jueves, septiembre 18, 2008

IEDF: Entre el parricidio y el suicidio


Los cuatro consejeros que se oponen a la gestión del consejero presidente Isidro Cisneros han demostrado su falta de respeto al estado de derecho e incluso a la propia institución donde laboran. Yolanda León, Carla Humphrey, Fernando Díaz y Ángel Díaz emprendieron una estrategia de provocación que sumió al organismo en una profunda crisis institucional. Después de la ilegal eliminación de su presidente, ahora se aprestan a cometer el suicidio institucional de solicitar la intervención del Instituto Federal Electoral (IFE) para organizar las elecciones de 2009 en la Ciudad de México.
No es ningún secreto que el actual Consejo General del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) ha estado marcado por una conflictividad interna sin precedentes. Una tóxica combinación de intervenciones de actores políticos externos, protagonismos personales y envidias destructivas ha contribuido a enrarecer el ambiente interno del Instituto. Pero por muy disfuncional que sea la convivencia, no se justifica el parricidio, y menos el suicidio.
Habría que recordar que la reforma constitucional en materia electoral del año pasado hizo adiciones a los artículos 41, 116 y 122 de la Constitución que hoy permiten que el IFE pueda organizar las elecciones locales. Estas adiciones forman parte de una visión sumamente centralista y autoritaria de algunos de los redactores de la reforma que buscaban que la autoridad federal pudiera engullir uno por uno los institutos electorales de las entidades federativas. El IEDF podría ser el primero en caer.
Sin embargo, los consejeros inconformes no lo tendrán tan fácil, ya que el Código Electoral del Distrito Federal acota de manera tajante una eventual participación del IFE en las elecciones locales. El artículo 210 del código señala que si bien el IFE podrá coadyuvar a la organización de las elecciones en el Distrito Federal, "de ninguna manera se facultará al Instituto Federal Electoral con atribuciones de decisión sobre el proceso electoral ni para la aplicación de las normas del presente código".
La ilegalidad de la destitución de Isidro Cisneros es tan patente y la actuación de los consejeros opositores tan burda que es difícil imaginar otro propósito que el de la destrucción del propio instituto. Al "determinar la conclusión del cargo del consejero presidente del IEDF", los consejeros inconformes no convirtieron a Cisneros en un consejero más, pues únicamente la Asamblea Legislativa puede nombrar un nuevo consejero, sino que lo expulsaron completamente del instituto electoral. Esta acción viola flagrantemente el Código Electoral, el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal y la Constitución, ya que la destitución de un integrante del Consejo General es facultad exclusiva de la misma Asamblea. Por lo tanto, la demanda de juicio político que ha presentado Cisneros sí cuenta con un sólido fundamento legal.
Habría que recordar que el nombramiento que recibió Cisneros el 23 de diciembre de 2005 fue el de consejero presidente, no de consejero electoral. De acuerdo con la ley, estos dos cargos no son intercambiables. Es cierto que las reformas al Estatuto de Gobierno implementan la figura de la presidencia rotativa, pero tal disposición todavía no ha sido reglamentada en el Código Electoral local y no podrá aplicarse hasta que entren en funciones los nuevos consejeros electorales del año 2013.
Las reformas al Estatuto de Gobierno también obligan a la Asamblea Legislativa a escalonar los períodos de los consejeros electorales. Sin embargo, en los últimos meses tanto el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) como la Suprema Corte de Justicia de la Nación han resuelto que esta disposición tampoco podrá entrar en vigor hasta que los actuales consejeros terminen los períodos para los cuales fueron nombrados.
Estos fallos están basados en el texto del artículo 14 constitucional que consagra el principio de la no retroactividad de la ley. Si un ciudadano ya cuenta con "derechos adquiridos", por ejemplo haber sido nombrado consejero por un período específico, una modificación legal posterior no puede eliminar estos derechos de un plumazo.
Al conocer estas sentencias judiciales, los consejeros del IEDF emitieron un respiro colectivo de alivio. Pero inmediatamente después, cínicamente buscaron aplicar al consejero presidente lo que los diputados locales habían querido aplicar a ellos: su destitución anticipada del cargo.
No hay duda que Cisneros ganará los diversos litigios que ha emprendido ante los tribunales. La suspensión provisional que le otorgó un juez el pasado jueves 11 es un primer indicador en este sentido. A menos que hubiera mano negra, sería muy complicado que en la sentencia definitiva los jueces cambiaran de criterio de la noche a la mañana con respecto a su interpretación del artículo 14 constitucional.
Sin embargo, aunque Cisneros salve su cabeza, todos terminaremos perdiendo. Los consejeros opositores, vinculados con el PAN, el PRI y un sector del PRD, demostraron que están dispuestos a hacer todo lo que esté a su alcance para hundir la credibilidad del instituto electoral y envolver las elecciones de 2009 en la capital del país en una nube de incertidumbre. Habría que estar atentos al siguiente golpe, así como defender sin regateos la independencia y la fortaleza de los organismos ciudadanos que tanto ha costado construir a todos los mexicanos. l

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