Zavala, el factotum

Francisco Rodríguez
Indice Político

EL ROSTRO DE pocos amigos con el que muy frecuentemente aparece en las fotografías el señor Felipe Calderón es reflejo de su realidad, pues la meritita verdad es que el michoacano no tiene muchos y ya ha perdido a varios. De carácter hosco, no pocas veces encendida la mecha corta que hace explotar su carácter, el ocupante de Los Pinos ha conformado un equipo ¿de trabajo? en el que los elementos más sobresalientes son aquellos que ocupan cargos públicos merced a sus relaciones amistosas o de compañerismo con la señora Margarita Zavala Gómez del Campo, en el tránsito de ella por la Asamblea de la capital nacional (1994-1997) y por la diputación federal a la LIX Legislatura (2003-2006).
Antes que sumar, Calderón ha perdido amistades. La primera –con quien, dicen, ya recompuso la relación—, el jalisciense Francisco Ramírez Acuña, con el que le unían lazos probablemente hasta fraternos, debido a que el ex gobernador hizo sus pinitos al lado de don Luis Calderón Vega, padre de quien lo despidiera de la titularidad de Gobernación 13 meses después de que lo había invitado al cargo.
Otro, perdido en forma trágica, Juan Camilo Mouriño.
También César Nava Martínez, a quien los chismes de alcoba y otros relacionados con la bohemia, alejaron no sólo de Los Pinos, incluso del cerrado círculo de los pocos afectos que el señor Calderón se atreve a exteriorizar.
Pocos amigos de Calderón. Muchos los de Margarita Zavala.
Así, en los organigramas de la Administración Pública Federal –y del PAN— no sólo aparecen incontables primos, sobrinos y hermanos de la presidenta honoraria del DIF, son aún más quienes a ella le deben el puesto.
A los Gómez del Campo, cuyo mérito es la consaguinidad, súmense nombres como los de José Angel Córdova Villalobos, quien cobra como titular de la cartera de Salud en la Administración federal… Juan Molinar Horcasitas, ex del IMSS, hoy en la SCT y, claro, padre de la novia… Margarita Saldaña Hernández, ex titular de la Delegación Sur del Distrito Federal del Instituto Mexicano del Seguro Social del 2007 al 2009, quien se encuentra actualmente en proceso de selección interna para jefa delegacional de Azcapotzalco… Juan de Dios Castro Lozano, subprocurador en la PGR… Beatriz Zavala Peniche, primera secretaria de Sedesol en el sexenio… sólo por mencionar a algunos de quienes en la anterior Legislatura Federal compartieron curul con la señora Zavala.
Claro que hay otros que ocupan posiciones que son de escaso o nulo “relumbrón”, pero eso sí, todos estupendamente bien pagados por los cautivos contribuyentes mexicanos. He ahí el caso de la amigocha Carla Rochín, quien se encarga de las guarderías “changarro” del IMSS, o de Felipe Vicencio Alvarez, delegado de Sedesol en Jalisco… y muchos otros repartidos en subsecretarías y, sobre todo en oficialías mayores.
A diferencia del más reciente cónyuge de Vicente Fox, la señora Zavala sabe no sólo que “calladita se ve más bonita”, sino que lo mejor es que, discreta, es aún más efectiva: ha sido y es pieza clave en la integración del equipo que acompaña a su marido en los constantes trastabilleos de una Administración fallida.
Parientes y amigos. En la nómina. O beneficiarios de negocios o “arreglones”, cual el caso de la prima “desconocida” en Hermosillo, Sonora.
Una mujer superpoderosa, cual calificara una revista “del corazón” al extinto Mouriño.
A grado tal que, por ejemplo, cuando la relación de fingida cordialidad que Felipe Calderón y Josefina Vázquez Mota se hizo de plano añicos, fue la señora Zavala quien intervino para “convencer” a la ex titular de la SEP que su mejor salida del cargo era la de convertirse en candidata a una diputación federal por la vía plurinominal, lo que no necesariamente le garantizaba el primer papel protagónico de coordinadora de la bancada albiceleste.
No sólo eso. Junto con su hermano Juan Ignacio, Margarita Zavala es también la principal estratega de Acción Nacional en materia mediática. Los spots y anuncios impresos en contra del PRI, los grititos destemplados de Germán Martínez apoyando a FCH y denigrando a quienes no estén con él, todo ello surge de las reuniones en las que ambos hermanos tienen como invitado al publicista hispano José Antonio Solá.
Discreta, a veces mentirosilla, la señora Zavala es el factotum.

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Nada más falta que convoquen a los ciudadanos a no existir. ¿Cuántos ciudadanos nulos habrá?