miércoles, junio 24, 2009

El despilfarro, la frivolidad


No se abre a ninguna forma del optimismo este libro de Jenaro Villamil. Los hombres y mujeres que disponen de los bienes de todos, no existen como políticos apasionados por el bien públi¬co y el noble avance de la nación. Su vida es la del poder y la riqueza, armas de la manipulación. En frases hankistas que se volvieron apotegmas –“un político pobre es un pobre políti¬co”– se resume la sabiduría necesaria para hacerse de un espacio en la vasta cumbre de la nación. La fórmula es sencilla: comprar el tiempo mediático, corrom¬per y corromper, mentir y mentir, aprender que a los aprendices se les puede y debe aprovechar. Así, todo el poder para el polí¬tico rico, todo para la mafia, todo para el Grupo Atlacomulco o lo que de él quede, todo para apoyar a Enrique Peña Nieto, atractivo por su presencia física a costa de la inteligencia y la pulcritud moral. Jenaro Villamil describe la personalidad y analiza la trayec¬toria de Peña Nieto con la precisión del periodista que sabe lo que trae en las manos. El libro tiene un ritmo cuidadoso que va ganando en intensidad hasta las últimas y dramáticas páginas: la muerte de la esposa. El golden boy, el muñeco, el carismático representante de una generación nueva, se vale de todos los recursos a su alcance para crecerse ante los adictos a la frivolidad, despilfarra a manos llenas como si estuviera escrito su ascenso hasta la Presidencia de la República, y en su desmedido afán por mostrarse seductor, un don Juan mexicano del siglo XXI, resbala y cae en la inevi¬table cursilería.

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