viernes, junio 13, 2008

Más viagra privatizadora para violar la Constitución

Conjeturas
Alvaro Cepeda Neri

Los cuatro pusieron caras de “intelectuales” para, prósperos académicos que han hecho, en del Estado-Nación y del nacionalismo, respectivamente, su coto de caza y la ubre para mamar y vomitar sus desnacionalizados análisis con los cuales se pronunciaron a favor de la privatización petrolera. Y a favor de la iniciativa calderonista. Aguilar Camín, el traidor a Salinas quien lo benefició (y hasta cheques le exhibieron) fue el más radical: como se ha violado la Constitución, entonces, propone que se siga haciéndolo. El “historiador de tijeras y engrudo” de una vez por todas exigió reformas constitucionales. Asimismo, echar al pasado la “mitología nacionalista”. Todo con la finalidad de que PEMEX pase a propiedad privada.
En su turno, Luis Rubio, siempre con su tono doctoral y poseedor de la verdad absoluta, para no verse muy “aguilarcaminista” concedió que la empresa, expropiada a la voracidad privatizadora por el nacionalismo de 1938, mantuviera su naturaleza de propiedad estatal, pero en un “marco” pragmático que es el de admitir la participación de las empresas privadas en la industria petrolera. El tercero de ellos: Arturo Fernández, rector del ITAM (formador de cuadros privatizadores desnacionalizados) temerariamente afirmó que la propuesta calderonista no tiene “medidas privatizadoras”. Y colgado de la “mitología nacionalista” de Aguilar Camín, de la mano de éste también planteó contrarreformas a la Constitución, para que los particulares entren de lleno a PEMEX.
El último fue Javier Beristáin. Quiere que se privatice la industria petrolera... ¡sin privatizarse! Ni sí ni no, por lo cual se pronunció por no excluir al sector privado de la explotación y comercialización del petróleo, bajo “la potestad rectora del Estado”. Los cuatro, pues, cortados por la misma tijera de la privatización calderonista. Ellos no son nacionalistas, aunque vivan del nacionalismo y le den patadas al pesebre de esa mitología. Y si la Constitución ha sido violada, entonces modificarla o seguirla violando, para que los capitales nacionales estadounidenses, españoles y demás que esperan que las tesis de Aguilar Camín salgan triunfadoras, puedan entrar a la rebatiña.
Los neoliberales de la política económica privatizadora, se han pronunciado por “el absolutismo del mercado” (escribió Luigi Ferrajoli: Las libertades en el tiempo del neoliberalismo, ensayo publicado en Este País: febrero 2008). Para ellos no existe la Nación; es ideología y mitología. Por lo tanto, también debe hacerse a un lado la Constitución: violándola más o introduciéndole contrarreformas para ponerla al servicio de los empresarios. Se trata del libre mercado llevado hasta sus consecuencias fundamentalistas. Y dejar de gobernar en beneficio del pueblo. Más viagra privatizadora para violar la Constitución. Al fin y al cabo que el nacionalismo es un mito. El locutor de Televisa Aguilar Camín se asumió como moderno Savonarola, defendiendo la incorruptible privatización calderonista.
cepedaneri@prodigy.net.mx

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