación que se ha generado al convertirse nuestra ciudad en el teatro de operaciones de la lucha del Gobierno Federal contra el narcotráfico; y el derecho a la alimentación, puesto en peligro por la crisis alimentaria mundial y sus efecto que, como hemos comentado en artículos anteriores, resentirá de manera más fuerte esta situación al estar su mercado tan íntimamente ligado con el estadounidense.


Son considerados derechos fundamentales todos aquellos que están vinculados directamente con la dignidad de la persona, lo que a nivel mundial ha sido reconocido como los Derechos Humados y que en nuestro país se traduce a nivel constitucional como Garantías Individuales, reservando en nuestro caso una sutil, pero muy significativa acotación, pues las Garantías son otorgadas por el Estado, por decirlo de manera muy simplificada.


Entonces en nuestro país, los derechos fundamentales no son sólo inherentes a la condición humana, sino que van directamente de la mano de las labores del Estado, en este sentido, la protección de estos derechos está claramente basada en la estructura del Estado, y es a él a quien toca garantizarlos. En nuestra Constitución, las Garantías Individuales se dividen en cuatro grupos básicos, de acuerdo al valor nacional al que están ligadas:
la Igualdad, la Libertad, la Propiedad y la Seguridad Jurídica.


Volviendo a nuestra reflexión inicial, en el caso de nuestra ciudad, que es el caso de muchas otras ciudades en lo que toca a la primer problemática, y del mundo entero respecto a la segunda, el ataque a estos derechos fundamentales es muy evidente y nos ha conducido a esa compleja situación en que se ligan diferentes derechos que no pueden ser ejercidos con plenitud.


Concretamente, las problemáticas que vivimos van ligadas directamente con la imposibilidad de ejercer plenamente nuestras libertades individuales, entendiendo por ello a las Garantías Individuales agrupadas bajo el rubro de las que se refieren a
la Libertad; y también aquellas referentes a la Seguridad Jurídica, pues el ejercicio pleno de ambas va de la mano en la dinámica social.


Así, de estas dos grandes problemáticas se derivan una serie de situaciones de una enorme complejidad que están afectando otras garantías básicas de los ciudadanos juareneses, en el caso de la primera, las implicaciones de la falta de seguridad pública implican un ataque directo a la libre expresión (Art. 6º y 7º), la libertad reunión (Art. 9º), y la libertad de tránsito (Art. 11º). Estos derechos se vulneran de manera evidente en nuestra ciudad día a día como resultado de la crisis de inseguridad.


Respecto a la problemática alimentaria, se están vulnerando de manera evidente las garantías fundamentales ligadas a
la Igualdad, pues esta problemática va conectada directamente a la desigualdad social y sus efectos, así, el derecho a la alimentación previsto como un Derecho Humano va de la mano con el desarrollo pleno. En este sentido, se están afectando sobre todo los Derechos Humanos conocidos como de Segunda Generación, que son los vinculados al ejercicio pleno del desarrollo, entre los que se cuentan el derecho a la vivienda digna, al empleo, a la salud –mental y física-, a la educación, a la propiedad, etc.


En nuestra ciudad la protección de los derechos fundamentales está en segundo plano y la vida de los juarenses no se está ejerciendo con plenitud, para muestra un botón: es un hecho conocido y muy reseñado que el pasado fin de semana circuló vía correo electrónico un mensaje de alerta respecto a la violencia que se viviría en esos días y que pedía a los ciudadanos que tomaran sus previsiones e hicieran circular el mensaje.


Como resultado de esto, la ciudad estuvo desierta, no se veía gente en las calles, los comercios estaban vacíos y algunos ni siquiera abrieron sus puertas, a horas aun tempranas la gente estaba en sus casas sin realizar las actividades que habitualmente se realizan. Más allá de pensar que este hecho fue resultado del terror psicológico que generó el mensaje, lo cierto es que el origen básico es la grave situación de seguridad pública que vivimos y el temor fundado que tenemos todos los juarenses. Lo que estamos viviendo es de la mayor gravedad.


Soy Edna Lorena Fuerte de Cd. Juárez, Chihuahua y mi correo es
ednafuerte@gmail.com para sus comentarios. Muchas Gracias.


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