Debemos tener un espacio de resistencia, señala Luis Javier Garrido en Casa Lamm
Matilde Pérez U.
El llamado a votar por los mejores candidatos de PRD, PT y Convergencia, “por la democracia”, para impedir que el PRI y el PAN avancen en su posicionamiento en el Congreso de la Unión, predominó en la charla Las perspectivas de la izquierda y las elecciones en 2009, realizada en Casa Lamm.
Hay que tener un espacio de resistencia en el Congreso de la Unión, dijo Luis Javier Garrido, colaborador de La Jornada, quien consideró normal que en este momento haya gran incertidumbre y confusión sobre las elecciones, ya que en el país la Constitución es letra muerta y los partidos no son organizaciones que representen a los mexicanos.
Consideró que la situación actual es “grave y de emergencia, y precisamente por eso hay que votar por el mejor candidato de la coalición Salvemos a México. Estamos ante un escenario de fraude electoral por la presión que se ejerce hacia los votantes a través de los medios masivos de comunicación, y por eso hay que defender la Constitución y hacer válidos los derechos sociales de los pueblos”, dijo.
En tanto, Óscar González no descartó que el PRI y el PAN pretendan lograr el “carro completo” en el próximo proceso de julio, pero advirtió que los mejores momentos del neoliberalismo han pasado. “El deterioro del nivel de vida de las mayorías sigue alimentando la incertidumbre y el gobierno es débil e ineficaz, por eso a nadie debe sorprender que por su ilegitimidad e ineficacia el gobierno calderonista pudiera no terminar su mandato; tal vez hay que presionar para que deje su plaza.”
Ante los participantes que acudieron la noche del lunes a la conferencia en Casa Lamm, González los invitó a “dar la batalla en lo electoral” y a continuar pugnando por la refundación del Estado, como hacen los habitantes de diversos países de Latinoamérica.
Luego, Héctor Díaz Polanco pidió tener cuidado con las ilusiones ciegas y mecánicas, y lamentó las divisiones que hay en este momento en la izquierda, sobre todo cuando se necesita de su vitalidad. Agregó que mientras en América Latina hay un cambio de dirección, como indican los movimientos sociales, en México no habrá cambios sin un pacto nacional, lo cual fue planteado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y la izquierda lo dejó en el olvido.
Asentó que el desafío de la izquierda en Latinoamérica y en el país es frenar y revertir los efectos alcanzados por el neoliberalismo, por lo que debe plantear una redefinición del Estado, donde enfatice lo público.
La izquierda en México –abundó– está fragmentada y enconada; por un lado está la postura que mantiene el dirigente nacional del PRD, Jesús Ortega, con una orientación ideológica y principios que “no son propios, sino prestados”, y remitió a los participantes a leer ediciones que sobre la izquierda hicieron Letras Libres y Nexos.
También está la izquierda –continuó– que sostiene una propuesta anticapitalista que “abjura del poder”, y en ella identificó al subcomandante Marcos.
Dijo que la otra apuesta es la que lucha contra el neoliberalismo, y en esa identificó al movimiento ciudadano que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Advirtió que buscar o presionar por la unidad de la izquierda identificada con el subcomandante Marcos y con la que encabeza López Obrador es “seguir sumergidos en la olla negra. El movimiento de soberanía puede impulsar cambios sin arrastrar el ancla de la necesaria unidad con el zapatismo”, acotó.
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