martes, julio 01, 2008

PANazis HIPOCRITAS!

Objetivo clientelar: encementar la miseria
Materia FECAL convenenciera

Con una intencionalidad político-electoral, el gobierno de Felipe Calderón destina cuantiosos recursos al Programa de Apoyo a Zonas de Atención Prioritaria (PAZAP), pero a la vez intenta marginar de las decisiones político-presupuestarias a los gobiernos de los estados. Más allá de sus objetivos formales, esta iniciativa persigue otro: que los indicadores de pobreza desciendan, así sea artificiosamente, con la finalidad de posicionar al PAN rumbo a las elecciones de 2009 y, por supuesto, para las de 2012. Entre tanto, la consigna de Sedesol es: ¡A poner pisos de cemento en viviendas pobres!Antes de su designación como titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Ernesto Cordero impulsó desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) un nuevo programa social y gestionó que le canalizaran 4 mil 860 millones de pesos, el mayor presupuesto asignado a cualquier programa de la Sedesol, después de Oportunidades.Se trata del Programa de Apoyo a Zonas de Atención Prioritaria (PAZAP), que pasó inadvertido el 31 de diciembre de 2007, cuando apareció publicado en el Diario Oficial de la Federación. Ese día se hicieron ley sus reglas de operación que permiten entregar recursos de infraestructura a ciudadanos organizados sin que medie la autorización de autoridades estatales o municipales.Dos semanas después, Cordero –quien es actuario por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, doctorado en economía por la Universidad de Pensilvania, excoordinador de políticas públicas de la campaña calderonista y amigo personal del presidente Felipe Calderón– dejó la Subsecretaría de Egresos de Hacienda para hacerse cargo de la Sedesol.Al ser nombrado, el nuevo secretario recibió la encomienda presidencial de articular el conjunto de las políticas sociales, con lo que se convirtió, de hecho, en coordinador del gabinete social. Su posición se consolidó a partir de que Calderón presentó la estrategia Vivir Mejor, que agrupa los programas de las secretarías de Salud, Educación, Medio Ambiente y Agricultura, y cuya responsabilidad fundamental recae en la Sedesol. No ha faltado quien, a partir de entonces, considere a Cordero el “delfín” de Calderón.Hasta ahora la propaganda del gobierno federal no ha difundido las supuestas bondades del PAZAP, por lo que éste se ha mantenido en penumbras. Sin embargo, se tiene previsto darlo a conocer a gran escala una vez que sus recursos se traduzcan en pisos de cemento para 650 mil viviendas pobres.La Sedesol instruyó a sus delegados estatales para que 2008 sea recordado como “el año de los pisos”. El cuantioso presupuesto se gastará casi exclusivamente en la colocación de cemento en los pisos de las viviendas de los más pobres, por lo que se pospondrá la construcción de drenajes, letrinas, escuelas, clínicas y plantas potabilizadoras de agua.Del presupuesto global del PAZAP –4 mil 860 millones de pesos–, 3 mil 600 millones se destinarán a infraestructura y mil 260 millones a alimentos en el marco del Programa de Apoyo Alimentario en Zonas de Atención Prioritaria (PAAZAP), que recientemente cambió de nombre. El Programa de Microrregiones, que tiene objetivos similares a los del PAZAP y se coordina desde las mismas oficinas de este último, contará con 2 mil 19 millones de pesos.Desde marzo, la millonaria bolsa es disputada por los estados y la federación, pues no será entregada vía subsidios directamente al bolsillo de los más pobres, como ocurre con la mayoría de los programas de la Sedesol. Los recursos estarán listos para ser ejercidos por los institutos estatales de vivienda o por las constructoras privadas contratadas por los delegados.
Inconformidad en estados
El pasado 26 de febrero, todos los delegados de la Sedesol recibieron un oficio en el que Germán Palafox, director de Microrregiones –el área desde la que se coordina el PAZAP– les fijó la cuota mínima de pisos de cemento que cada uno debía colocar en las viviendas de los municipios más marginados.En su escrito, Palafox les comunicó que la meta “óptima” nacional es construir 650 mil pisos firmes, y la mínima, 550 mil. Para cumplir ese objetivo se decidió marginar al fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares (Fonhapo), organismo que históricamente acordaba con los gobiernos estatales y municipales la realización de obras para vivienda.A comienzos del año, y ya con Cordero al frente de la dependencia, la Sedesol instauró para el PAZAP y otros seis programas una cláusula mediante la cual se eliminaba la posibilidad de que los gobiernos estatales ejecutaran las obras en caso de que no se comprometieran a destinar recursos para los programas federales.En marzo último, los secretarios de desarrollo social de los 18 estados priistas se negaron a firmar con la federación los convenios de desarrollo social que establecen las acciones estatales de combate a la pobreza y acusaron a la Sedesol de centralizar los recursos.“Sedesol invierte 75% de su presupuesto directamente con los ciudadanos sin informar a los gobiernos estatales, y los estados sólo participamos en el 25%, pero este año querían meter una cláusula que decía que ellos, además de todo, iban a decidir quién sería el ejecutor de las obras”, explica en entrevista Omar Garfias, subsecretario de Desarrollo de Sinaloa, entidad que forma parte del bloque de estados inconformes.Desde el inicio del sexenio calderonista, en la Sedesol se ha explorado la idea de armar programas sociales cuyas reglas de operación comprometan a los gobiernos locales a que aporten fondos para combatir la pobreza. Mediante esa reglamentación se pretende impedir que desvíen recursos para infraestructura. El gobierno federal considera que el PAZAP puede ser el instrumento idóneo para estos propósitos.De esa manera se busca que no se repitan casos como el de Coicoyán de las Flores, el municipio más pobre de Oaxaca, que en 2006 fue declarado por el gobierno estatal “libre de pisos de tierra”, a pesar de que los materiales para construir pisos nunca llegaron; o como el de Tlacoachistlahuaca, Guerrero, en donde Calderón arrancó su programa 100x100 y el gobierno estatal reportó en un principio más obras de las que en realidad había realizado.El jaloneo entre la Sedesol y los gobiernos estatales por el manejo de los recursos se prolongó durante casi un mes. Al final, en mayo pasado, el gobierno federal tuvo que retirar la cláusula que excluía a los gobiernos locales. Sin embargo, en su reglamentación el PAZAP prevé la posibilidad de que los ciudadanos, grupos de vecinos, organizaciones de la sociedad civil, así como agrupaciones campesinas e instituciones académicas tramiten la realización de obras, pero hasta ahora no se ha dado a conocer cuánto dinero se destinará a las organizaciones independientes que lo soliciten.En sus reglas de operación, el PAZAP pone énfasis en su “enfoque territorial”. Según personal de la dependencia, lo anterior significa que se harán estudios para determinar lo que le hace falta a cada comunidad, a cada familia y a cada persona, para mejorar sus condiciones de vida. El programa también incluye una cláusula anticorrupción, con base en la cual la dependencia tiene la facultad de frenar las obras si se descubre desvío de recursos.No obstante, para el secretario de Desarrollo Social de Tamaulipas, Manuel Muñoz Cano, “la política social (del gobierno federal) va hacia atrás y está tendiendo a centralizar todos los programas”. Por ejemplo, las entidades priistas inconformes se quejan de que la Sedesol concentra los padrones de destinatarios y a los estados sólo les da el nombre del beneficiario y la localidad, pero no el domicilio ni los datos socioeconómicos que, señalan los funcionarios estatales, permitirían diseñar políticas sociales más eficaces.
Perder el piso
En plena disputa por el destino de los recursos para infraestructura, el PRI y el PRD exploran la posibilidad de reformar la Ley General de Desarrollo Social con el fin de sustituir a la Sedesol por un organismo independiente que opere los programas de combate a la pobreza para que no sean utilizados con fines electorales y sus resultados puedan ser objeto de supervisión.Mientras el destino de la Sedesol se encuentra en discusión, este año Cordero y el PAZAP se estrenan con la colocación masiva de pisos en los hogares más pobres. En los reportes financieros que la Sedesol difunde mediante su sitio en internet se indica que los pisos firmes serán la unidad de medida para evaluar el avance del ejercicio presupuestal del PAZAP.“La prioridad de los delegados es llevarlo todo a pisos de concreto. (Pero) creemos que es una visión miope dirigir los recursos sólo a un tema, pues en cada lugar las necesidades son distintas”, señala el tamaulipeco Muñoz Cano, quien lamenta que en su estado se utilicen todos los recursos para encementar pisos y se releguen otras obras que son fundamentales para el desarrollo.El año que corre es clave para que el gobierno federal intente abatir los índices de pobreza. El motivo: en 2009 el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) levantará su censo de vivienda, y al gobierno calderonista le interesa que los pisos de tierra –uno de los nueve indicadores de marginación– ya no figuren en las estadísticas. Si lo anterior se lograra, México podría avanzar en las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijadas por la Organización de las Naciones Unidas.No obstante que la orden de colocar pisos de cemento fue dada en febrero, reportes internos de la Sedesol indican que al mes de junio las delegaciones no han puesto ninguno. Los pisos que entregó el presidente en su gira por Guerrero, Puebla y Oaxaca corresponden a los construidos el año pasado.Proceso solicitó varias veces una entrevista con Germán Palafox, el director de Microrregiones de la Sedesol, para contrastar la información, pero no obtuvo respuesta.En la página electrónica de Compranet, así como en la de la Sedesol, puede verse que los estados de Guerrero y Baja California Sur son los únicos que han comenzado su proceso de licitación de pisos, el cual dura 45 días. En el resto de las entidades todavía no se inicia, y el riesgo con esos retrasos es que agosto y septiembre son épocas de lluvia, lo que entorpecería las obras.Funcionarios de la Sedesol han explicado que el subejercicio se debe al retraso en la firma de los convenios de desarrollo estatal, porque sin éstos era imposible definir las obras.Pero en cada estado hay distintas complicaciones. En Sinaloa, por ejemplo, están entrampados con los precios. En tanto que el gobierno estatal quiere contratar a gente de las comunidades beneficiarias para que instale sus propios pisos, lo que costaría mil 500 pesos por pieza, la delegación de la Sedesol prefiere contratar empresas, lo cual triplica los costos.En otros estados, como Tamaulipas, hubo tardanza para negociar las obras porque el gobierno estatal se negó a que la prioridad fuera la construcción de pisos. Además, en esas entidades todavía está en proceso la definición de quiénes serán los beneficiarios.De acuerdo con el primer reporte trimestral que la Sedesol entregó a la Cámara de Diputados, entre enero y marzo sólo cuatro de sus 20 programas cumplieron con el gasto y las metas previstos, principalmente los que se basan en transferencias monetarias, mientras que los programas de infraestructura y vivienda eran los más rezagados: el PAZAP, con 5.5% de avance, y algunos, como Tu Casa y Vivienda Rural, con cero avances.El cuello de botella, dicen en la Sedesol, son los delegados estatales de la secretaría. “El gobierno tiene pies de barro”, explica uno de los funcionarios de la dependencia consultados por la reportera.Clara Jusidman, exsecretaria de Desarrollo Social del Distrito Federal y experta en políticas sociales, ha dicho que una de las deficiencias de la Sedesol está en la imposición de políticos y funcionarios que en la mayoría de los casos desconocen la operación de programas. Del total de delegados regionales de la secretaría, 16 son personas vinculadas al PAN, 11 provienen del ramo empresarial y dos de la administración pública federal. Y de esos delegados depende que 2008 sea o no recordado como “el año de los pisos”, y que se refuerce o debilite la idea de que Cordero es el “delfín” de Calderón.

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