Enrique Galván Ochoa
Los Saba libraron una batalla perdida
Regalo de 3 mil o 4 mil millones de dólares
Slim Village
Cayó la noche de anoche y terminó sin sorpresas la puja por Aeroméxico, una de las últimas compañías en poder del Estado, antes de que comience la rebatiña por Pemex, CFE y Luz y Fuerza del Centro. Será para la famiglia Banamex que encabeza el ex presidente del Consejo Coordinador Empresarial José Luis Barraza, uno de los más activos participantes de la campaña del terror previa a las elecciones del 2 de julio. La otra aerolínea, Mexicana de Aviación, ya había sido entregada con anticipación por don Bizente, al ex presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios Gastón Azcárraga, otro de los que echaron la carne al asador en la campaña en favor de Felipe Calderón. Los inversionistas mexicano-israelitas Alberto Saba Raffoul y Moisés Saba Masri pujaron con ganas, pero se dieron de topes contra una decisión que, al parecer, venía de Los Pinos. (Se apilan las facturas y hay que ir pagándolas). La oferta de la famiglia es de alrededor de 250 millones de dólares. ¿Tan poquito vale Aeroméxico? No, sólo tres o cuatro aviones cuestan más. Quizá su valor comercial oscila en 3 mil o 4 mil millones de dólares. Sin embargo, gracias a un esquema de ingeniería financiera, la famiglia la recibiría finalmente como regalo: primero, porque Aeroméxico tiene en caja el dinero con el que será comprada. (Abran bien los ojos: el nuevo dueño pagaría la aerolínea con el mismo dinero de la aerolínea). La ley del IPAB/Fobaproa prohíbe que una empresa rescatada, como es Banamex, compre otra también rescatada –con fondos públicos, claro– como es la aerolínea. ¿Se les olvidó?
Los ganadores
José Luis Barraza es un empresario gris; recibirá, sin embargo, como recompensa, el cargo de presidente del consejo de administración. ¿Quiénes integran la famiglia asociada a Banamex? Marisún Aramburuzabala, esposa del embajador de Estados Unidos y una de las herederas del grupo cervecero Modelo; Juan Francisco Beckman Vidal, Grupo Tequila Cuervo; Henry Bremond Pellat, El Puerto de Liverpool; familia Canales Clariond, IMSA; Antonio Cosío Pando, Las Brisas; Valentín Díez Morodo, también de Grupo Modelo; Agustín Franco Macías, Grupo Infra; Eugenio Garza Herrera, Xignus; Ricardo Martín Bringas, Supermercados Soriana; Francisco Medina Chávez, Grupo Fame; Tomás Milmo Santos, Axtel; Maximino Salazar Nava, Desarrollo Ganadero, y Eduardo Tricio Haro, del grupo lechero Lala. ¿Qué sigue? Esperar a que vuelva a quebrar Aeroméxico para que el gobierno la rescate otra vez con dinero de los contribuyentes.
e@Vox Populi
Asunto: Slim Village
Enrique: leí en Internet tu artículo “Triplican su valor edificios de Slim en Centro Histórico”, ya que vivo en Boston. Soy del Distrito Federal y estoy estudiando una maestría en planeación urbana. Me da pena ver cómo México se queda atrás mientras el mundo progresa por personas como tú que se la pasan criticando a la gente exitosa. Para tu información, los edificios del Centro Histórico no son de la fundación, son de una inmobiliaria pública creada para ofrecer vivienda accesible, comercio que pague impuestos, entretenimiento y otros servicios que faltaban en el Centro. Esta inmobiliaria pierde dinero por incentivos que nunca se pagaron durante el gobierno pasado y que tiene otros accionistas aparte de Carlos Slim. La importancia del Centro Histórico va mucho mas allá de su valor artístico o histórico; incrementa la calidad de vida de la ciudad de México. Ésta necesita aumentar la densidad en áreas con infraestructura para prevenir que la ciudad se siga extendiendo, lo cual causa tráfico, esmog, tiempo perdido en el coche, etcétera. Todo esto disminuye tu calidad de vida. Por favor, usa el poder que tienes como columnista para motivar a la gente a crear proyectos que mejoren nuestra ciudad en vez de criticar.
Pablo Aboumrad/Boston
R: Mi estimado Pablo: en primer lugar te felicito porque estás haciendo una especialidad en Boston. ¿Eres de Harvard o del MIT? Necesitamos gente como tú en México, inteligente y bien preparada. Quisiera hacerte una precisión: Marcelo Ebrard llevó a cabo una serie de cambios al tomar posesión. Al fideicomiso que formó el Peje –como dices, una inmobiliaria pública creada para ofrecer vivienda accesible, comercio que pague impuestos, entretenimiento y otros servicios que faltaban en el Centro– ya le restaron facultades. Ahora existe una “Autoridad” a cargo de la historiadora y querida amiga mía Alejandra Moreno Toscano. Se me informa que la fundación es la dueña de los inmuebles de Slim, pero Slim maneja la fundación; no descarto que atrás exista una inmobiliaria. Acepto sin sonrojos que me equivoqué en algo: no se triplicó su valor, quizá se quintuplicó. Sobran personas que compren un predio al precio que tenía antes de que Ebrard limpiara la banqueta de puesteros y ambulantes. Mucho éxito en tus estudios.
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