Del Diariolibertad
Honor a quien honor merece.
El indiscutible éxito del Presidente Hugo Chávez al servir de intermediario para la entrega de rehenes de las FARC, no solo le ha servido al Mandatario venezolano para re-proyectar su imagen hacia el mundo, echándoles a perder de un plumazo toda la labor que hicieron las poderosas transnacionales para denostarlo, a fin de que, al de alguna manera compararlo con el General Noriega que gobernara Panamá, se pensara que Venezuela podría correr la misma suerte.
Va más allá del populismo internacional y la promoción de una ideología de gobierno socialista que parecía ya extinta a la caída del Bloque que la integraba, dejando sola a la Isla de Fidel Castro en tan endeble predicamento de caer en las voraces garras del consumismo a ultranza representado por la Coca-Cola; y del Vaticano, paradigma de la estulticia humana y prototipo de la delincuencia organizada.
De las manos le ha arrebatado al Gobierno norteamericano la posibilidad de derrocarlo; para supuestamente “defender” las patentes de las transnacionales y seguir explotando a los Pueblos y a las Naciones.
Cabiendo comentar que Venezuela ya pagó su deuda externa y ha aumentado considerablemente (hasta desmedidamente podría decirse) su gasto social. Y todo por haber recuperado los hidrocarburos que quienes nos gobiernan en nuestro México, quieren entregar a las mismas poderosas trasnacionales que operaban en Venezuela. Perfectamente capaces de matar por dinero, o de invadir por petróleo, que sonará menos fuerte, pero que finalmente es lo mismo.
Y sin escatimar en lo más mínimo el indiscutible mérito de la liberación de los rehenes; y entendiendo la foto del niño en brazos del controvertido Mandatario bolivariano, cabe respetuosamente preguntar a la opinión generalizada que sensibilizó al mundo entero al darle seguimiento a tan sonado decoro: ¿Y qué con los muertos de Irak y Afganistán; ellos no cuentan?.
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