Pedro Echeverría V.
Rebelión
1. En su segundo día de visita oficial a México, Dimitri Negroponte, director de Inteligencia Nacional de EEUU, se reunió en privado con los altos mandos policíacos y de seguridad del país: con el titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Eduardo Medina Mora; los secretarios de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, y de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, así como con directivos de medios de información y especialistas del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, en una apretada agenda de cabildeo sobre la llamada Iniciativa Mérida o Plan México. La noche anterior, acompañado por el embajador yanqui Antonio Garza, lo hizo, por más de dos horas, con los coordinadores de PRI, PAN y PRD en el Senado de la República. Los funcionarios de gobierno se pusieron a las órdenes de ese delincuente internacional que, por criminal, hace muchos años debió ser ejecutado en la silla eléctrica.
2. Es innegable: Dimitri Negroponte es un delincuente internacional. Ingresó a la carrera diplomática durante el gobierno de Eisenhower, cuando recién concluía sus estudios después de cursos intensivos en los servicios de inteligencia militar, alrededor del año de 1960. Antes de integrarse al Consejo de Seguridad Nacional, se especializó en los servicios de inteligencia del Pentágono yanqui (edificio en forma pentagonal que alberga el cuartel general del Departamento de Defensa estadounidense, en Arlington, Virginia. Fue construido en 1943, pero en septiembre de 2001 sufrió un avionazo que destruyó una de sus alas) Muchos preguntaron: ¿Por qué no fue arrasado con todos los agentes de la CIA, del FBI y los jefes de defensa yanqui adentro? Posiblemente no era para tanto porque esos policías y ejército yanqui (que han asesinado a cientos de miles de inocentes) sólo han obedecido órdenes de sus jefes: presidentes y altos militares.
3. No se conoce el papel que Negroponte (personaje siniestro) jugó cuando fue invadida Cuba (1961), Vietnam (1964), Dominicana (1965), Panamá (1966), etcétera; pero de 1971 a 1973 es miembro del Consejo de Seguridad Nacional para Vietnam y hace pareja con Henry Kissinger, el embajador plenipotenciario del presidente Richard Nixon. Desde entonces Negroponte se mueve en el primer plano de la política internacional, sobre todo cuando en 1973 fue derrocado y asesinado en Chile el presidente Salvador Allende. Si bien Kissinger, como secretario de Estado, con sus grandes maniobras diplomáticas era como Bismark (el famoso Canciller de hierro alemán), quien ejecutaba y dirigía las órdenes fue el poderosísimo agente de la CIA Negroponte. Se le atribuyó la muerte de más de 40 mil vietnamitas en la Operación Fénix que él coordinó en la embajada de Vietnam del Sur, mil 800 asesinatos al mes.
4. ¿Cuál fue la participación del consejero de seguridad, Dimitri Negroponte en el magno escándalo (1972/75) del hotel Watergate, que reveló las actividades de espionaje contra el Partido Demócrata ordenadas por el presidente Nixon? Como miembro de la Central de Inteligencia seguramente tuvo mucho que ver, pero al parecer salió limpio (una vez más) porque supo moverse en los entretelones de la diplomacia. La culpabilidad de Nixon y de altos funcionarios norteamericanos (que esos sí, no pudieron esconder sus fechorías) llevó a que se realizaran juicios al presidente. A mediados de 1974 Nixon entregó tres cintas magnetofónicas que lo implicaban en el escándalo. Eso lo obligó a presentar su renuncia al cargo de presidente al ver que se había convertido en un escándalo mundial. Su vicepresidente, Gerald Ford, accedió a la presidencia e inmediatamente otorgó un perdón incondicional a Nixon en septiembre de 1974.
5. En 1981 Negroponte fue nombrado embajador para la República de Honduras ( precisamente en el momento que EEUU buscaba el derrocamiento del gobierno revolucionario de Nicaragua) por el presidente Reagan. Desde la embajada de aquel país, con la complicidad y apoyo de los gobiernos de Paz García y de Suazo Córdova, Negroponte, usó la base Palmerota para el entrenamiento militar de “La contra”, los contrarrevolucionarios nicaragüenses al servicio de los EEUU que buscaban derrocar al gobierno sandinista de Nicaragua. Esa política norteamericana continuó durante el gobierno liberal de Azcona Hoyo usando millones de dólares norteamericanos “como ayuda”. La política de guerra de Reagan y Negroponte llevó a muerte a miles de inocentes campesinos nicaragüenses. Esos fueron los antecedentes de su nombramiento como embajador en México, el año de 1989, cuando Carlos Salinas iniciaba su sexenio.
6. Negroponte llegó a México al iniciarse el año, cuando el funesto Salinas había recibido el apoyo del PAN (dirigentes: Álvarez, Castillo y Cevallos) para asumir el poder en medio de grandes protestas contra el fraude encabezadas por Cuauhtémoc Cárdenas. En esos días fue encarcelado La Quina y fue sustituido por Guzmán Cabrera en el sindicato petrolero; en el sindicato de músicos cayó Venus Rey; entre los burócratas se puso fin al cacicazgo de Riva Palacio y entre el sindicato de maestros (SNTE) se fortaleció una gran lucha encabezada por la Coordinadora (CNTE) contra Jonguitud Barrios. Salinas con ello “iniciaba la modernización sindical” que más tarde le permitió un largo proceso de privatización. ¿Cuánto tuvo que ver en la política salinista y su consolidación ese destacado embajador al servicio de la CIA y del presidente Reagan? ¿Puede pensarse en que la embajada gringa permaneció al margen?
7. En 2001, después de los avionzazos en las “torres gemelas” de Nueva York, así como en el Pentágono de Washington, el presidente Bush nombró a Negroponte como su representante en la ONU y desde ahí impuso con engaños y amenazas la invasión a Iraq, a pesar de que (como se demostró meses después) no hubo justificación alguna. El secretario de Relaciones Exteriores de México, Castañeda, asumió siempre (con el mayor cinismo, tal como lo sigue haciendo hasta nuestros días) la defensa del gobierno de Bush y apoyó la invasión a Iraq. Por esa habilidad de Negroponte, durante los años 2004 y 2005 fue mantenido como embajador de Iraq ante el gobierno espurio impuesto a ese país por el gobierno de los EEUU. ¿Podría ponerse en duda el gran poder de Negroponte como uno de los más altos miembros de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el organismo más poderoso que controla el espionaje mundial?
8. Hoy Negroponte es el Director de la Inteligencia Nacional de los Estados Unidos. Un personaje que lleva 47 años interviniendo de manera directa en el espionaje mundial al mismo tiempo que como funcionario de los EEUU, en diferentes países, ha participado en el asesinato de cientos de miles de inocentes en Vietnam, Chile, Nicaragua, Iraq y, posiblemente, México. Ese personaje, que evidentemente es un asesino confeso, es bien recibido (como si fuera un héroe) con la cabeza baja, por funcionarios de gobierno, empresarios y partidos políticos mexicanos. ¡Pero qué jodidos estamos al recibir a la “inteligencia” y al brazo ejecutor de los Nixon, Reagan y los Bush! ¡Cuánto derecho de reclamo tienen los pueblos de aquellos países que han resistido y sufrido el asesinato de sus pueblos! ¿Cómo es posible tener tanta capacidad para olvidar o tanto cinismo para seguir apoyando la intervención yanqui en México aunque la disfracen de alguna manera?
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