Ex director de la CIA no rendirá explicaciones al Congreso de EEUU por destrucción de videos
Legisladores demócratas y organismos de defensa de los derechos humanos aseguran que las cintas contenían actos de tortura como los que ocurren en la prisión de Abu Ghraib
TeleSUR _ 10/01/08 - 02:07 CCS enviar imprimir
José Rodríguez,ex director de Operaciones Clandestinas de la CIA, quien ordenó la polémica destrucción de videos de interrogatorios a supuestos sospechosos de terrorismo, no rendirá explicaciones a la comisión de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense porque no goza de inmunidad, por lo que todo lo que dijera en su comparecencia podría ser utilizado en su contra en un tribunal.
El ex director de Operaciones Clandestinas de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), José Rodríguez, no comparecerá ante el Congreso estadounidense para explicar las razones por las cuales ordenó la destrucción de videos de interrogatorios a supuestos sospechosos de terrorismo que la CIA realizó en 2005, y en los que presuntamente se aplicaron métodos de tortura.
Así lo informaron los abogados de Rodríguez, quienes argumentaron que el ex director de operaciones no rendirá explicaciones a la comisión de la Cámara de Representantes del Congreso porque no goza de inmunidad.
La defensa asegura que sin una garantía de inmunidad, todo lo que Rodríguez dijera durante su comparecencia ante el Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, podría ser utilizado en su contra en un tribunal.
El Comité de Inteligencia escribió a mediados de diciembre una carta al director de la CIA, el general Michael Hayden, para pedirle que Rodríguez, quien todavía forma parte de la agencia, comparezca en una audiencia en el marco de la investigación abierta en el Congreso sobre la destrucción de las cintas.
Legisladores demócratas y organismos de defensa de los derechos humanos aseguran que las cintas contenían actos de tortura y que su destrucción podría considerarse como obstrucción de la justicia para encubrir sus sistemas de torturas y coerción contra detenidos.
Además, influyentes congresistas consideran que los videos, grabados en 2002, demostraban cómo expertos del espionaje estadounidenses efectivamente aplicaron las tan denunciadas torturas de manera reiterada, para tratar de obtener informaciones por boca de personas sospechosas de terrorismo.
Juez federal rechaza abrir investigación
Por su parte, el juez federal Henry Kennedy informó este miércoles que no abrirá una investigación , paralela a la que realiza el Departamento de Justicia, sobre la destrucción de cintas de la CIA.
Kennedy, quien se había mostrado renuente a intervenir en investigaciones criminales por el escándalo, dijo que su tribunal no encontró elementos para poner en duda la imparcialidad del Departamento de Justicia, cuyo actual director, Michael Mukasey, se negó, durante su proceso de ratificación, a repudiar algunos métodos de tortura.
El escándalo por la destrucción de los videos se desató el 6 de diciembre, cuando Hayden, reconoció que los servicios destruyeron en 2005 varias cintas de agentes empleando controvertidas técnicas de interrogatorio.
Poco después de conocerse de la destrucción de las grabaciones, un ex agente de la CIA llamado John Kiriakou, reconoció que efectivamente funcionarios del los servicios de inteligencia estadounidenses torturan a los prisioneros, a quienes dijo se les aplica entre otros, el waterboarding o ahogamiento simulado.
La técnica, considerada como un método de tortura por organizaciones de derechos humanos, consiste en sumergir la cabeza del interrogado en agua para hacerle creer que será ahogado, con le objetivo de extraerle información.
Frente al escándalo, el Departamento de Justicia abrió el pasado 2 de enero una investigación criminal.
Sin embargo, la apertura de esta investigación ha creado escepticismo debido al apoyo que el gobierno estadounidense ha dado a la aplicación de técnicas de tortura, en especial tras los atentados del 11 de septiembre de 2002.
Y es que, además de nombrar a Mukasey como secretario de Justicia, muy a pesar de que éste se negó a repudiar algunos métodos tortuosos, en octubre el director de la CIA, Michael Hayden, defendió el programa de torturas del gobierno de EEUU, mientras que ese mismo mes el diario The New York Times reveló que el ex ministro de Justicia, Alberto González, respaldó en secreto el uso de técnicas tortuosas en los interrogatorios a sospechosos de terrorismo.
Los métodos de tortura realizados por efectivos de inteligencia estadounidenses o por contratistas de mercenarios, quedaron evidenciadas en 2005 cuando salieron a la luz pública unas fotografías que mostraban prisioneros desnudos, atados, encadenados, humillados sexualmente o intimidados con perros en la prisión que EEUU mantiene en Irak, Abu Ghraib, una de las tantas cárceles clandestinas estadounidenses.
nn-Efe-NN
TeleSUR _ 10/01/08 - 02:07 CCS enviar imprimir
José Rodríguez,ex director de Operaciones Clandestinas de la CIA, quien ordenó la polémica destrucción de videos de interrogatorios a supuestos sospechosos de terrorismo, no rendirá explicaciones a la comisión de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense porque no goza de inmunidad, por lo que todo lo que dijera en su comparecencia podría ser utilizado en su contra en un tribunal.
El ex director de Operaciones Clandestinas de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), José Rodríguez, no comparecerá ante el Congreso estadounidense para explicar las razones por las cuales ordenó la destrucción de videos de interrogatorios a supuestos sospechosos de terrorismo que la CIA realizó en 2005, y en los que presuntamente se aplicaron métodos de tortura.
Así lo informaron los abogados de Rodríguez, quienes argumentaron que el ex director de operaciones no rendirá explicaciones a la comisión de la Cámara de Representantes del Congreso porque no goza de inmunidad.
La defensa asegura que sin una garantía de inmunidad, todo lo que Rodríguez dijera durante su comparecencia ante el Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, podría ser utilizado en su contra en un tribunal.
El Comité de Inteligencia escribió a mediados de diciembre una carta al director de la CIA, el general Michael Hayden, para pedirle que Rodríguez, quien todavía forma parte de la agencia, comparezca en una audiencia en el marco de la investigación abierta en el Congreso sobre la destrucción de las cintas.
Legisladores demócratas y organismos de defensa de los derechos humanos aseguran que las cintas contenían actos de tortura y que su destrucción podría considerarse como obstrucción de la justicia para encubrir sus sistemas de torturas y coerción contra detenidos.
Además, influyentes congresistas consideran que los videos, grabados en 2002, demostraban cómo expertos del espionaje estadounidenses efectivamente aplicaron las tan denunciadas torturas de manera reiterada, para tratar de obtener informaciones por boca de personas sospechosas de terrorismo.
Juez federal rechaza abrir investigación
Por su parte, el juez federal Henry Kennedy informó este miércoles que no abrirá una investigación , paralela a la que realiza el Departamento de Justicia, sobre la destrucción de cintas de la CIA.
Kennedy, quien se había mostrado renuente a intervenir en investigaciones criminales por el escándalo, dijo que su tribunal no encontró elementos para poner en duda la imparcialidad del Departamento de Justicia, cuyo actual director, Michael Mukasey, se negó, durante su proceso de ratificación, a repudiar algunos métodos de tortura.
El escándalo por la destrucción de los videos se desató el 6 de diciembre, cuando Hayden, reconoció que los servicios destruyeron en 2005 varias cintas de agentes empleando controvertidas técnicas de interrogatorio.
Poco después de conocerse de la destrucción de las grabaciones, un ex agente de la CIA llamado John Kiriakou, reconoció que efectivamente funcionarios del los servicios de inteligencia estadounidenses torturan a los prisioneros, a quienes dijo se les aplica entre otros, el waterboarding o ahogamiento simulado.
La técnica, considerada como un método de tortura por organizaciones de derechos humanos, consiste en sumergir la cabeza del interrogado en agua para hacerle creer que será ahogado, con le objetivo de extraerle información.
Frente al escándalo, el Departamento de Justicia abrió el pasado 2 de enero una investigación criminal.
Sin embargo, la apertura de esta investigación ha creado escepticismo debido al apoyo que el gobierno estadounidense ha dado a la aplicación de técnicas de tortura, en especial tras los atentados del 11 de septiembre de 2002.
Y es que, además de nombrar a Mukasey como secretario de Justicia, muy a pesar de que éste se negó a repudiar algunos métodos tortuosos, en octubre el director de la CIA, Michael Hayden, defendió el programa de torturas del gobierno de EEUU, mientras que ese mismo mes el diario The New York Times reveló que el ex ministro de Justicia, Alberto González, respaldó en secreto el uso de técnicas tortuosas en los interrogatorios a sospechosos de terrorismo.
Los métodos de tortura realizados por efectivos de inteligencia estadounidenses o por contratistas de mercenarios, quedaron evidenciadas en 2005 cuando salieron a la luz pública unas fotografías que mostraban prisioneros desnudos, atados, encadenados, humillados sexualmente o intimidados con perros en la prisión que EEUU mantiene en Irak, Abu Ghraib, una de las tantas cárceles clandestinas estadounidenses.
nn-Efe-NN
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