Navarrete: sin discusión sobre los riesgos de privatizar Pemex no se normalizará el trabajo legislativo
Desde 2006 Telemundo advertía en un video sobre la intención de entregar a la IP la paraestatal
Andrea Becerril
Foto: Víctor Camacho
El Frente Amplio Progresista (FAP) reivindicó ayer la toma de la tribuna en ambas cámaras del Congreso de la Unión, rechazó que se trate de un secuestro y, en voz del coordinador perredista en el Senado, Carlos Navarrete, adelantó que el lunes, ante la Junta de Coordinación Política, planteará que es imposible que se normalice el proceso legislativo mientras no haya un amplio debate nacional en torno a la reforma privatizadora de Felipe Calderón.
La protesta que protagonizan desde hace tres días es una respuesta legítima ante la intención de PRI y PAN de imponer su mayoría para aprobar, fast track, la reforma privatizadora de Petróleos Mexicanos (Pemex), coincidieron los perredistas Pablo Gómez y Ricardo Monreal, así como el petista Alejandro González Yáñez.
Los senadores que se mantienen en el pleno y en el salón de sesiones desde el pasado jueves decidieron fortalecer la protesta y, de entrada, se vistieron de manera uniforme: cascos de color amarillo y camisas y blusas blancas que llevan inscritos los lemas de su lucha: “no al madruguete, sí al debate, no al atraco petrolero, defendamos la Constitución”.
Navarrete y el coordinador del PT en el Senado, Alejandro González Yáñez, recalcaron por la noche que la postura de los legisladores del FAP es inalterable, toda vez que sin un verdadero debate nacional en torno al petróleo, que se inicie a partir de mayo, no permitirán que se dictamine la reforma de Felipe Calderón.
En la reunión de la Junta de Coordinación Política a la cual convocó el presidente de ese órgano de gobierno del Senado, Manlio Fabio Beltrones, el FAP irá con el ánimo de “buscar una salida conveniente a la protesta que se generó tanto dentro como fuera” de esa cámara, detalló Navarrete, pero sobre la base de acordar un debate “de cara a la nación”, en el cual participen legisladores, especialistas en el tema petrolero, intelectuales, académicos y la sociedad civil”.
Navarrete, quien llegó cerca de las siete de la noche al salón de sesiones, dijo que de no llegar a un acuerdo el lunes, decidirán las nuevas medidas de resistencia civil, ya que en forma alguna pueden aceptar que se apruebe al vapor una reforma de esa magnitud.
Ya todo estaba preparado
A su vez, el senador González Yáñez, quien siguió las negociaciones en torno al debate en la Junta de Coordinación Política, explicó que a pesar de las versiones que han hecho correr el PRI y el PAN, se vieron obligados a tomar la tribuna porque era inminente “el albazo” para aprobar en este periodo de sesiones la “brutal reforma privatizadora de Calderón”.
Relató que mientras el paquete de iniciativas gubernamentales se turnó a comisiones poco después de que llegó al Senado, el acuerdo para convocar al debate nacional, que se había tomado el miércoles pasado en la Junta de Coordinación Política, se frenó el jueves, ya que el PAN pretendía que se llevara a cabo en tan sólo dos o a lo sumo tres semanas.
Lo que los panistas pretendían es un debate sin calendario preciso, “de tal manera que pudieran interrumpirlo en cualquier momento, cuando hubieran llegado ya a un acuerdo con el PRI, para votarlo y aprobarlo”, comentó a su vez Pablo Gómez.
El guión es transparente, manifestó por separado el senador Monreal: “El gobierno presenta su iniciativa y su partido, el PAN, propone un debate acotado, restringido a discutir sólo la propuesta oficial, con una duración no mayor de tres semanas, para proceder a la votación de inmediato”.
Es decir, agregó, la estrategia de Calderón era: “Se da un periodo corto de debate, para que no digan que no se discutieron las iniciativas, se deja que la oposición ejerza su derecho de pataleo y luego los mayoriteo con la aplanadora Prianal, es decir, PRI, PAN y Panal”.
Contra esa “perversión legislativa el FAP no tuvo más opción que acudir a este recurso parlamentario válido y legítimo de la resistencia civil pacífica, que es la toma de la tribuna”.
Libros y reportajes televisivos
Los senadores a los que tocó ayer permanecer en el salón de sesiones aprovecharon el día y la mayor parte de la noche para adentrarse en el estudio de las cinco iniciativas y para leer dos libros recientes que tienen que ver con la privatización de Pemex.
Uno de ellos es El petróleo y Pemex, despojo a la nación, del ex senador priísta Manuel Bartlett, en el que se resume la lucha que un grupo de legisladores de todas las fuerzas políticas libraron de 2000 a 2006 para tratar de frenar la privatización de la electricidad y el petróleo emprendida por Vicente Fox.
El otro libro es El proceso de privatización petrolera, del venezolano Alí Rodríguez. “Debemos aprovechar el tiempo, compenetrarnos en el tema”, comentó la senadora Yeidkol Polevnski, quien organiza foros internos de discusión en torno al tema petrolero.
Se tiene planeado llevar a constitucionalistas, técnicos y expertos en materia energética y en experiencias de privatización para que debatan con los senadores.
La tabasqueña Rosalinda López, por su parte, compartió con sus compañeros otro video, como lo hizo la primera noche que velaron en el salón de sesiones, al poner en su computadora una película sobre la expropiación petrolera.
El video de ayer es un reportaje que la cadena Telemundo retransmitió un día antes, el pasado viernes 11. Se trata de una filmación realizada en 2006, durante el conflicto poselectoral, en la que políticos e investigadores sostenían que de llegar a la Presidencia de la República lo primero que haría Calderón sería privatizar el petróleo.
En ese entonces, “el equipo del ‘espurio’ desmintió el reportaje de Telemundo y por eso ayer la televisora lo transmitió de nueva cuenta”, comentó –festiva– la senadora López.
Este domingo, la mayoría de los senadores del FAP se trasladarán por la mañana al Zócalo, para asistir a la asamblea informativa de Andrés Manuel López Obrador; una guardia aún menor que las habituales se quedará a mantener la toma de la tribuna. Ayer se cambiaron las banderitas colocadas en el salón. La nueva consigna insiste en el debate nacional y reitera el rechazo a la privatización de Pemex.
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