Tour de force Venezuela-EUA
Juan Manuel Bueno Soria∗El ejercicio diplomático conocido como Cumbre de las Américas, ha sido en realidad un tour de force de larga duración y de magnitud continental entre los gobiernos de Venezuela y de los Estados Unidos de América. En efecto, esta lucha comienza en el año 2001 en Quebec, cuando el presidente Chávez asiste por primera ocasión a estos encuentros. Desde entonces, gracias a una serie de atinadas estrategias internacionales, la diplomacia venezolana se consolida como el engranaje fundamental del mundo pluripolar en el nuevo escenario regional frente a los EUA.
En el contexto de la quinta cumbre efectuada en Trinidad y Tobago, los países integrantes de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), a pesar de los esfuerzos previos del presidente Obama y de su equipo, declinaron la firma del comunicado final en un tono de dignidad, soberanía e independencia, al que en adelante deberá acostumbrarse el gobierno de los EUA en su trato con la región.
Aunque el gobierno americano lo minimizó e intentó evitarlo, uno de los principales temas fue la ausencia de Cuba. Previo a la cumbre, la secretaria del Departamento de Estado, Hilary Clinton, acepta que la política de su país hacia Cuba había fracasado. De ello surge una gran interrogante: ¿reconocerán ahora que su política hacia América latina también ha sido un fracaso? En este sentido, la quinta Cumbre de las Américas se convierte en un impasse para Obama y su equipo diplomático, el cual deberá resolverse antes del próximo encuentro continental. En sí, la evolución de estas cumbres es tal vez el recuento de una política equivocada e incoherente por parte de los EUA hacia la región.
1. Las pretensiones perdidas de Washington:
• La primera de estas reuniones se llevó a cabo en Miami, Florida, en 1994, con el objeto de extender a todo el continente el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), recién firmado con México y que se llamaría Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). El presidente Chávez, ferviente promotor de la democracia participativa, asiste por primera ocasión a la reunión que se celebra en Quebec, Canadá en abril de 2001, en la que Estados Unidos plantea la entrada en vigor de este acuerdo comercial para el 2003, pero que por definición de posturas de Asunción, de Buenos aires, de Brasilia y de Caracas quedó la fecha inicial del 2005. En aquella ocasión se solicitó el apoyo de los jefes de estado y de gobierno para firmar la Declaración de Québec, en la que Chávez hace una reserva al punto N° 1, donde se plantea la obligación de los Jefes de Estado para impulsar la democracia representativa, pues para el nuevo modelo venezolano el énfasis debía hacerse en la democracia participativa. En un ambiente de protestas ciudadanas y de represión policial que incluso hizo llegar los gases lacrimógenos a las salas de reunión de los jefes de estado, Washington promovió la llamada Carta democrática que pretendió utilizar contra Venezuela en 2002 y que le funcionó para el derrocamiento del presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide, en 2004.
• La cumbre extraordinaria de las Américas, celebrada en Monterrey, México, en 2004, permitió mostrar las coincidencias políticas entre los presidentes de Argentina, Brasil y Venezuela ante el ALCA. En esa ocasión, ante el fracaso de la lucha contra la pobreza en la región, el presidente Chávez propone de nueva cuenta la creación de un Fondo Humanitario Internacional.
• En Mar del Plata, Argentina, en 2005, Venezuela se anota un gran triunfo diplomático en beneficio de toda la región: Estados Unidos fracasa en su afán de imponer el ALCA. La propuesta del libre comercio para todas las Américas es enterrada. Bush y su comitiva apresuran su salida de la reunión.
• En 2009, en preparación de la Quinta Cumbre de las Américas, Obama ordena el levantamiento de las restricciones a los viajes y el envío de remesas a Cuba. Sin embargo, la medida es considerada insuficiente por los países latinoamericanos y un día antes del encuentro a celebrarse en Trinidad y Tobago, el jueves 16 de abril, Barack Obama, ante la inquietud que le producía la determinación –anunciada públicamente- por los países del ALBA, de no firmar el comunicado final de la cumbre, llamó por teléfono desde México al presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, para evitar el descarrilamiento de la agenda diseñada para la Cumbre de las Américas, según informó el opaco consejero del presidente americano para esta reunión, Jeffrey Davidow. Finalmente, como se notificó, el presidente Chávez ratifica que los países del ALBA no firmarán la declaración final de la quinta Cumbre de las Américas, por considerarla "insuficiente e inaceptable" y además porque "no da respuestas al tema de la Crisis Económica Global, a pesar de que ésta constituye el más grande desafío al cual la humanidad haya hecho frente en décadas" y "excluye injustificadamente a Cuba, sin hacer mención al consenso general que existe en la región para condenar el bloqueo y los intentos de aislamiento de los cuales su pueblo y su gobierno han sido incesantemente objeto, de manera criminal".
De hecho, el futuro de las cumbres americanas se encuentra en entredicho, ya que el gobernante venezolano ha reiterado que "no nos imaginamos una nueva Cumbre de las Américas sin Cuba" y también ha prevenido que este debería ser el último encuentro de este tipo, al considerar que “la verdadera cumbre deber ser la que permita la unión de los pueblos del sur”. Incluso, el presidente de Ecuador, Rafael Correa ha propuesto la creación de la Organización de Estados Latinoamericanos (OELA), como un organismo más cercano a la realidad regional.
En este contexto, el presidente Chávez, conocedor de la fortaleza de su política exterior y de los múltiples apoyos regionales que ha logrado, manifestó al salir de la reunión denominada "el retiro", en tono por demás diplomático, que este encuentro abrió una nueva era en las relaciones entre todos los países del continente.
2. Las fortalezas de la política exterior venezolana:
¿Cómo se integra la fortaleza de la política exterior de Venezuela? La consolidación de Venezuela como el engranaje fundamental del mundo pluripolar puede explicarse en gran medida por la coherencia de su política exterior:
• Coherencia con su fundamento histórico bolivariano. Como lo manifestó el presidente Chávez en su discurso de toma de posesión, en febrero de 1999: Crear “…una confederación de naciones…una… unidad que vaya mucho más allá del intercambio comercial…la unidad de lo que estuvo unido una vez”, “retomar el sueño de la unión entre nosotros, plantearnos una moneda para la América Latina y el Caribe para la próxima década”. En aquella ocasión, también expresó su deseo de que el mundo en el siglo XXI fuera multipolar, como lo es ahora, diez años más tarde.
• Coherencia en sus propuestas. La diplomacia venezolana es previsible y asertiva. Todas las acciones emprendidas en materia de política exterior han sido claramente anunciadas en los discursos del presidente Chávez y de su equipo, tanto en foros internacionales como ante los medios de comunicación. Son acciones sin sorpresas, a las que han sido convocados a participar abiertamente diversos actores internacionales. Las propuestas se han llevado a cabo; la Alternativa Bolivariana para las Américas y Petrocaribe son, entre otras, prueba fehaciente de ello.
• Coherencia con la política interna. A partir del golpe petrolero de finales de 2002 y principios de 2003, la promoción del desarrollo endógeno, una revolución dentro de la revolución, ha sido la plataforma del desarrollo interno y el sustento de la política exterior venezolana.
Por ello, en base a sus fortalezas, la dinámica de la política exterior de Venezuela logra cubrir los frentes más importantes de la arena internacional. Este es el caso de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en donde la propuesta presentada por el representante permanente de Venezuela, embajador Jorge Valero, de convocar a una conferencia mundial sobre la crisis financiera, fue aprobada por consenso el pasado martes 6 de abril por la Asamblea General de la ONU.
Por último, como cierre de este tour de force, y con pleno dominio de la situación, el presidente Chavez anuncia en plena cumbre, noblesse oblige, la nominación de su nuevo representante ante el gobierno de Washington, el embajador Roy Chaderton Matos, profundo conocedor de las artes y las destrezas diplomáticas, hasta ahora embajador ante la OEA, ex canciller y ex embajador ante el gobierno de México. En síntesis, la Quinta Cumbre de las Américas ha demostrado que América Latina es un participante activo y vigoroso del nuevo orden multipolar. Ante ello, ¿mostrará coherencia la política exterior del gobierno de Obama?
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