Insisto en este tema y no dejaré de hacerlo, porque a veces me da la impresión de que hay cierta ingenuidad respecto a lo que está pasando en los medios de comunicación.
La actitud de los medios era la esperada, no debe sorprendernos. No es sólo un problema de México es una cuestión mundial, porque los medios son propiedad de las oligarquías locales, de los Estados Unidos y de sus comparsas neoliberales europeas. Están dedicados a desprestigiar todos los movimientos de liberación de los pueblos, son enemigos de la democracia porque su cometido es conservar los poderes de las oligarquías, del imperio y de sus comparsas neoliberales europeas, como dije son sus dueños, tienen una línea, un guión y estrategias muy desarrolladas abiertas y subliminales que además siempre son las mismas. Logran convencer porque llegan a todos los hogares a través de la televisión y la radio moldeando sistemáticamente el pensamiento de la gente.
Los movimientos revolucionarios del pueblo de Venezuela, de Bolivia, de Cuba y de Ecuador han sido perseguidos con esta guerra mediática que ha llegado a todos los confines de la tierra, han publicado las mentiras más flagrantes y han volteado la opinión incluso de gente de izquierda, que se muestran escépticos respecto a los gobiernos socialistas y es que hasta en ellos ha permeado la desinformación. Mucha gente liberal ha creído sus mentiras, a ver si ahora que somos víctimas de los mismo se dan cuenta. LOS MEDIOS SON MUY PODEROSOS. Lo primero es reconocerlo. Se llama terrorismo mediático, de tal forma, que en el encuentro que hubo sobre terrorismo mediático en Venezuela se reunieron muchos periodistas independientes e intelectuales para el desarrollo de estrategias que contrarresten a este que es el cuarto poder y el más fuerte.
Si tomamos en cuenta que la gente es la única que puede cambiar las cosas y éstos moldean a la gente pues tienen la mayor arma a su favor, de manera que la idea sobre la que habría que centrarse es contrarrestar su poder con radios comunitarias y medios alternativos, pero al mismo tiempo ganar la batalla de lograr espacios ciudadanos en los medios, eso sería cortar de raíz el mal, porque si la verdad encuentra espacio ya no importa que la mentira se transmita, la gente va inmediatamente a reconocerla. La gente no es tonta lo que pasa es que si está recibiendo una información falsa continuamente pues reacciona en función de ésta, les tienen materialmente lavado el cerebro. Cuando la gente conoce la verdad, por lo general reacciona en congruencia con ella.
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