domingo, abril 13, 2008

9 de Abril: de Irak a Bolivia


Barómetro Internacional

En Irak ha crecido la guerra fratricida.

Por Isaac Bigio

Hace 5 años los EEUU lideraron la principal intervención militar en la post-guerra fría. Su objetivo era consolidar su predominio como la única mega-potencia para poder presionar a que el Medio Oriente, Rusia y China fuesen virando hacia tener regímenes más ‘liberalizados’ y abiertos al suyo y a sus inversiones.
Sin embargo, si bien en este conflicto Washington puede mostrar que ha logrado mantener a un gobierno local iraquí algo estable y que su acción en la región ha permitido que Libia se desarme y gire en dirección a Occidente, en líneas generales el balance no le favorece. En Irak ha crecido la guerra fratricida y ello ha conducido al debilitamiento de EEUU, lo cual ha permitido que los radicales ganen las elecciones en Palestina e Irán, que los talibanes avancen en Afganistán, que Al Qaeda se extienda en ese país, en Iraq y en el mundo (incluso hasta en Reino Unido), que Irán y Corea del Norte se tornen más desafiantes y que Rusia y China se vayan volviendo más independientes de Washington.
Con la guerra iraquí EEUU quiso ir ‘latinoamericanizando’ al Medio Oriente, es decir hacer que esta región adopte los sistemas de mercado libre y multipartidismo que desde fines de los ochentas Washington fue imponiendo como ‘consenso’ en su ‘patio trasero’.
Empero, mientras no ha logrado ello ha ido generando que sea, más bien, América Latina quien se ‘medio-orientalice’. Esto implica que en esta región surgen gobiernos contestatarios que, como el de Chávez en Venezuela se basan en el nacionalismo petrolero, que crezca un fuerte sentimiento anti-EEUU y que se den pugnas entre Estados a raíz de la internacionalización de una guerra interna (como recientemente se vio en la crisis entre los tres países que comparten la tricolor amarillo-azul-roja.
Si Irak puede ser el país del Medio Oriente que más está en crisis y que más puede generar una fragmentación, hoy Bolivia se convierte en la república americana más propensa a acciones callejeras y a posibles divisiones políticas y geográficas. Hoy, por primera vez desde el ciclo de la revolución boliviana de 1952 ese país tiene en su binomio presidencial a un sindicalista indígena y a un ex líder guerrillero, mientras que el espectro de otra convulsión social más seria que la de 1952 se mantiene latente.
Si EEUU se sigue debilitando (y a ello puede contribuir la creciente recesión de esa potencia) esto podría hacer que crezca la inestabilidad no solo en Irak o Bolivia sino en varios otros países de los entornos de éstos. La perspectiva de nuevos alzamientos sociales podría quedar abierta.
Para las potencias occidentales es vital evitar esa perspectiva. De allí que las elecciones de EEUU jueguen un rol tan clave. Si los republicanos se mantienen en el poder ellos tratarían de contrarrestar esas tendencias incentivando más liberaciones tributarias y más intervencionismo militar. Si los demócratas les destronan buscarían paquetes que traten de incentivar el gasto social y el consumo para reactivar la economía y que pretendan hacer que EEUU recupere aliento internacional replegándose en Irak para realizar intervenciones en lugares donde pudiesen ganar y contar con un apoyo más multi-polar.
Una consolidación norteamericana en Irak, Afganistán y el Medio Oriente pondría a los EEUU más fuerte en sus intentos de evitar que China y Rusia traten de distanciársele y ayudaría a que las fuerzas más pro-libre comercio avancen en América Latina. Si el debilitamiento estadounidense en Iraq y Afganistán crece y se conjunción con un declive de su economía ello podría alentar a más protestas sociales, a que crezcan movimientos como los que propicia Chávez y a que puedan estallar explosiones espontáneas como la que en 1952 barrió a todo el sistema boliviano.

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