Gloria Leticia Díaz Y Raúl Monge
El abogado Juan Antonio Araujo, defensor de Guillermo Zayas, exjefe policiaco al que la procuraduría capitalina culpó de las 12 muertes que dejó el operativo del 20 de junio en la delegación Gustavo A. Madero, asegura que aun en caso de que su cliente hubiera incurrido por error en un delito, éste debe considerarse imprudencial, no doloso. Se trata de ocultar a quienes ordenaron el operativo, sostiene, por eso buscará que el caso se lleve fuera del control de la administración de Marcelo Ebrard y solicitará al gobierno federal un dictamen que ayude a deslindar responsabilidades.El “infierno” que vive Catalina León empezó el 27 de junio, cuando ingresó al Reclusorio Oriente su marido, Guillermo Zayas, el mando operativo del Sistema de Coordinación Policial del Distrito Federal (Unipol) en Gustavo A. Madero inculpado por las 12 muertes ocurridas en la discoteca New’s Divine.“Vivo con miedo todo el tiempo, cuando suena el teléfono me agito, corro a contestar pensando en lo peor: que me avisen que Guillermo está muerto. Tengo que llevarle hasta el agua que bebe porque tengo miedo de que lo envenenen”, cuenta entre sollozos.
De 36 años, está casada con Zayas González desde hace 14 y es madre de dos niños. Narra:
“Yo me enteré de lo que ocurrió en la discoteca por los medios de comunicación y de inmediato busqué a Guillermo. Desde ese momento se puso mal de su problema de diabetes, que sufre desde hace 15 años. El domingo (22 de junio, dos días después del fatídico operativo) su médico dictaminó que estaba a punto de sufrir un coma diabético y pedimos una ambulancia. En el camino al hospital (Ángeles Metropolitano) lo interceptaron dos carros con judiciales; lo querían bajar de la camilla, y desde ese momento empezó el acoso.
“En el hospital había como 15 judiciales, que prohibieron el paso a amigos y familiares. A mí me seguían hasta a la capilla cuando iba a rezar. Nunca nos mostraron una orden de detención. Cuando vimos en las noticias que el procurador (Rodolfo Félix Cárdenas) decía de Guillermo: ‘Él los mató’, a mi marido le subió la glucosa a 490. Desde entonces vive con insulina y es hipertenso”, asegura Catalina León.“Ya vas a venir, Zayas, te estamos esperando”, es uno de los gritos que, afirma, escucha su esposo desde el área de reos sentenciados, a muchos de los cuales él encarceló cuando era fiscal de homicidios.
Separado del resto de los internos y bajo medidas cautelares solicitadas por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, el exjefe policiaco ocupa la celda en que estuvo José Luis Calva Zepeda, El Caníbal de la Guerrero, quien se suicidó el 11 de diciembre de 2007. Ahí también permaneció Orlando Magaña, quien cometió siete asesinatos y fue arrestado por Zayas en noviembre de 2002.
Miedo a sus jefes
Con experiencia como investigador en las procuradurías del Estado de México, General de la República y en la del Distrito Federal, Zayas es reconocido como un servidor público “decente, lo que en el ámbito de las procuradurías es excepcional”, asegura en entrevista su abogado defensor, Juan Antonio Araujo Rivapalacio.Pero el temor por la vida de Zayas no sólo se debe a las amenazas de muerte que ha recibido de reos –“hay una comisión de Santa Martha Acatitla para asesinarlo”, dice su abogado–, sino también a la reacción de las autoridades del Distrito Federal a las que sirvió. Araujo pone un ejemplo: “Me dice que por su propia seguridad no puede darme cierta información, como el nombre de quienes le ordenaron que hiciera el operativo”.El litigante considera que detrás de la consignación y formal prisión de Zayas González como responsable de homicidio doloso en agravio de nueve jóvenes y tres servidores públicos, se oculta un intento de eximir de responsabilidad a funcionarios de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal de mayor jerarquía. Añade que también se pretende librar de responsabilidad política a quienes toman la decisión de realizar operativos de esa índole.El abogado, quien solicitó un careo entre su cliente y el procurador Rodolfo Félix Cárdenas, así como un peritaje del gobierno federal, sostiene que no pretende exculpar a Zayas de las responsabilidades en que haya incurrido por los errores del operativo que terminó en tragedia.Desde su perspectiva “hay un delito del ejercicio indebido del servicio público que establece con toda claridad que, pudiendo haber previsto (la tragedia), de acuerdo con sus funciones, no lo hizo y causa daños o alguna lesión o alguna muerte. Pero eso no quiere decir que él sea responsable de esas muertes”. Aun si este fuera el caso, añade, se trataría de homicidio imprudencial: “Hay límites en la teoría del delito para que el Estado no se exceda en la aplicación de las penas”, explica.A partir del análisis del expediente, que consta de más de 16 tomos, Araujo sostiene que se violaron las garantías de Zayas. Por ejemplo, su primera declaración ministerial la rindió en calidad de testigo, “lo que implica que no contó con el derecho de defensa que hubiera tenido si desde el principio se le considerara indiciado”. Además, asegura el abogado, a elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), agentes del Ministerio Público de la agencia 50 “los obligaron a cambiar sus declaraciones para incriminarlo”.Según él, a Héctor Arturo Flores Gómez, cuyo indicativo era “Aragón”, lo obligaron a cambiar su declaración en tres ocasiones. Le dijeron que si se negaba lo iban a consignar por dolo eventual y como responsable de homicidio. Quienes no aceptaron las presiones de la procuraduría fueron consignados y encarcelados por falsedad en declaraciones, como les ocurrió a Marco Antonio Cacique Rosales y a Carlos Mario Zepeda Saavedra.En el fondo de este asunto, dice, se encuentra la responsabilidad política del Gobierno del Distrito Federal para realizar operativos como el de la discoteca New’s Divine con cuerpos policiacos “que no sé si estén preparados para el manejo de masas. En todo caso, Zayas sólo obedeció órdenes”.
Y añade: “Él cumplió una instrucción, acudió a un operativo. Los policías no pueden discutir las órdenes. Sería interesantísimo que alguien dijera quién dio la instrucción”.
–¿No se lo ha dicho?
–No, tiene pánico de que lo maten.
–¿Ni como abogado se lo ha confiado?
–Me ha dicho que algunas cosas se las reserva, por su propia seguridad.
–¿Teme que sus jefes le ocasionen algún daño si habla?
–En el reclusorio basta con voltear la cabeza media hora para que Zayas amanezca muerto. Ningún jefe de la policía ni un jefe de la procuraduría tiene que decir “mátenlo”. Allá adentro hay mucha gente que se encargaría de hacerles el favor y se quitan del problema.
Venganzas
En torno de la declaración que hizo Joel Ortega el pasado 27 de junio en una entrevista radiofónica, en el sentido de que Zayas no acató las instrucciones del operativo y pretendía hacer “algo espectacular” presentando al menos a 200 detenidos, Araujo precisa:“El de la New’s Divine formó parte de una serie de operativos realizados durante una semana. Zayas no tomaba las decisiones directas y estas acciones debían estar sujetas a una agenda muy precisa.“Quienes se querían lucir con el trabajo de Zayas eran otros. ¿Qué ganaba Zayas con realizar un operativo en un sentido o en otro? Los operativos como éste forman parte de una política general del Gobierno del Distrito Federal. Empezaron con Tepito e Iztapalapa y ahora van con los antros a donde acuden los jóvenes, y si éstos son de bajos recursos constituyen un blanco perfecto. El que se luce es el gobierno.”
–¿Marcelo Ebrard?
–Tenía que lucirse con la creación de la Unipol. Él echó a pelear a los gallos: dos mandos de la SSP y dos de la procuraduría, y la pelea era a muerte, porque estaba de por medio la dirección de la Policía Judicial.De acuerdo con el abogado, excolegas de Zayas de la procuraduría le han informado que “la verdadera intención del jefe de Gobierno era que el mejor mando de Unipol relevara al comandante Miguel Amelio, y que en la procuraduría no iban a permitir que lo sustituyera un mando de la SSP. Eso explicaría la virulencia de los ataques que el procurador ha lanzado contra Zayas”.El entrevistado agrega que en el Informe Ejecutivo del Mando Único SSP-PGJDF, de los resultados del 19 de mayo al 20 de junio pasados, se destaca que el mando con mejores resultados en el abatimiento de los delitos fue precisamente Zayas, quien estaba al frente de las operaciones en la Gustavo A. Madero, con un récord de 41.9%, seguido por el mando de la Miguel Hidalgo, con 26%, delegación a cargo de la PGJDF.Asegura que a esta versión debe añadirse una serie de desencuentros que Zayas tuvo con Rodolfo Félix Cárdenas cuando era fiscal de homicidios, “y que se los expuso en su carta de renuncia”.“Hay otras versiones que le han dado a mi cliente –prosigue Araujo–, como que hubo quien escuchó decir al maestro Félix: ‘Tumben a Zayas’, y otro que afirma que la noche de la tragedia el procurador y su gente se fueron a celebrar. Mi cliente les ha pedido (a quienes dicen esto) que lo declaren ante el juez, pero la gente tiene miedo”.
–¿No le dificulta su trabajo como defensor que Zayas no declare quién le ordenó la realización del operativo?
–Pues sí, pero yo quisiera sacar el asunto del ámbito de la justicia del Distrito Federal. Voy a pedir al gobierno federal que realice dictámenes periciales en control de mandos. Puede hacerlos, ya que cuenta con especialistas en esta materia. “A partir de los resultados, solicitaré que se establezca quién, cómo y cuándo ordenó los operativos. Alguien dio la instrucción de que se efectuaran las fallidas acciones policiacas en el New’s Divine y ello no implica responsabilidad penal, sino política.”El manejo directo del operativo podría implicar responsabilidad penal, aclara Araujo Rivapalacio. Es el caso de Zayas, quien asume que algo salió mal, pero no por homicidio doloso. Hay que recordar que constitucionalmente el mando lo lleva el Ministerio Público (MP), agrega el litigante.
Testigos aleccionados
Al ampliar su declaración ante el juzgado 19 de lo penal el 2 de julio, Zayas rechazó las imputaciones por homicidio doloso, así como las declaraciones de Jorge Heras, y Juan Pretelín, comandantes de la Policía Judicial. En estos testimonios se funda el acuerdo de detención en su contra.Dichos mandos policiacos “manifiestan que nunca les indiqué de qué se trataba (el operativo), a dónde iban, y que muchos nunca pudieron entrar al lugar”, dijo Zayas ante el juez. Y como prueba de que mintieron, presentó fotografías del operativo en las que aparecen los dos. Heras y Pretelín fueron consignados junto con otros cinco elementos de la PGJDF por falsedad de declaraciones, pero no fueron recluidos porque no se trata de un delito grave.En la declaración que Zayas rindió ante el juez Rafael Guerra –cuya copia tiene Proceso– el exjefe policiaco afirma que “con motivo de la orden general de operación de giros negros que se llevaría a varias delegaciones del Distrito Federal”, el jueves 19 de junio fue notificado del operativo que tendría que efectuar en la demarcación de Gustavo A. Madero.Esa noche, afirma, instruyó a Héctor Arturo Flores Gómez, director del Sector GAM8 Aragón, para que “designara a ocho elementos que de civil ingresarían a los puntos de reunión en la discoteca denominada New’s Divine”. Su función, dijo era que le informaran sobre las personas que estaban adentro y qué vendían.A las 15:30 horas del viernes, notificaron a Zayas sobre la presencia de menores de edad y que “en los baños estaban activando con resistol cinco mil y fumando piedra”; además le reportaron que “había un segundo piso donde había unas jaulas y bailaban jóvenes eróticamente”.Tras hacer mención de la orden de operaciones (Proceso 1652), Zayas cuenta que una vez dentro del local comentó a Jesús Dávila –comandante de la Policía Judicial también consignado por falsedad de declaraciones– y a otro más que identifica como el comandante de la GAM 4, que se encontraban “en la presencia del delito de corrupción de menores, por lo que habría que pedirle al MP que valorara dichas circunstancias para proceder penalmente en contra de los dueños y empleados del lugar”.Asegura que dio indicaciones para que se le informara de los hechos al agente ministerial Miguel Ángel Aguilar y “que se salvaguardara la integridad de los menores para entregarlos a sus padres”. Añade que les pidió a los jóvenes que salieran de manera ordenada y dio indicaciones por Nextel al indicativo Pradera, Alejandro Garniño Tejeda, para que buscara camiones en los que trasladarán a los menores, “ya que los que llevábamos no alcanzarían”.Zayas refiere que salió de la discoteca, caminó por la avenida Eduardo Molina hacia el sur para agilizar el tráfico vehicular, y a su regreso escuchó “gritos de desesperación” de los jóvenes que buscaban salir de la trampa en que se había convertido ya la discoteca.Así mismo, declaró ante el juez que buscó la manera de ayudar a los jóvenes, algunos tirados en el suelo, y que logró salvar a uno de ellos. Luego afirmó que en un taller de lubricantes consiguió una barreta para abrir una puerta que estaba en la parte superior del establecimiento, y que le fue mostrada por el dueño, Alfredo Maya Ortiz, quien está en la cárcel, acusado de corrupción de menores.En su declaración, Zayas narra que luego de liberar a los jóvenes regresó al frente del local, vio a “varias personas tendidas en el suelo” y solicitó ambulancias por radio. En ese lugar ya no se encontraba Isaías Cisneros, exdirector del cuerpo de Granaderos y “con pericia en manejo de multitudes y masas”, a quien se le encomendó el resguardo perimetral.Zayas asegura que varios jefes de sector se fueron con sus elementos y afirma: “No cometí ningún delito o ilícito, permanecí en el lugar de los hechos hasta que me ordenaron trasladarme a la delegación, y posteriormente a la fiscalía de Gustavo A. Madero, donde el agente del Ministerio Público me declaró a las cuatro de la mañana”.Catalina León y María Asunción González –respectivamente esposa y madre de Guillermo Zayas– están decepcionadas por el trato que las autoridades le han dado al oficial: “Ha sido un hombre honesto que ha servido a la ciudad. Nunca imaginé que le pagarían de esta manera, me siento impotente”, dice María Asunción.“Estoy desesperada y muy triste por mis hijos; tengo que decirles que no crean lo que dice la televisión de que su papá está en la cárcel por haber matado a 12 personas, como afirma el procurador. Nos sentimos abandonados. Hoy (miércoles 2 de julio) sufrimos mucho porque fue la misa de fin de cursos de mi niño de 12 años y no estuvo su papá”, lamenta Catalina sin poder contener las lágrimas.Comenta que en los años de matrimonio con Zayas él sacrificó a su familia por entregarse al trabajo, y dice confiar en que “la verdad saldrá a la luz”. En tanto, no tiene noticias de los jefes de su esposo:“Nadie me ha llamado, ni Joel Ortega ni sus otros jefes, para solidarizarse con nosotros, a pesar de que la desgracia ocurrió durante su trabajo. Con ello nos demuestran que lo van a dejar solo, que alguien tiene que pagar y lo escogieron a él.” l
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