La opinión de los ciudadanos debe formarse libremente, sostiene el filósofo
Presidencialismo, posturas “casi de rodillas frente a la Iglesia católica” y EU, obstáculos
Ningún actor puede poseer la concesión de más de ocho por ciento del espectro, señala
Fabiola Martínez
México debe avanzar hacia el pluralismo en los medios de comunicación, como vía para que los ciudadanos se formen opiniones libres, regla fundamental de la democracia, advirtió el filósofo político Michelangelo Bovero, considerado el sucesor en la obra del también teórico italiano Norberto Bobbio.
“Urge, quizás también a México, pasar a la tercera regla (de la democracia) conforme a la cual la opinión de todos los ciudadanos debe formarse lo más libremente que sea posible, es decir, en ausencia de condicionamientos e interferencias de informantes, (porque) el problema, evidentemente, es el de la manipulación de la opinión pública”, señaló.
Bovero, doctor en filosofía por la Universidad de Turín, comentó a La Jornada que el proceso de democratización de México se ha topado “con varios puntos de mala suerte”, como el presidencialismo, pero sobre todo con “posturas casi de rodillas frente a la Iglesia católica” y el impulso de políticas cercanas al llamado Consenso de Washington, aspectos que repercuten en la “precondición social” (pobreza) para la compraventa del voto, por ejemplo.
En la coyuntura actual, consideró que la reforma electoral en México –a punto de entrar en vigencia– “va por buen camino”, pero habrá que tener cuidado de no ceder ante tendencias neopopulistas que, “a pesar de los colores rojo o azul”, derivan en una “autocracia efectiva”.
Muchos países sólo aparentan ropajes democráticos
Previamente, durante su participación en un diplomado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Bovero delineó las “reglas de la democracia”, pero acotó que muchos países, incluidos los de América Latina, sólo aparentan vestimenta de democracia.
“No han demostrado una democracia sana, sino una democracia frágil, aparente. Por un lado, han vuelto a la escena los intentos autoritarios (como el caso de Alberto Fujimori, en Perú), así como nuevas formas de populismo demagógico.”
En el caso de México, comentó el filósofo italiano a este diario, después de ser gobernado durante siete décadas por políticos emanados de un solo partido (PRI), se registra un enorme avance, pero se puede ubicar en un proceso con particularidades específicas “pegado por la mala suerte”.
–¿Mala suerte?
–Hay varios puntos de mala suerte. No se ha aprovechado (la coyuntura) para acabar con el presidencialismo, que es un peligro constante para la democracia, y se ha cedido ante tendencias neopopulistas.
Respecto del papel que desempeñan los medios de comunicación, el coautor –con Norberto Bobbio– de la obra Sociedad y Estado en la filosofía moderna y origen y fundamentos del poder político, dejó en claro que es necesario prohibir las concentraciones en los medios de comunicación.
Explicó que es difícil diferenciar si un acto concreto entra en las formas lícitas de la persuasión o en las ilícitas de la manipulación. Sin embargo, sí es posible establecer normativamente las condiciones de un pluralismo de y en los medios de formación de la opinión pública, aspecto que Bobbio denominó la atmósfera de la libertad.
Es necesario, advirtió, prohibir las concentraciones. Ningún actor (en los medios de comunicación) puede tener la concesión de más de ocho por ciento. A mí me parece, agregó, que la experiencia italiana en ese sentido tendría que enseñarle algo al mundo.
“Un régimen no es democrático si no vive en una atmósfera de la verdad, y ésta no subsiste si no se garantiza, precisamente, condiciones mínimas de pluralismo en los medios de información y persuasión”, acotó.
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