lunes, junio 09, 2008

Historia de abusos policiacos
Penal de Puente Grande, en Jalisco

Monterrey, N.L., 9 de junio (apro).- El pasado 13 de enero, la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP) presumió la desarticulación de una presunta célula de Los Zetas que operaba en San Pedro de las Colonias, Coahuila.Según el boletín difundido ese día, elementos de la corporación, en coordinación con el Ejército mexicano, detuvieron a 22 personas, entre ellos cinco policías de San Pedro, y aseguraron un arsenal y varios vehículos.En ese entonces, la SSP difundió que el centro de operaciones del grupo criminal era un taller automotriz, propiedad de Raúl Livas Luna.“El lugar servía como fachada a la casa de seguridad donde operaba esta célula vinculada a la organización delictiva conocida como Los Zetas. De igual manera, en el taller se desmantelaban los autos robados y se modificaban para, posteriormente, usarlos en los ‘levantones’ y demás actividades delictivas que realizaban los sicarios”, destacó la dependencia dirigida por Genaro García Luna.La versión difundida por la SSP contrasta, sin embargo, con la que familiares de Livas Luna, quien actualmente se encuentra recluido en el penal de Puente Grande, Jalisco, acusado de presuntos delitos contra la salud y delincuencia organizada, le hicieron llegar al presidente Felipe Calderón.El pasado 15 de febrero, en efecto, Mayela Livas Luna envió una carta a calderón en la que refiere que el operativo policiaco se llevó a cabo el 11 de enero y no el 13, como difundió la SSP, que la policía federal ingresó al taller de su hermano, ubicado en Gómez Farías número 7, sin orden de órdenes de cateo ni de aprehensión, y que su hermano fue incomunicado, golpeado y trasladado a la Ciudad de México, junto con su sobrino Ricardo Livas Vargas, de 17 años. Este último fue ingresado al Consejo Tutelar para Menores donde permaneció dos meses antes de ser puesto en libertad. “Mi sobrino vive en un ejido de 20 familias, sin recursos. Sus padres tuvieron que vender todas sus pertenencias solo para trasladarse a México un par de ocasiones, pero todo fue en vano. Actualmente, mi sobrino está muy dañado psicológicamente por lo sucedido”.
Prosigue con su relato Mayela:
“Nos trasladamos a México para ver su situación y las autoridades argumentaron que los hechos ocurrieron el 13 y no el 11 de enero, como realmente sucedió., siendo éste uno de los motivos por los que no coinciden con la declaración de testigos que llevamos a la Ciudad e México, para que declararan”.En la carta, Mayela le dice a Calderón que el juez les pidió que consiguieran una carta notariada del presidente municipal de San Pedro de las Colonias para dar fe de que los hechos ocurrieron el 11 y no el 13, como asegura la Secretaría de Seguridad Pública federal. Señala, así mismo, que los testigos que presentaron aseguraron que la policía no encontró ninguna arma en el taller de su hermano y se quejó de que las autoridades no hayan hecho caso del amparo que promovieron en favor de Raúl Livas.“Mi hermano es el único sustento de su familia, actualmente es padre de cuatro niños que cursan primaria y secundaria. Algunos de ellos ya no pueden seguir en la escuela por el daño psicológico que están sufriendo.“Señor Presidente, le suplicamos de la manera más atenta, más humilde, que nos ayude para que liberen a los detenidos. Estamos dese4perados y padecemos una gran impotencia porque las autoridades están cometiendo una gran injusticia. No es justo que paguen inocentes por pecadores”.
Termina Mayela:
“Por favor revise la situación de mi hermano y de mi sobrino, nosotros estamos abiertos para darle toda la información que nos pida acerca de la situación y de mi familia”.En entrevista con Apro, Luz Juárez Livas, sobrina del René Livas, aporta otros elementos que chocan con la versión oicial divulgada por la SSP federal.Afirma, por ejemplo, que su tío fue acusado por “un tal Marcelino Chávez”, que misteriosamente desapareció o está bajo resguardo de las autoridades federales.Además, destaca que el día de los hechos fue detenido también Ricardo Livas, quien a la fecha arrastra las secuelas de esa amarga experiencia.“El niño es de un ejido, no sabe nada, no conoce la ciudad. ¡Y todo el daño que le hicieron! No deja de llorar las 24 horas. Fue un atropello. No va a la escuela, se siente perseguido, está asustado. Necesita apoyo psicológico. Nunca se había subido a un avión y de la noche a la mañana se lo llevan señores encapuchados y armados”.Luz Juárez Livas cuenta, así mismo, que durante dos meses no supieron dónde se encontraba su sobrino, hasta que lo localizaron en el centro de readaptación para menores, de donde fue liberado en marzo pasado.Refiere también que su tío permaneció bajo arraigo tres meses antes de ser trasladado a la prisión federal de Puente Grande, Jalisco, donde, dice, ha sido objeto de malos tratos.Indignada, suelta: “Los verdaderos Zetas, los que son narcos, ahí están en San Pedro, a ninguno se llevaron”.
Los atropellos
En la entrevista, Luz Juárez asegura que la información difundida por la SSP federal está llena de inconsistencias. En primer lugar, sostiene que su tío René no fue detenido durante una persecución como informó la SSP, sino que fue aprehendido en su taller, ubicado en la calle Gómez Farías número 7, en el centro de San Pedro.“Un señor que se llama Marcelino Chávez, que no está en ningún lado, puso una denuncia por radio a la policía y la policía le habla a los militares por radio para decir que había sido agredido a balazos por ciertas personas del taller Cuatro Caminos. A la voz de esto, el Ejército se lanza a buscarlos y supuestamente iban en tres carros y les hacen un llamado en altavoz.“Supuestamente, los militares les hacen el alto, y los bajan y se llevan a un menor, Ricardo, sobrino de René. Una discrepancia muy grande es que cuando fuimos con el juez, ellos en la SIEDO dicen que el operativo fue el 13, domingo, y todos saben que fue el viernes 11 de enero”, denuncia.
Abunda en detalles Luz Juárez:
“La policía no sólo se llevó a mi tío, se llevó también la tele, el refrigerador, la ropa, la computadora. Una señora se llevó todo en una patrulla. Dicen que hubo una balacera y que iban en vuelo (en el coche) cuando los detuvieron, pero la verdad es que mi tío estaba arreglando un carro cuando lo agarraron y se lo llevaron.“También se llevaron a un muchacho que apenas cumplió 18 años y el pobre fue al taller a dejar una feria de 70 pesos de una bobina. Su papá que estaba enfrente lo mandó a darle a René ese dinero”. Juárez Livas recuerda también que la esposa de René, Verónica, se comunicó con ella para notificarle del arresto. Las dos comenzaron a comunicarse a Comisión de Derechos Humanos de Coahuila, que les ayudó a rastrear a sus familiares.Menciona que el viernes 11 y el sábado 12 de enero estuvieron detenidos y que hasta el domingo 13 fueron presentados. Según la versión que le dio Ricardo, durante esos días su tío y los otros detenidos fueron torturados.“¿Por qué los secuestraron dos días? Los tenían en la estación militar La Joya, en Matamoros, Coahuila. ¿Por qué no los presentaron inmediatamente a la autoridad si era un operativo? El niño (Ricardo) nos dijo que los tenían desnudos, en el piso, boca abajo y que les decían que cada uno iba a declarar, según lo que les iban diciendo, o sea el cargo a cada quién se lo iban a inventar. Así tomaron sus declaraciones”, se queja.Luz Juárez asegura que René no tiene antecedentes penales, aunque revela que fue adicto en su juventud, aunque aclara que “ahora da testimonio a los jóvenes sobre los problemas de las adicciones”.Sobre el caso particular de Ricardo, indica que la Siedo lo puso en libertad, pero que como no tenía a nadie en el Distrito Federal decidieron remitirlo al Consejo Tutelar para Menores.
Cuenta:
“No le encontraron ningún cargo al menor, pero como no había ningún familiar que lo reclamara en México, y como el niño no sabe el teléfono de ningún familiar, le procesaron un delito para que pudiera entrar al tutelar de menores.“Cuando hablé con el abogado de la SIEDO me dijo: ‘Le tengo que inventar el cargo al niño’, y le dieron cargos de portación de armas y delincuencia organizada, y que tenía que entregarlo a una autoridad; salió hasta el 17 de marzo.”Una vez libre, dice que Ricardo le confió que al momento del arresto en San Pedro, cuando circulaban en camionetas donde los tenían esposados, había 25 detenidos y que antes de llegar a su destino, por el rumbo de La Joya, un militar preguntó a alguien por radio que cuántos detenidos necesitaba, y escuchó que una voz que respondía que 22. Según el dicho de Ricardo, luego de eso los militares liberaron a tres personas en la carretera La Cuchilla, uno de los cuales, dijo, resultó con un severo golpe en el rostro, debido a que los aventaron con la camioneta en movimiento.De acuerdo con Luz Juárez, los detenidos estuvieron bajo arraigo tres meses en la Ciudad de México y, en abril pasado, fueron remitidos al penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, donde fueron torturados.
Especifica:
“Ahí violan tus derechos, en Puente Grande. Cuando Verónica (esposa de René) entró a verlo, la desnudaron toda, de entrada y salida. ¿Por qué, para qué? Están violando los derechos de nosotras como mujeres. ¿Por qué hacen eso? Luego te revisan ‘allá también’ (las partes íntimas).La sobrina de René cuenta que en una de las visitas que hizo a Puente Grande se enteró que uno de los detenidos, quien era agente de Tránsito, pereció por los golpes:“Ya murió, lo están velando ahorita en San Pedro, me imagino. Ya debe de haber llegado el cuerpo, porque el domingo (27 abril) fuimos nosotros y el lunes nos enteramos que falleció y me imagino que están apenas en el traslado, él es de San Pedro. A él se lo llevaron en un operativo que hicieron antes, cuando hubo 15 detenidos. A mi tío se lo llevaron en el segundo”, confió.Presente en la entrevista, Jesús Carlos Alvarez González, abogado de René Livas, dice, a su vez, que presentó un dictamen de los peritos oficiales Jorge Arreola Villarreal y Francisco Ramírez Reyes, en el que se establece que 12 de los detenidos “presentan lesiones que no ponen en riesgo su vida y tardan 15 días en sanar”.Para demostrar la brutalidad a la que fueron sometidos, mostró el dictamen de representación gráfica 2102-55, de la SIEDO, de Jesús Alejandro Córdova Hernández, alias “El Gordo”, en el que se observa el rostro deformado por lo que parecen ser contusiones.Álvarez González subraya que continuarán buscando la manera de evitar que se consume “la arbitrariedad” y que se libere a René y los demás que injustamente están en prisión.

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