Propone el mandatario de Venezuela en la Cubre Iberoamericana un pacto petrolero regional
Sin nombrarlo, dijo que Aznar es sólo un “fascista”; España expresó su malestar por esas palabras
El gobernante venezolano pidió en la sesión retirar fondos depositados en los países desarrollados
En AL hay más pobres que en África y Asia y más ricos que en Suiza: presidente Rafael Correa
Enrique Gutiérrez (Corresponsal y agencias)
Santiago, 9 de noviembre. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se declaró hoy en desacuerdo con el término “cohesión social” que se debate en la XVII Cumbre Iberoamericana y abogó por hablar sobre “transformación social”, además de proponer la creación de un organismo petrolero regional y abogar por el retiro de las reservas internacionales de los mercados de los países desarrollados.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, como anfitriona de la reunión, ha sido una de las principales abanderadas del concepto, al subrayar que “ésta es la hora de la justicia y la cohesión social”, que en el inicio del foro que reúne a 22 países definió como “nuevo pacto social en y entre nuestros países”.
Aseveró que cohesión social y crecimiento económico no son agendas excluyentes” y que a través de ese mecanismo político se debería “garantizar el acceso universal a los servicios básicos, con “un enfoque de derechos e igualdad de géneros” y, en suma, “resolver de una vez por todas” el problema de la desigualdad.
Pero Chávez, el último de los mandatarios en arribar a Santiago, puntualizó que no le gustaba el término porque también “el infierno podría estar bien cohesionado”. Se preguntó “cómo cohesionar algo que está destrozado” por el neoliberalismo y debilitado al extremo en los países de la región.
Dijo que él prefería hablar de “transformación social rumbo a la justicia social”. Incluso, también tomaron distancia del concepto en cuestión el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, y el vicepresidente cubano, Carlos Lage.
Correa indicó en una entrevista que en América Latina “se puede encontrar más pobres que en África y Asia, y ricos más ricos que en Suiza. Mientras haya esas diferencias sociales insultantes y abismales, dijo, “¿de qué cohesión social vamos a hablar?”.
Lage asentó que Cuba es ejemplo de cohesión social y que ésta nunca será alcanzada en otros países si no se enfrentan a las oligarquías y a “la política criminal” del gobierno estadunidense de George W. Bush, y asentó que tal cohesión social es fruto directo de la obra histórica del presidente Fidel (Castro) y una conquista irrenunciable del pueblo cubano.
Más tarde, en su discurso ante los jefes de Estado y de gobierno de América Latina, España, Portugal y Andorra, el mandatario venezolano afirmó que “son las clases ricas las que quieren mantener su cohesión social”, y preguntó “cómo vamos a cohesionar estas sociedades” con el grado de miseria, de pobreza existente.
Se requiere, dijo, poner sobre la mesa el tema de la transformación. Citó que su par argentino, Néstor Kirchner, hablaba de modelo –de transformar–, y que Venezuela insistirá en la discusión de proyectos nacionales, de un proyecto “gran nacional para nuestra América”.
Tocó al gobernante español, José Luis Rodríguez Zapatero, salir en defensa de la “cohesión social”, como planteó Bachelet, y sostuvo que las políticas sociales no consumen riqueza sino que la crean, que España apoya una política encaminada a reducir las desigualdades en América Latina y que en 2008 destinará unos mil 400 millones de dólares para la ayuda al desarrollo de la región.
Chávez, que llegó a Chile apelando a la canción “no soy monedita de oro para caerle bien a todos”, al proponer un acuerdo petrolero regional, especialmente con Brasil, llamó “magnate petrolero” a su colega Luiz Inacio Lula da Silva tras descubrirse importantes reservas de crudo en su país, y le propuso ingresar a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El venezolano refirió que su país contribuye al desarrollo de América Latina vendiendo petróleo a precios menores a naciones del Caribe y de Centroamérica, defendió su vía socialista, festejó la creación del Banco del Sur y cuestionó que las reservas internacionales de la región estén en las naciones ricas.
También llamó a fortalecer el canal Telesur, condenó las agresiones permanentes de Estados Unidos contra los regímenes de izquierda, rindió homenaje a Salvador Allende y, sin nombrarlo, dijo que el español José María Aznar es sólo un “fascista”. España, expresó su “malestar” por esas expresiones de Chávez.
Desencuentros y encuentros
La cumbre constató el agravamiento de la crisis entre Argentina y Uruguay por el diferendo de la papelera finlandesa Botnia en el río limítrofe, luego que el presidente uruguayo, Tabaré Vásquez, ordenó su entrada en funcionamiento cuando se buscaba un acuerdo ante temores de Argentina por su impacto ambiental.
Esto provocó roces entre el argentino Kirchner y el uruguayo Vásquez. Además, el primero pidió disculpas al rey español Juan Carlos ante esta situación en que él actuaba como mediador.
A su vez, Uruguay cerró un pase fronterizo con Argentina para evitar manifestaciones populares. El presidente uruguayo afirmó que los piquetes en puentes fronterizos con Argentina son comparables con el bloqueo a Cuba.
Al margen de la Cumbre Iberoamericana, Chávez refrendó la “justa” y “legítima” demanda de Bolivia a Chile de tener acceso al océano Pacífico, que perdió hace más de 115 años en una guerra.
De hecho, se anunció una reunión para analizar este tema entre la presidenta chilena, Michelle Bachelet, y el mandatario boliviano, Evo Morales, que se realizará en las próximas horas.
Chávez, por su parte, dijo que quiere reunirse con el presidente peruano, Alan García, para tratar sobre la posibilidad de inversiones en materia petrolera.
Evo Morales también se iba a reunir con Lula en torno al tema del gas, además de otros asuntos bilaterales. El mandatario brasileño tuvo este viernes un encuentro con su colega paraguayo, Nicanor Duarte, sobre temas locales.
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