Por Ricardo Andrade Jardí
Nunca escucharemos ni de la telecracia ni los intelectuales orgánicos a modo de la "Democracia Corporation S.A." la verdad sobre Cuba. Mucho escucharemos, eso sí, de las bondades de la democracia capitalista frente a la Revolución Cubana, mucho nos harán saber los paleros del opresor sistema global, de todo lo que se supone está mal en la pequeña isla caribeña que hace casi medio siglo decidió desafiar al orden mundial y decidir por sí misma su destino. Efectivamente, puede ser que muchas de las contradicciones de la Revolución Cubana se deban a la falta de autocrítica, que por otro lado son el resultado de un permanente asedio económico y militar por parte de los gobiernos de aquel país norteño que promueve la democracia de la hamburguesa y la coca-cola, como valor universal, al tiempo que fomenta y financia dictaduras criminales y políticas golpistas y represivas por todo el planeta.
Las verdades que no escucharemos de la telecracia mexicana o de los seudo intelectuales orgánicos, ocupados de justificar el intervencionismo yanqui con el mentado Plan Mérida, es que en aquella pequeña isla, a tan sólo unas millas al Sur del imperio y a unas más al Norte del patio trasero del imperio, se han priorizado políticas sociales que ningún otro país del globo ha podido garantizar como lo ha hecho la revolución socialista en Cuba, ni las democracias europeas, ni la trasnacional "Democracia Corporation S.A." han logrado generar una sociedad donde la totalidad de sus habitantes tengan igualmente garantizado el derecho y la obligación de la educación, la salud y la alimentación.
Bajo un criminal y vergonzoso embargo económico, la isla comandada por Fidel Castro ha logrado, en medio siglo, abatir pese a su profunda pobreza material, que no espiritual ni humana, la subalimentación y el analfabetismo, garantizando también el mejor sistema de salud pública del continente y sin duda uno de los mejores del planeta.
En declaraciones emitidas el 6 de noviembre por el Relator Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el derecho a la Alimentación, se certifica por este organismo que Cuba es el único país en vías de desarrollo que ha alcanzado y superado las metas de alimentación trazadas por la ONU para el nuevo milenio. Pero estas declaraciones casi inadvertidas por la complicidad telecrática, no carecen de importancia, todo lo contrario, en ellas se pone de manifiesto una vez más la profunda desigualdad que encierra el hipócrita discurso de la "libertad y la justicia" que tanto promueven aquellos que, autonombrados como intelectuales de la "Democracia Corporation S.A.", intentan vendernos la falsa democracia del capitalismo, frente a la libertad y la justicia de una nación criminalmente acorralada por todos los frentes, por el único delito de haber decidido tomar las riendas de su destino en sus manos, al imperio le duele Cuba por el "delito universal" de garantizar "que el niño vaya sano a la escuela porque de esa manera con justicia y cariño" se garantiza la dignidad de los pueblos, la edificación del hombre nuevo hacia la conquista de otro mundo posible.
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