COMISION NACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
México, D. F., a 23 de abril de 2008.
Sr. René Delgado,
Director Editorial de Reforma,
P r e s e n t e.
Apreciable Señor Director:
Con el mismo e invariable respeto a su derecho a opinar como le venga en gana, el
articulista Sergio Aguayo incurre una vez más en consideraciones impropias de quien pretende ejercer la crítica desde la condición del académico experto y con apego al método científico, necesariamente ajeno a filias y fobias políticas de tipo partidista.
El informe de la organización HRW que critica algunos aspectos del funcionamiento de la CNDH fue objetado, fundamentalmente, porque la mayor parte de sus observaciones –plagadas de adjetivos— parecen resultado del desconocimiento de las leyes mexicanas, y por su pretensión de que la CNDH –con base en todo tipo de interpretaciones creativas de los autores— pueda ir más allá de las leyes que la regulan.
En México, las instituciones públicas –a diferencia de las entidades particulares que pueden hacer todo aquello que no les esté expresamente prohibido-- no pueden extender sus facultades así nomás, sin base legal.
Una vez más, es significativo que quien, como Aguayo, dice estar convencido de las bondades del debate abierto y respetuoso entre “la sociedad” (de la que él se erige siempre en un representante) y las “¿instituciones?” (cualquier institución que no sea de su agrado) escriba que el informe aludido, en el cual él mismo colaboró, le parece “devastador”. Destruir, arrasar y dañar no será nunca la acción que invite a nadie a debatir de manera responsable.
De acuerdo con muchas encuestas de opinión pública, ninguna de ellas pagada por la CNDH tiene una amplia y estable aceptación ciudadana y un elevado índice de confianza entre los quejosos a los que sirve (superior al 90 por ciento). Por lo demás, es una de las instituciones públicas más transparentes y sujetas a regulaciones y una constante revisión de de su gestión por parte de la Cámara de Diputados y la Auditoría Superior de la Federación, lo cual puede constatarse en la página electrónica http://www.cndh.org.mx/ .
Agradezco a usted la publicación de la presente para conocimiento de los lectores.
Atentamente,
Miguel Angel Paredes Ramos
Director de Información
Respuesta de Sergio Aguayo
Sobre lenguaje y método
Varias aclaraciones, una reflexión y una pregunta a la Comisión Nacional de los DerechosHumanos.
Me resultó imposible encontrar en mi texto la palabra o frase que insinúe siquiera que me considero un representante de “la sociedad”. Ni lo soy, ni me siento. Recojo, eso sí, las opiniones de ese sector de la sociedad que no tiene buena opinión de la CNDH o del Senado de la República.
¡Y que le voy a hacer si el informe de Human Rights Watch me pareció devastador, la réplica de la CNDH evasiva y mañosa, y la contrar réplica de HRW bien armada y mesurada!
Don Miguel Angel Paredes y la CNDH me tachan de pésimo lector y
proclaman que la única interpretación correcta es la suya. Dejemos que los lectores interesados armen su opinión para lo cual les basta con visitar las páginas de las dos instituciones.
Por la seriedad de las críticas incluidas en ese y otros informes hechos por mexicanos me parece que lo sensato sería la organización de uno o varios foros donde se confronten con civilidad las diferentes perspectivas. Una institución convocante sería la Comisión de Derechos del Senado de la República, otra El Colegio de México. ¿Aceptaría participar la CNDH en un encuentro de ese tipo?
Atentamente,
Sergio Aguayo
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