Gilberto Balam Pereira
Empecemos por donde más duele, por el bolsillo.
Un dos por ciento de aumento a los salarios mínimos, mientras el "presidente del empleo" se regodeaba el pasado 16 de noviembre en Acapulco diciendo que "se han registrado en el IMSS más de 950 mil empleos nuevos entre el 1 de enero y el 15 de noviembre de este año". No señor estadístico (no estadista), está usted manipulando los indicadores del INEGI de mala manera porque así le conviene. Los datos en "bruto" dados por este instituto se capturan, procesan y sistematizan a modo. Al utilizar la misma fuente de información, resulta que en los primeros meses de este régimen calderonista, se dio el peor índice de empleo; resulta que se perdieron 445 mil 679 empleos sólo en los tres primeros meses del año. Al 31 de diciembre de 2006, el total de personas en busca de trabajo era de 1 millón 351 mil 603, y para el 31 de octubre de este año esa cifra aumentó a 1 millón 750 mil 734 personas sin trabajo. De modo que el llamado "presidente del empleo" hace sus estimaciones de acuerdo con sus intereses políticos y demagógicos. ¿Vale la pena brindar por esta lamentable situación de nuestros hermanos mexicanos que no tienen nada para festejar?
Y también recordemos los recientes desastres sufridos por tabasqueños, chiapanecos y yucatecos sureños que no tienen ningún motivo para festejar. La negligencia de Fox y Andrade ha sido la principal causa de las inundaciones que ocasionaron numerosos muertos y desaparecidos, así como centenares más de damnificados. Me pregunto si nos queda humor para brindar hoy en la noche. ¿Brindar por qué?
Además, nos jalamos de los cabellos a consecuencia del coraje por la burla y la represión al pueblo oaxaqueño que decidió, por convicción democrática, expulsar a su abyecto gobernador Ulises, y que en vez de diálogo elemental de justicia, el poder público y el Ejecutivo de esa entidad agredieron brutalmente a los oaxaqueños. Consecuencia: heridos, una veintena de muertos, numerosos presos políticos con altas sentencias. ¿Será que brinden esta noche los oaxaqueños? Y si lo hacen, será sólo por tener la suerte de encontrarse con su familia.
Y todavía más, la Suprema Corte de Justicia de la Nación nos hace un obsequio decembrino con la exoneración por "falta de pruebas" del gober precioso, un enfermizo mental gobernador responsable de graves violaciones a las garantías individuales de la periodista Lydia Cacho.
¿Y qué pasó con las decenas de muertos y desaparecidos, pérdida de recursos energéticos y de infraestructura ocasionados por vendavales sin rumbo de los recientes "nortes" en el vecino estado de Campeche? Ninguna autoridad ha dado la cara y dictado las medidas necesarias e inmediatas para apoyo de las familias de los trabajadores muertos, y corrección de las causas físicas de los daños tan lamentables. ¿Brindaremos esta noche por estos muertos y catástrofe?
¿Y qué me dicen del holocausto de que han sido víctimas los yucatecos, al ser despojados de la totalidad del territorio de que antes disponían, a manos de la más nefasta jauría que se ha apropiado de ese patrimonio, la jauría patricista? La verdad, después de esto, ¿nos quedan escrúpulos para brindar?
Pero no sólo somos localistas o nacionalistas. Nos han herido casi de muerte, por el coraje del sacrificio de la ex premier Benazir Bhutto ordenado por la dictadura de Paquistán, ahora sumido en el caos y perpetrado por la CIA y el gobierno imperial de los E.U. Este pueblo se desangra, se desintegra, se derrumba a causa de los intereses del capital neoliberal. También esta catástrofe nos ha sumido en el mayor desasosiego. A pesar de esto, ¿brindaremos esta noche?
Y parafraseando a Javier Sicilia, además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, liberar a todos los zapatistas presos, derruir el Costco-CM del Casino de la Selva, esclarecer los crímenes de Cd. Juárez, sacar a la minera San Javier del Cerro de San Pedro, liberar a los presos de Atenco y de la APPO y hacer que Ulises Ruiz salga de Oaxaca.
Y después de todo esto, pensaremos antes de brindar.
Bueno, la neta, vamos a brindar esta noche por el único hecho de estar con nuestra familia en paz, deseándonos bienestar y salud para el próximo año y todos los demás que vengan. ¡Salud!
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