Julio Boltvinik
En estas semanas dos importantes testimonios de lo ocurrido en las elecciones presidenciales del año pasado nos brindarán la posibilidad de recordar y profundizar en ese gran trauma: la película de Luis Mandoki, Fraude México 2006, que hoy se estrena. Mucho menos conocido, está circulando, con dificultades, el libro de Pedro Antonio Martínez (PM), Las huellas del fraude (edición ciudadana, 2007, 234 pp.). PM es uno de los integrantes del grupo de “matemáticos” que el año pasado presentamos un grupo de trabajos analíticos ante el TEPJF (Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación) como prueba del fraude. Además del último capítulo del más reciente libro de AMLO (La mafia nos robó la Presidencia, Grijalbo, 2007) donde se presentan importantes datos (y otros elementos) y que comenté en Economía Moral del 20/07/07 y del n° 24 de Desacatos (“México 2006: elecciones y polarización política”, CIESAS), el texto de PM es el primero con análisis sistemáticos sobre el tema.
La obra consta de cuatro capítulos: 1) llenado de las actas en las casillas; 2) el PREP (Programa de Resultados Electorales Preliminares); 3) los cómputos distritales; y 4) el TEPJF. En el prólogo se hace un sucinto relato de todas las ilegalidades y suciedades que ocurrieron antes, durante y después de la elección. En el capítulo 1 se muestran ejemplos de actas (con fotos) en las cuales: se disminuyeron los votos por AMLO, hay confusiones y errores, se sumaron los votos por presidente con los de diputados y senadores, y se le inventaron votos al PAN. El autor optó por dar ejemplos de 42 casillas (0.6 por ciento de un universo de 6 mil 600 con irregularidades similares), más que por el análisis sistemático de datos. Logra con ello transmitir que más que errores hubo dolo en muchos casos. Concluye que si se hubiesen corregido esas casillas la diferencia real entre el PAN y la CBT (Coalición por el Bien de Todos) disminuiría en 3 mil 142 votos (85 votos por casilla en una elección en la cual la diferencia se podría explicar por un solo voto de AMLO transferido al PAN en cada casilla).
En el capítulo 2, PM señala que el PREP “fue manejado para distorsionar la percepción que el público tenía del resultado”, para “propagar la idea de que el PAN ganaba de principio a fin”. Pero eso, dice, dejó múltiples huellas. En el capítulo 3, sostiene que, concluido el PREP, “tocaba ahora a los funcionarios del IFE sostener a cualquier precio la ventaja ilegítima del PAN”. El capítulo 2 inicia analizando las “actas prematuras” del PREP, extrañas actas que tienen fecha de recepción en los lugares de captura del 1° de julio, día anterior a las elecciones, (73 actas) y mil 455 actas del 2 de julio, pero hora de recepción anterior al cierre de casillas. La ventaja del PAN en el primer grupo es enorme (52 por ciento vs 21 por ciento de AMLO). PM supone que no son errores, ya que el propósito era que el PREP mostrase desde el principio que el PAN ganaba y para ello era necesario que hubiera algunas actas preparadas favorables a Acción Nacional desde antes del inicio del programa.
A lo largo de la captura (y difusión) del PREP se utilizaron varios estratagemas o algoritmos, dice PM, que en conjunto buscaron afectar la percepción del electorado. Así, las casillas capturadas hasta las 8 de la noche, cuando empezaron a hacerse públicos los datos, provenían sólo de 46 distritos de 18 entidades de las cuales 11 se inclinarían al final por el PAN y sólo 7 por AMLO (si no hubiese habido algoritmo, se esperaría que la proporción fuese similar a las 16 entidades ganadas por cada uno). Esto lo lleva a concluir que hubo una maniobra orquestada desde antes de la elección, es el hecho que el mismo sesgo a favor del candidato del PAN se presenta en casi todos los estados, lo que según PM no puede ser explicado por la diferencia entre el medio urbano y el rural en las preferencias y las horas de llegada de la información. Aunque la complejidad de este capítulo requeriría análisis detallados que rebasan el espacio disponible, recordemos el grave asunto de las 11 mil actas inconsistentes (8.5 por ciento del total) en las cuales gana López Obrador y el PAN queda en tercer lugar y que se ocultaron (ya cerrado el PREP) hasta que AMLO denunció su ausencia.
Muy interesante resulta la clasificación en 5 fases de los datos del PREP que lleva a cabo PM, de las cuales el PAN gana 2, AMLO 2 y el PRI 1. Concluye este capítulo diciendo: “Hemos mostrado las huellas de la serie de mecanismos que se organizaron alrededor del PREP, para que la mayoría de las actas donde ganaba el PAN (gracias a votantes o a funcionarios de casilla) llegaran rápidamente a los centros distritales y fueran capturadas de inmediato, mientras que muchas actas donde ganaba la CBT fueran capturadas lentamente (¿serían los capturistas o el programa de captura?)”.
Dicho esto, anuncia que en el capítulo 3 se verá cómo “le tocaba ahora a los funcionarios del IFE sostener a cualquier precio la ventaja ilegítima del PAN: se hicieron de la vista gorda ante actas con votaciones notablemente ilegales favorables al PAN; recontaron casillas donde había votos que beneficiaban a la CBT (o donde el PAN tenía votos ‘de menos’) o capturando dolosamente los votos de la CBT, mientras que agregaban votos inexistentes al PAN”. Al concluir este apartado señala que se constató cómo funcionarios distritales del IFE no corrigieron el error o el dolo observado en las casillas e incluso lo certificaron en ciertos casos; cómo algunas actas fueron sustituidas y cómo la captura distrital contribuyó a aumentar falazmente la diferencia (en total, 97 votos en cada una de las 41 casillas usadas como ilustración). Libro interesante que habré de seguir analizando junto con la película de Mandoki y el número 24 de Desacatos. El libro sólo puede adquirirse en la librería Morgana (Colima 143A, colonia Roma) y Foro Shakespeare (Zamora 7, Col. Condesa). ¡2 de julio no se olvida!
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