domingo, diciembre 02, 2007

Reforma electoral: los falsos debates




Luego de un mes de negociaciones, la última fase de la reforma electoral entró en un período de turbulencia: Mientras los partidos pequeños amagan con la ruptura ante la imposición de nuevos candados para formar coaliciones, los empresarios y medios de comunicación intensifican sus críticas al considerar que la nueva ley electoral viola la libertad de expresión, expone el número 1622 de Proceso.Por su parte, senadores y diputados proclives a las televisoras presionan para disminuir las sanciones y otras reglas derivadas de la prohibición de comprar spots y difundir propaganda de guerra sucia.A su vez, organismos civiles como el Comité Conciudadano critican la opacidad de los partidos en las negociaciones, acusan a la partidocracia de querer apropiarse del Instituto Federal Electoral (IFE) y advierten del riesgo de que en el instituto se cree una “espada de Damocles” mediante la figura de un nuevo contralor designado por la Cámara de Diputados.En este ambiente proliferan las especulaciones acerca de quién sustituirá a Luis Carlos Ugalde como consejero presidente del IFE. Las últimas versiones de la Cámara de Diputados apuntan a Mauricio Merino, propuesto por el PAN y aceptado por el PRD, mientras que los grupos priistas apoyan a Fernando Ojesto Porcayo, Jorge Alcocer y Mireille Roccatti. En medio de la algarada y las resistencias, el personaje más mencionado como artífice, operador y responsable de las negociaciones es Manlio Fabio Beltrones, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, a quien no pocos analistas le adjudican un interés especial por tomar el control del IFE, mediante personajes como Jorge Alcocer, y de convertir la reforma electoral en su principal plataforma con miras al 2012.En la entrevista que publica el número 1622 de Proceso, Beltrones niega que apoye a Alcocer, advierte que las resistencias y las presiones “serán aún mayúsculas” y responde a lo que se dice acerca de sus ambiciones políticas personales.Luego de un mes de negociaciones, la última fase de la reforma electoral entró en un período de turbulencia: Mientras los partidos pequeños amagan con la ruptura ante la imposición de nuevos candados para formar coaliciones, los empresarios y medios de comunicación intensifican sus críticas al considerar que la nueva ley electoral viola la libertad de expresión, expone el número 1622 de Proceso.Por su parte, senadores y diputados proclives a las televisoras presionan para disminuir las sanciones y otras reglas derivadas de la prohibición de comprar spots y difundir propaganda de guerra sucia.A su vez, organismos civiles como el Comité Conciudadano critican la opacidad de los partidos en las negociaciones, acusan a la partidocracia de querer apropiarse del Instituto Federal Electoral (IFE) y advierten del riesgo de que en el instituto se cree una “espada de Damocles” mediante la figura de un nuevo contralor designado por la Cámara de Diputados.En este ambiente proliferan las especulaciones acerca de quién sustituirá a Luis Carlos Ugalde como consejero presidente del IFE. Las últimas versiones de la Cámara de Diputados apuntan a Mauricio Merino, propuesto por el PAN y aceptado por el PRD, mientras que los grupos priistas apoyan a Fernando Ojesto Porcayo, Jorge Alcocer y Mireille Roccatti. En medio de la algarada y las resistencias, el personaje más mencionado como artífice, operador y responsable de las negociaciones es Manlio Fabio Beltrones, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, a quien no pocos analistas le adjudican un interés especial por tomar el control del IFE, mediante personajes como Jorge Alcocer, y de convertir la reforma electoral en su principal plataforma con miras al 2012.En la entrevista que publica el número 1622 de Proceso, Beltrones niega que apoye a Alcocer, advierte que las resistencias y las presiones “serán aún mayúsculas” y responde a lo que se dice acerca de sus ambiciones políticas personales.

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