lunes, diciembre 31, 2007

¡FELIZ 2008!

De Patricia Romana Bárcena:

Aunque este año será muy duro para millones de compatriotas, hay que desear con toda el alma que el sufrimiento de los nuestros tenga un sentido y se convierta en motivo permanente de lucha para seguir trabajando cada día por la justicia, que hoy se encuentra secuestrada por los dueños del poder y del dinero. Aunque existen razones para sentirnos tristes, debemos de recuperar el optimismo y la energía que nos llevaron a consolidar el movimiento de resistencia civil pacífica más grande que se haya visto en México. La situación económica se vislumbra terrible para la mayoría de los mexicanos. Los aumentos injustificados de impuestos, energéticos y productos básicos, sumados a la creciente represión del gobierno usurpador, pueden descarrilar el tren, esperemos que no suceda. Ayudémonos unos a otros para conservar la paz social y hacer llevadera la crisis que se avecina. Penesemos en la fuerza que alcanzamos como oposición inteligente, y no caigamos por ningún motivo en las provocaciones, que a partir del 1o de enero nos tiene preparadas el presidente pelele. Recordemos que Calderón no tiene autoridad moral, que es un ladrón como lo son Fox y Salinas, entre tantos y tantos que han saqueado a México, y por lo mismo, actúan con prepotencia. Ellos son los que están acorralados por su deshonestidad y su traición a la patria; su aparente libertad es ficticia, jamás podrían deambular sin guardias. Aunque su jaula sea de oro, no deja de ser prisión. Hoy contamos con un líder que está a la altura de las circunstancias, que conserva el optimismo y que tiene muy claro el propósito y el camino. Él, y sólo él, tiene la autoridad moral para poner en su lugar a los personajes siniestros que la derecha colocó en puestos estratégicos. A pesar del robo escandaloso de la elección presidencial, nuestro líder ha sabido conducir este movimiento con talento e ingenio. Eso debe alegrarnos y mantenernos unidos. La adversidad es grande. El petróleo, la educación, la soberanía están en riesgo, por eso tenemos que actuar de manera organizada, civilizada y siguiendo un objetivo común. No nos dispersemos ni nos demos por vencidos. La apatía puede ser más dañina que esta derecha enloquecida con las arcas de la Nación. No sabíamos cómo luchar, pero aprendimos. La dignidad y el honor son valores más preciados que el dinero. Sí podemos tener un feliz año, difícil, adverso pero feliz. La felicidad tiene muchas definiciones, pero la más exacta es la que nos acerca a la paz interior y a la satisfacción del deber cumplido.

¡ES UN HONOR ESTAR CON OBRADOR!

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