Los agentes también arremetieron contra periodistas y defensores de derechos humanos
Policías de Puebla utilizaron toletes, escudos y granadas de gas pimienta y mostaza para expulsar a los maestros disidentes que se habían apoderado de las oficinas de las secciones 23 y 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la EducaciónFoto Rafael García Otero / La Jornada de Oriente
Arturo Alfaro Galán
La Jornada de Oriente
Puebla, Pue., 10 de junio. Policías estatales y metropolitanos de Puebla dispersaron a golpes una manifestación de profesores disidentes que se efectuó esta mañana en el centro histórico de la ciudad. Al menos 30 mentores, además de cuatro periodistas, resultaron con heridas leves e intoxicaciones por gases lacrimógenos.
Por la tarde, un grupo de policías de ambas corporaciones desalojó a los mentores que desde hace ocho meses tenían en su poder las sedes de las secciones 23 y 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), ubicadas en colonias del sur y el norte de la capital, respectivamente.
En ambas operaciones los agentes detuvieron a 15 profesores, provenientes de Zacapoaxtla, San Martín Texmelucan e Izúcar de Matamoros, entre otros municipios, a quienes acusan de motín, daño en propiedad ajena, despojo y allanamiento de morada; dos activistas de derechos humanos también fueron apresados, pero por la noche quedaron en libertad.
En demanda de que el gobierno estatal reanude las negociaciones para suspender en Puebla la aplicación de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), integrantes del Consejo Democrático Magisterial Poblano marcharon por el bulevar 5 de Mayo, en dirección a la Casa Aguayo, residencia oficial del gobernador Mario Marín Torres.
El contingente acudió al edificio que los dirigentes de la sección 23 del SNTE utilizan como sede alterna, frente al Congreso local, en el Centro Histórico, pues la suya fue ocupada hace ocho meses por los disidentes.
Los manifestantes desalojaron a los trabajadores del comité ejecutivo seccional, rompieron cristales y entraron al edificio; desde las ventanas arrojaron propaganda del partido Nueva Alianza que estaba almacenada y le prendieron fuego en la calle.
En ese momento al menos 100 policías estatales se abalanzaron contra los mentores con toletes y escudos, y les lanzaron gases pimienta y mostaza.
Los maestros respondieron con piedras, palos y botellas, pero fueron perseguidos por los policías por unas cinco cuadras y replegados hasta las inmediaciones del centro histórico. Unos 200 manifestantes se refugiaron en la iglesia de Santa Inés, a cuatro calles de la catedral metropolitana.
Locales comerciales y la sede del Congreso cerraron sus puertas. Automovilistas, transportistas y peatones se vieron obligados a tomar vías alternas, con ayuda de agentes de vialidad
Al menos cuatro periodistas resultaron heridos: Francisco Rivas, corresponsal del diario Reforma; Viridiana Lozano y Teresa Murillo, reportera y fotógrafo del periódico Cambio, y Óscar Bolaños, fotoperiodista del diario Síntesis. Integrantes de una organización local de derechos humanos fueron golpeados por los agentes.
Por la tarde, la policía estatal retomó el control de las secciones 23 y 51 del SNTE.
Se informó oficialmente que los desalojos se realizaron debido a que hace cuatro meses los dirigentes de las secciones 23 y 51 interpusieron sendas demandas por despojo y daño en propiedad ajena.
En la ciudad de México, maestros de la sección 23 del SNTE denunciaron que hubo 25 profesores detenidos y un número indeterminado de desaparecidos, así como dos lesionados.
Un grupo de docentes, encabezado por Juana Pérez Silva, secretaria de Organización de la región Huachinango, acudió a la redacción de La Jornada para informar sobre las agresiones y maltratos de que fueron objeto decenas de compañeros.
Agregó que fueron “ocho meses de lucha, con la que recuperamos para el movimiento democrático nuestras instalaciones sindicales, a fin de establecer un diálogo con las autoridades para echar abajo la Alianza por la Calidad de la Educación y crear un modelo educativo alternativo.
Responsabilizamos al gobernador Mario Marín y al secretario de Educación de la entidad, Darío Carmona, de cualquier cosa que le haya ocurrido a nuestros compañeros, así como por los excesos cometidos durante el desalojo, agregó otro de los representantes.
Sergio Espinal, secretario del Comité Ejecutivo Nacional Democrático del SNTE, señaló: Ya hay comisiones del magisterio democrático que están recabando datos para preentar la denuncia, pues se hizo un uso excesivo de la fuerza pública y se violentó la vida sindical del magisterio al evacuar por la fuerza instalaciones que son de todos los maestros.
Con información de Laura Poy Solano
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