miércoles, octubre 08, 2008

La Guelaguetza privada en la mansión de Ulises

Conjeturas

Por Alvaro Cepeda Neri

La distribución de las partidas, con cargo al presupuesto federal, ha pasado por dos o tres etapas. Una fue cuando en el apogeo del presidencialismo del antiguo régimen, el inquilino de Los Pinos unilateralmente las asignaba y favorecía a sus amigos gobernadores consentidos. Y a los que se portaban mal o le caían mal, los castigaba.

Tras el final de esa época, el regateo fue, entre el zedillismo y el foxismo, un manoteo entre el secretario de Hacienda que no quería dar mucho dinero a los gobernadores (ya que éstos se quedaban hasta con lo que les correspondía a los municipios... como hoy en Sonora) algunos legisladores y gestores estatales, mientras el “señor presidente”, como Calderón como el chinito solamente “milaba”.
Por estos días se viven los empujones por lo que se ha convertido en un botín, para ver quién se lleva más a sus administraciones, al fin y al cabo que los gobernadores han encontrado la manera de sacarle la vuelta a los controles y no dan cuentas del destino de esas partidas al son de “matanga dijo la changa y cada quien agarre lo que pueda”.
Así que, verbigracia, el mandamás de Oaxaca, con cuatro años en la tablita de la renuncia y él tan campante, se le ocurrió ofrecer una fiesta con todos los productos de la cocina oxaqueña, un cuarteto cantando las de Alvaro Carrillo (faltaba más) y un ejército de meseros y encantadoras edecanes que colmaron de atenciones a los invitados, como Estefan Chirac (secretario de la Comisión del Presupuesto) y otros legisladores: Carlos Rojas, Samuel Aguilar, Javier Guerrero, Jorge Toledo (favorito para la sucesión) y el gestor Luis Martínez.
A la lujosa mansión de Ulises Ernesto Ruiz Ortiz (dueño de gasolineras en el Distrito Federal) llegaron diputados federales del PRD (muy bien “maiciados”) y de los verdes encabezados por el dueño Emilio González, quien no se pierde ninguna fiesta (así tenga que viajar hasta Monte Carlo, Cancún o a reuniones privadas con su cuate Jorge Kahwagi, etc.).
La reportera Claudia Guerrero (Reforma: 25/IX/08) nos informó que el mezcal y los vinos tintos casi inundan la residencia del señor Ulises quien se muere de la risa de sus críticos, de la APPO, de los maestros disidentes, de Elba Esther Gordillo y no deja de prenderle una veladora al santo de su devoción: Roberto Madrazo, el mismo que dicen que ahora sí, sin trampas, terminó el maratón de Berlín y le dieron su corcholata.
Mientras la fiesta se llevó a cabo, allá por la Secretaría de la Función Pública, se investiga el desvío de 320 millones de pesos destinando a programas de salud para los oaxaqueños quienes no fueron invitados al “reventón” y que se considera una inversión para lograr que le asignen a la entidad (ya vienen las elecciones) más cantidad en las partidas. Aunque la única “partida” hasta ahora es la de que ese dinero no llega adonde debe, ya que Ulises y sus habilidades permite que ni siquiera le revisen las cuentas. Es una tradición la falta de transparencia en Oaxaca y más si de por medio se ofrecen ayudas y mezcal.
cepedaneri@prodigy.net.mx

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