El lamentable papel jugado por el Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, José Luis Soberanes, en la salida de México del encargado de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos pone de relieve el verdadero talante ético y la falta de compromiso real de aquél con la vigencia de los derechos humanos.
El episodio que ha conducido a la salida de Amerigo Incalcaterra, por presiones del propio Ombudsman mexicano, es un acto vergonzante que viene a confirmar que la labor del Dr. Soberanes es más la de un defensor del Estado que la de los derechos humanos de la ciudadanía.
Deleznables son los argumentos vertidos por el Dr. Soberanes en un artículo publicado en el diario Reforma (29 de mayo del 2008), con el que prefirió responder a los cuestionamientos del medio de comunicación a su intervención en la salida del funcionario de la ONU. En su escrito, el Presidente de la CNDH reproduce en buena medida los argumentos de la retórica pseudonacionalista, característica de la doctrina de la Seguridad Nacional, con la que los gobiernos autoritarios han rechazado el legítimo escrutinio internacional en materia de derechos humanos.
El colmo de la desvergüenza en sugerir que, tanto el funcionario de la ONU como organizaciones de la sociedad civil que nunca identifica, lo que verdaderamente perseguían era participar en una rebatinga económica que la aprobación del Plan Mérida traería aparejado en materia de recursos para el monitoreo de la situación de los derechos humanos en el país, siendo que precisamente uno de los grandes cuestionamientos a la labor de la CNDH tiene que ver con la inmensa cantidad de recursos que esta recibe, y que la convierte en uno de los sistemas públicos de derechos humanos más caros del orbe y el contraste de los magros resultados, eficiencia, transparencia e impacto que la CNDH tiene en cuanto a la vigencia de los derechos humanos en México.
El episodio que ha conducido a la salida de Amerigo Incalcaterra, por presiones del propio Ombudsman mexicano, es un acto vergonzante que viene a confirmar que la labor del Dr. Soberanes es más la de un defensor del Estado que la de los derechos humanos de la ciudadanía.
Deleznables son los argumentos vertidos por el Dr. Soberanes en un artículo publicado en el diario Reforma (29 de mayo del 2008), con el que prefirió responder a los cuestionamientos del medio de comunicación a su intervención en la salida del funcionario de la ONU. En su escrito, el Presidente de la CNDH reproduce en buena medida los argumentos de la retórica pseudonacionalista, característica de la doctrina de la Seguridad Nacional, con la que los gobiernos autoritarios han rechazado el legítimo escrutinio internacional en materia de derechos humanos.
El colmo de la desvergüenza en sugerir que, tanto el funcionario de la ONU como organizaciones de la sociedad civil que nunca identifica, lo que verdaderamente perseguían era participar en una rebatinga económica que la aprobación del Plan Mérida traería aparejado en materia de recursos para el monitoreo de la situación de los derechos humanos en el país, siendo que precisamente uno de los grandes cuestionamientos a la labor de la CNDH tiene que ver con la inmensa cantidad de recursos que esta recibe, y que la convierte en uno de los sistemas públicos de derechos humanos más caros del orbe y el contraste de los magros resultados, eficiencia, transparencia e impacto que la CNDH tiene en cuanto a la vigencia de los derechos humanos en México.
Entrevista para W Radio - Sergio Aguayo // 27-mayo-08
http://www.youtube.com/watch?v=NizyHZrY214&eurl=http://www.propuestacivica.org/
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Visita Propuesta Civica http://www.propuestacivica.org/
¿Porqué se fue Amerigo Incalcaterra?
Por presiones de José Luis Soberanes
7
77.8%
Por presiones del Gobierno Federal
2
22.2%
Por que cumplio un ciclo
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Para participar en el sondeo AQUI.
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Por presiones del Gobierno Federal
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