viernes, marzo 06, 2009
A ver qué se siente
En un país en donde la mayoría de la población vive con dos salarios mínimos y lucha por sobrevivir, la decisión de los consejeros fue no sólo ilegítima, sino soberanamente tonta.
Como ejemplo de la indiferencia y el desprecio que tienen los consejeros del Instituto Federal Electoral por el ciudadano común, hace unos días, sin importarles la situación en que vivimos 105 millones de mexicanos y las enormes carencias que padecemos, como jeques árabes se asignaron sueldos mayores que los de muchos magnates del Primer Mundo.
Pero si ellos tienen culpa por avorazados e insensibles, no menos la tienen los legisladores que grillan todo el día, no legislan sobre temas que nos interesan (como seguridad, eliminación de la tenencia, etcétera) y olímpicamente modificaron la Constitución en el Manual de Percepciones de los Servidores Públicos y decretaron asignaciones gigantescas a los consejeros del IFE.
Lo que es legal puede no ser legítimo. En un país donde la mayoría de la población vive con dos salarios mínimos y lucha por sobrevivir en estos críticos tiempos, la decisión de los consejeros fue no sólo ilegítima, sino soberanamente tonta.
Y, como se sabe, no nada más los miembros del IFE tienen esas percepciones, los ministros de la Suprema Corte ganan como pachás, casi el doble que los ministros de la Suprema Corte de Estados Unidos. Y lo mismo podemos decir de los legisladores, de muchos gobernadores y presidentes municipales, síndicos y demás, que se asignan sueldos que ni merecen ni devengan con su actuación.
Desde hace tiempo, varios amigos hablamos sobre este lamentable tema de los sueldos estratosféricos. Parece que viven en otro mundo, se amparan (se ocultan) en la ley, se ríen de nosotros y siguen mamando del presupuesto, como decía mi tía, “no tienen llenadero”.
Y por eso planteo una proposición que debe ser considerada muy seriamente: ellos afirman que su preocupación mayor es el ciudadano, que están atentos a lo que necesitamos y trabajan por el bienestar de cada mexicano, entonces, propongo que durante un mes, solamente un mes, simples 30 días, vivan como vive 50% de los mexicanos.
No pido que se vayan a las selvas de Chiapas o a los desiertos del Mezquital, sino que vivan en la ciudad, en un departamento de interés social del Infonavit, de 60 metros cuadrados, con paredes de tablarroca, grietas en el piso, con falta de agua tres veces por semana, y sin luz cuando hay “cortos” en un transformador; que vivan ahí con el salario promedio, de 109 pesos con 60 centavos (que corresponde a dos mínimos), viajen en Metrobús o en pesera, compren la leche en Liconsa haciendo cola desde las cinco de la mañana, adquieran lo que puedan con el salario mencionado y aprendan a regatear con los marchantes del mercado sobre ruedas, que vayan a la clínica del ISSSTE y esperen cinco horas y no encuentren su medicina, que se queden atorados en la “combi” porque hay una de las mil manifestaciones que bloquean la ciudad, que vivan un mes, sólo un mes, como viven la mayoría de los mexicanos, a ver qué se siente.
Si usted, estimado lector, está de acuerdo, escriba a su diputado (www.diputados.gob.mx), al IFE (www.ife.org.mx ), a la Suprema Corte de Justicia (www.SCJN.gob.mx) y pídanles que vivan así y sientan lo que sentimos los que estamos de este lado.
Para colmo, cobardemente, el IFE se retractó de su absurda decisión y con ello ha mostrado una vez más que ni tiene fuerza ni tiene dignidad. ¡Lástima de IFE! Tal vez después de un mes de vivir como propongo, los consejeros piensen si merecen los ofensivos sueldos que cobran cada 30 días.
raalvare2009@hotmail.com
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