*Analizan expertos en un encuentro proyectos de emancipación en América Latina
*Abordan también el golpe de Estado en Honduras
*Los movimientos sociales deben reflexionar
*Abordan también el golpe de Estado en Honduras
*Los movimientos sociales deben reflexionar
Lucía Morett, sobreviviente del bombardeo del ejército colombiano en un campamento de las FARC en Sucumbíos, Ecuador
El periodista José Steinsleger manifestó ayer que es fundamental cerrar filas para defender a la estudiante universitaria Lucía Morett, porque de lo contrario el gobierno de Felipe Calderón la va a entregar a Colombia.
Al participar en el primer Encuentro Nuestroamericano. Articulando y consolidando caminos de emancipación, agregó que si no se consigue revertir políticamente este trámite, no quedará otro camino que la movilización y agotar el procedimiento jurídico.
Sobre el golpe de Estado en Honduras, indicó que fue promovido por integrantes de la mafia cubano-americana y ex funcionarios del gobierno de George W. Bush, entre los que se encuentran Otto Reich, ex subsecretario de Estado para América Latina.
Juan Arancibia, integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, dijo a su vez que en el golpe participó toda la oligarquía hondureña apoyada en sectores del imperio. En este contexto, calificó como impresionantes las declaraciones del ex canciller del gobierno de facto Enrique Ortez, quien en alusión al presidente Barack Obama, señaló que ese “negrito” no sabe nada, y no tiene idea de dónde queda Tegucigalpa.
El investigador cuestionó la posibilidad de dichas expresiones si no hay un apoyo del stablishment de Estados Unidos, el cual ha tenido un doble discurso sobre lo ocurrido en el país centroamericano.
Por su lado, Dolores González, directora de Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz), se refirió a la militarización que se registra en el país con motivo de la lucha contra el narcotráfico, y denunció que se han presentado operativos del Ejército, como en los años 70, cuando los soldados detenían a todos los varones de una comunidad.
Resaltó que el Estado ha colocado a la sociedad en la disyuntiva de seguridad o derechos humanos, ante lo cual, la opción definitivamente debe ser la defensa de las garantías fundamentales. Sin embargo, destacó que a nivel de la población esto no queda tan claro y hay un consentimiento social para afectar los derechos humanos.
Para revertir esta situación, señaló que los movimientos sociales deben hacer un ejercicio de traducción, de sus propias identidades; quién son, qué quieren, por qué y hacía dónde van, pues hoy, la sociedad no entiende qué es lo que plantean los diferentes agrupamientos. En vista de lo anterior, tienen que comenzar a colocar un discurso ante la opinión pública desde códigos de comunicación muy distintos, añadió.
Durante el encuentro, en donde se analizaron los proyectos de emancipación en América Latina y los retos que enfrenta la movilización social, Dolores González puntualizó que hay un enorme descontento entre la población y que ello constituye una fuente integradora de fuerza social muy importante.
Agregó que existen muchos movimientos comunitarios que expresan su inconformidad de diversas maneras. El reto es establecer lazos comunicantes de información y reconocimiento mutuo entre ellos, y a partir de eso procesar la posibilidad de la articulación, subrayó.
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