Al menos dos mil animales de corral y domésticos serán enterrados en una inmensa fosa común. (Foto: Efe)
TeleSUR _ 09/11/07
En Tabasco cavarán una fosa de 50 metros cuadrados por ocho de profundidad para enterrar los cuerpos de 2 mil animales domésticos y de corral. Médicos y enfermeras están vacunando a bordo de "caravanas acuáticas".
A medida que el nivel de las aguas del estado mexicano de Tabasco (sureste) baja, el olor fétido, producto de la descomposición de cadáveres, se torna sofocante, afirmaron socorristas de la Cruz Roja estadal. Mientras tanto, en el vecino Chiapas, siguen apareciendo cuerpos sin vida de pobladores de la comunidad Juan de Grijalva, sepultada el domingo pasado por una inmensa ola de piedra y lodo.
Para este viernes, en Villahermosa, capital de Tabasco, cavarán una fosa gigante de 50 metros cuadrados, con una profundidad de ocho metros, para enterrar a por lo menos dos mil cadáveres de animales domésticos y de corral que fueron arrastrados por las inundaciones en el distrito, que hasta ahora dejaron tres víctimas humanas fatales.
"Se va a preparar la fosa con un plástico, se va a echar cal, se va a echar el animal y se les va a bañar con cal y así hasta que terminemos de cubrir la fosa", dijo a la prensa José Asunción Sangüenza, jefe de Recolección de Villahermosa.
Los sectores más afectados por las riadas son los ubicados en la ribera del río Grijalva, que aún permanecen bajo el caudal y asoladas por enjambres de mosquitos con riesgo de dengue.
"Tememos brotes de paludismo, diarrea, cólera, entre otras dolencias, además tenemos que sortear las recurrentes apariciones de culebras nauyaca, cuyo veneno es mortal", explicaron las autoridades sanitarias.
El secretario de Salud dijo al respecto que la emergencia en estas zonas continuará por lo menos tres meses más, porque al bajar las aguas se correrá el riesgo de que se desaten epidemias por los cadáveres de animales y de materiales en descomposición.
Once días después de que intensas lluvias desbordaron los ríos Carrizal y Grijalva, convirtiendo las calles de Villahermosa en canales de hasta tres metros de profundidad, sus caudales han disminuido en tres metros el primero, y en poco más de un metro el segundo.
Ese descenso, ha dejado al descubierto cientos de cadáveres de ganado en estado de putrefacción y cubiertos casi por completo por nubes de mosquitos y moscas.
Para intentar proteger a la población mayoritariamente indígena de Tabasco, las autoridades sanitarias han puesto en marcha planes de vacunación. Pero por el temor de unos 10 mil residentes que temen salir de sus casas y ser víctimas del hampa, médicos y enfermeras vacunan a bordo de "caravanas acuáticas".
El ministerio de Salud ha aplicado 13 mil vacunas contra la influenza, tétanos y hepatitis A y se espera la llegada a la zona del desastre de otras 70 mil dosis.
La tragedia dejó un millón de personas, de las cuales 96 mil 953 fueron evacuadas y cientos de ellas comenzaron a regresar a sus casas para encontrarse que prácticamente todos sus enseres domésticos quedaron inservibles.
En Chiapas, la cifra de fallecidos se elevó a ocho, tras el hallazgo de dos indígenas más. Todavía 20 personas continúan desaparecidas.
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