El Consejo Nacional Electoral reporta que todo está listo para la votación
Desde las cuatro de la madrugada los simpatizantes del mandatario “cuidan los sufragios”
Arturo Cano (Enviado)
Caracas, 1º de diciembre. ¿El miedo vota? Como “medida preventiva”, la casa de cambio Venegiros anuncia a su clientela que cierra todo el fin de semana. Líneas abajo aclara que reabrirá el lunes 3, “siempre y cuando la situación del país sea de total normalidad”.
El letrero, con los titulares de los diarios que anuncian desabasto de productos básicos y compras de pánico, pintan un país distinto del que se vive en el Consejo Nacional Electoral (CNE), el IFE venezolano, encargado de los comicios, en los que este domingo 16 millones de ciudadanos convocados podrán decir sí o no.
En el CNE la seguridad es relajada y es más el bullicio de los vendedores en las aceras aledañas que el ajetreo en víspera de la onceava elección venezolana desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1999.
El referéndum incluye enorme variedad de temas, pero sin duda el centro del asunto es, otra vez, el presidente Chávez, quien ha puesto su destino en las urnas, porque se vota la posibilidad de su relección indefinida y la ampliación de cada periodo presidencial de seis a siete años.
La novedad es que lo hizo propuesta de reforma constitucional, porque desde hacer varios años, en las manifestaciones chavistas, no faltan carteles y mantas que anuncian: “Chávez hasta 2021”.
La propuesta inicial la hizo Chávez en agosto pasado (33 artículos) y fue aprobada con agregados por la Asamblea Nacional (Congreso, que sancionó los 69 artículos a reformar), chavista en su totalidad, porque cuando sus miembros fueron electos las oposiciones no se presentaron a las urnas.
Con su propuesta de cambios, Chávez cumplió una promesa de la campaña electoral de 2006, en la que fue relegido con 63 por ciento de los votos válidos, de reformar la Constitución para dar paso a la construcción del “socialismo del siglo XXI”.
“Es un mandato popular que no defraudaremos, el de construir un socialismo bolivariano, venezolano. Solamente en socialismo será posible la verdadera democracia”, dijo Chávez en agosto pasado.
Y para lograrlo, encamina la votación número 11.
¿Qué se vota?
Las modificaciones suponen importantes cambios en todos los rubros de la vida pública venezolana. En 1999, los ciudadanos fueron a las urnas para dar por muerta la Constitución de 1961 y poco después para aprobar la vigente (con 37 por ciento de electores).
La oposición quería que se votara la reforma artículo por artículo. Los chavistas sólo aceptaron dividirla en dos bloques.
El bloque A es el más sustancioso e incluye los 33 propuestos inicialmente por Chávez y otros 13. El bloque B contiene 23 artículos.
La relección presidencial, claro, forma parte del primer paquete, lo mismo que el establecimiento de la “propiedad social”, el aumento de diversas atribuciones al presidente de la República, la eliminación de la autonomía del Banco Central, la reducción de la jornada laboral de ocho a seis horas y de la edad para votar a 16 años.
En ese bloque también se incluye un cambio a las fuerzas armadas, que dota de mayor control al presidente e integra a sus estructuras a la milicia bolivariana.
En el segundo se incluyen reformas como el aumento de las firmas requeridas para convocar a un referéndum revocatorio (como al que se sometió Chávez en 2004), el voto paritario de maestros y estudiantes para la elección de autoridades universitarias y manga ancha al presidente para decretar el estado de excepción.
Todo listo
En las primeras horas de este día quedan instaladas, según informa el Consejo Nacional Electoral, 97 por ciento de las mesas de votación, con “urnas” electrónicas. Los chavistas darán el “toque de diana” a las cuatro de la madrugada, hora en que empezarán a concentrarse en las casillas, con la instrucción de permanecer todo el día “cuidando los sufragios”. En Venezuela, las mesas de votación cierran a las cuatro de la tarde, y el CNE ha informado que ofrecerá resultados tres horas más tarde.
Las “urnas electrónicas” se usaron por vez primera en la consulta de 2004, cuando la oposición denunció que se habían trucado los resultados. Sin embargo, el aval del sistema de votación por una misión de la OEA y del Centro Carter, coadyuvantes aceptados por los opositores, dio al traste con las denuncias.
A diferencia de 1999, tanto el gobierno como la oposición esperan una participación copiosa, porque ambos bandos han echado toda la carne al asador.
El debate, el cierre de la televisora privada RCTV y las protestas de los estudiantes universitarios, que se han convertido en protagonistas de este nuevo enfrentamiento, han convertido el referéndum sobre la reforma en una verdadera elección presidencial.
Otro ingrediente nuevo es que, a diferencia de la consulta anterior, no todos los chavistas cerraron filas.
Alcaldes, un gobernador, organismos de derechos humanos y ex líderes del chavismo se han manifestado contra los cambios. Pero la figura más destacada que cambió de bando es el general Raúl Baduel, hasta hace unos meses ministro de Defensa de Chávez, quien desempeñó un papel crucial en el regreso del presidente al poder en 2002, tras el intento de golpe de Estado. Baduel se ha convertido en icono opositor desde que declaró que la reforma equivalía justo a un golpe de Estado y forma parte de un grupo de “testigos de lujo” de la oposición para vigilar el referéndum.
Con él están Marisabel Rodríguez, ex esposa de Chávez; Ismael García, dirigente del partido Podemos, apenas ayer aliado del presidente; el gobernador del estado Sucre, Ramón Martínez, y varios líderes de partidos opositores.
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