De Blogotitlan
Sus enormes reservas de dólares en su banco central, han convertido a China en la clave del futuro del Amero, si decide aceptarlo como nueva divisa o decide exigir metales u otros bienes a cambio de las carretadas de dólares que recibe sin parar.
Los 1.07 billones de dólares en reservas de divisas que tiene China, son una enorme amenaza al predominio económico de Estados Unidos, que hoy se cimbra por la debacle de su sistema financiero, que arrastra en su caída a sus socios del G-7 que se le unieron en la borrachera neoliberal. Globalizaron la depredación y hoy globalizan la debacle.
Ante ello cobran lógica las revelaciones de embarques de miles de millones de Ameros que llegan a China a fin de sustituir sus reservas actuales en dólares con la nueva moneda que Estados Unidos impondrá el año próximo como medio de cambio y divisa fuerte.
Sólo mediante su China Investment Corporation, el coloso asiático dispone en estos momentos de 200 mil a 300 mil millones de dólares para comprar lo que le venga en gana, donde sea. Pero este año, la CIC aumentará en cerca de 500 mil millones más su disponibilidad de recursos, según pronostica un servicio de inteligencia financiera (Private Equity Intelligence).
"Tal cantidad representa la más grande masa de efectivo que cualquier gobierno jamás haya tenido dispuesta para algo", señala por su parte Straffor, servicio de inteligencia geopolítica.
Luego de que el gobierno de Bush le negó la posibilidad de adquirir una importante petrolera con todo y yacimientos, si se le diera la gana hoy China no sólo podría comprar gigantes como WalMart y hasta Citigroup, sino que puede exigir el pago o conversión de sus vastas reservas de divisas, en medios metálicos (oro, plata, platino o torio) más valiosos que el papel con el que los bancos centrales y sus gobiernos deben respaldar la emisión de moneda.
El gobernador del Banco Central chino, Zhou Xiaochuan, dice que China sólo sigue el modelo de prácticas de entidades inversoras estatales, como las que tienen Singapur, Corea, Kuwait, Noruega y Arabia Saudita. Pero no abunda más sobre lo que pueda decidir sobre sus enormes reservas.
Ello preocupa a algunos economistas y analistas geopolíticos, que ven en el poderío monetario de China un riesgo de turbulencias en los mercados exteriores, la creación de burbujas en los mercados inmobiliarios y de consumo, o un arma política que puede emplearse globalmente.
Sin embargo y por el momento, los chinos ni sufren ni se acongojan. Pacientes y alertas, sólo observan las preocupaciones de quienes se ostentan como los amos del mundo.
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