Miguel Ángel Velázquez
Las voces que pretenden que nada ha pasado en el PRD se han multiplicado en los últimos días con un curioso discurso que invita a la reconciliación y al olvido de las afrentas –por el bien del partido–, aunque queden sin resolver, ni por asomo, las terribles diferencias que existen o que supuestamente existen entre los grupos antagónicos.
Hay quien describe la situación como el pleito de dos astillas que provienen del mismo árbol, es decir, se trata de diferencias, muy profundas, entre dos alas de la socialdemocracia, una de ellas radical, pero a fin de cuentas social democracia, dispuesta a llegar al arreglo que sea y al precio que sea necesario pagar.
Timoratos, dispuestos a aceptar el que parece destino ineluctable, manifiesto, los jefes tribales del ala radical que hasta ahora se mantenían en la idea de no ceder frente a quienes quieren hacer de su partido un apéndice del poder, sin importar el signo político, buscan ahora, bajo el cobijo de la supuesta unidad, palabra mágica que libra todos los pecados políticos, arreglos inconfesables para dar gusto a quienes los pueden emplear en el futuro.
Pero esa misma fachada, la de la unidad, será el argumento que impida que el PRD continúe como hasta ahora, basta con echar una mirada al presupuesto de egresos federal para el ejercicio 2008, en el ramo 23 Provisiones salariales y económicas, en el que la petición de la ex delegada de Venustiano Carranza, Ruth Zavaleta, hoy presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, se convierte en una exigencia del gobierno de Calderón.
Se piden, como lo hizo la militante de Nueva Izquierda, la friolera de 250 millones de pesos para crear infraestructura en el lugar donde se asientan los poderes Legislativo y Judicial, antes aún de que el presupuesto sea negociado por las fracciones políticas.
Como se debe recordar, durante la negociación del presupuesto anterior la delegación Venustiano Carranza, a cargo de la señora Zavaleta hasta el fin del año pasado, aparentemente alcanzó un acuerdo durante las negociaciones del presupuesto 2007 para que la SHCP destinara recursos para la remodelación en torno al Palacio Legislativo.
Además, en el Presupuesto de Egresos 2007 para el Distrito Federal se aprobó una asignación por 247 millones de pesos para el mismo fin, que sería financiada con recursos del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de Municipios y de las Demarcaciones Territoriales del DF (Fortatum).
El dinero nunca se otorgó porque contravenía los términos que establece la Ley de Coordinación Fiscal para el Fortatum. No obstante, la Cámara de Diputados logró un punto de acuerdo para que se diera el financiamiento, y la SHCP propuso a la Secretaría de Finanzas del DF el traspaso de dichos recursos con cargo al ramo 23, que ya citamos.
Con esa idea se elaboró un convenio de otorgamiento de subsidios entre el gobierno federal y el del Distrito Federal, que fue remitido a la Subsecretaría de Egresos de la propia Secretaría de Hacienda, y del que nunca se obtuvo respuesta. Del mismo modo, según se nos informa, Hacienda propuso una transferencia de recursos a la delegación Miguel Hidalgo para financiar una vialidad en esa demarcación, que tampoco se logró concretar por falta de respuesta de la autoridad federal.
Ahora la propuesta de la ex jefa delegacional llega por vía del gobierno federal, que denota un nuevo acuerdo entre la corriente de Nueva Izquierda y el equipo de Felipe Calderón, y los 250 millones de pesos quedarán en manos de la delegación Venustiano Carranza, que gobierna Nueva Izquierda.
Como ya es notorio, los acuerdos bajo cuerda entre la corriente que encabeza René Arce en el DF y Calderón corren sin tomar en cuenta al resto del partido. Otro caso es el de la delegación Iztapalapa, que logró recursos de la Secretaría de Gobernación para solventar los problemas de agrietamiento de la tierra en aquella delegación, mientras que en Alvaro Obregón, que ya suma varios meses clamando por ayuda federal, para casi el mismo fin, no se ha otorgado ni un centavo.
La ruptura en el PRD no es cosa del deseo de unos o el capricho de otros, es simplemente la oportunidad que puede generar el organismo para poner en claro su horizonte. Lo que está roto no es posible unirlo, y el PRD, en su interior, está hecho garras, si no se entiende ahora, tal vez dentro de algún tiempo las soluciones sean tardías.
De pasadita
En este espacio estamos en total desacuerdo con que el monumento a la tontería que se erigió en Boca del Río, Veracruz, se haya derribado. Por el contrario, allí debería quedarse para, una vez al año cuando menos, en ese lugar, con esa estatua, se celebrara el día del burro; pero que nadie se dé por frustrado, hay algún edil en el estado de México que levantará otro de esos monumentos para poder celebrar el día del asno. Menos mal.
Nos permitimos disentir: ningún pueblo con dignidad y que se precie de medianamente razonable puede admitir que se levante una estatua a la tontería y mucho menos al latrocinio.
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