Ricardo Andrade Jardí
Indignante puede resultar el secuestro de civiles como forma de presión de cualquier lado de la lucha política aunque sea en busca de una respuesta también política. Indignante, porque en la estrategia común de la derecha opresora que aplica el secuestro y la prolongación del mismo como estrategia de presión contra la disidencia, pero el secuestro de civiles por parte de las FARC no excusa al gobierno colombiano de sus crímenes atroces, entre los que existe también el secuestro, la tortura, la humillación de los familiares (civiles) de los disidentes y la desaparición forzada de personas, entre muchos otros, por no mencionar los presuntos vínculos, cada día más claros, de Uribe con el narcotráfico y con los grupos paramilitares, es decir con asesinos a sueldo, además de amigo de Bush que es de donde nace la violencia que hoy con violencia combaten las FARC, ante un régimen injusto, autoritario y corrupto, que poco o nada ha hecho por Colombia, más allá de la demagogia publicitaria financiada con el dinero imperialista.
El, cada minuto que pasa más dudoso, “rescate” de Ingrid Betancourt que pronto será todo un melodrama hollywoodense, en el que seguramente veremos a una “democracia”, como la colombiana, en la que cientos de miles de personas sobreviven infrahumanamente, ante la “competitividad” del libre mercado, puesta en peligro por un grupúsculo de renegados, necios y trasnochados que soñaron un mundo más justo, que no quieren entender que el camino del cambio es la ruta “institucional” que siguió Evo Morales, que hoy enfrenta una latente amenaza de guerra civil, financiada también, como debe ser, por la hamburcolademocracia gringa.
Ingrid Bentacourt ha pasado de ser de víctima de un crimen atroz a la estrella de otro atroz crimen: el de la desinformación mediática, el de la mentira, el de la injusticia de un régimen que no fue capaz de negociar su liberación porque en realidad nunca le importó su secuestro y por eso prefirió comprar, millonariamente, su liberación, en un justo momento electoral, en que el aliado principal de Bush en Latinoamérica Alvaro Uribe, se jugaba su reelección, por la sistemática negativa de querer liberar a los rehenes en manos de las FARC y por su intervención militar y asesina en un Ecuador, que también ha reculado en la defensa de su humillada soberanía, por aquello de la institucionalidad, presumiblemente.
Pero sobre, la farsa y la mentira, se cimienta la trasnacional “Democracia Corporation S.A.”, de la que Ingrid, después de su penoso cautiverio, ha decidido banalizar su experiencia para convertirse en un “rentable” personaje de la “gran pantalla” ideológica del imperialismo gringo donde se nos muestra una sola cara de la realidad: la de la mentira.
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1 comentario:
De Pelicula, De Pe-li-cu-la, exelente articulo, una operacion de enorme peso politico, no cabe duda que la Union hace la fuerza!, aunque el presidente estubo de por medio arriesgando su posicion politica esto fue un evento que quedara grabado en la historia, exelente trabajo, felicitaciones por este articulo.
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