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Sumario:
I. “La violencia y la inseguridad no se resolverá con más policías, ni con más cárceles, tampoco con penas y leyes más severas”: AMLO
II. Los subsidios al sector privado de salud, por Asa Cristina Laurell
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“LA VIOLENCIA Y LA INSEGURIDAD NO SE RESOLVERÁ CON MÁS POLICÍAS, NI CON MÁS CÁRCELES, TAMPOCO CON PENAS Y LEYES MÁS SEVERAS”: AMLO
Al iniciar su recorrido semanal por municipios del país, esta vez en tierras guerrerenses, el presidente legítimo de México agregó que “la minoría rapaz que aplica la actual política económica es responsable del actual clima de violencia e inseguridad y, en lugar de esmerarse por enmendar lo mal hecho, se ha empeñado en perjudicar al pueblo con incrementos a los precios de los artículos de primera necesidad”.
Aseguró también que la grave crisis económica y la descomposición social son fruto de la imposición de una política neoliberal, antipopular y entreguista, y puso de ejemplo el que “en los 18 meses que lleva usurpando la Presidencia de la República, Felipe Calderón ha autorizado aumentos a los precios del frijol, el arroz, el aceite y la tortilla. Tan sólo ésta, pasó de 6 a 10 y hasta 12 pesos por kilogramo”.
Por la mañana de ayer, López Obrador sostuvo una reunión informativa con los habitantes de Xochihuehuetlán. Ante ellos fue que declaró: “La violencia y la inseguridad no se resolverá con más policías, ni con más cárceles, tampoco con penas y leyes más severas. Para revertir la actual situación de descomposición social, deben garantizarse mejores condiciones de vida para la mayoría de las familias mexicanas, por ejemplo, el acceso a la educación y al empleo para millones de jóvenes”, subrayó al destacar que el único camino que se le ha dejado a la población es el de la migración, para encontrar mejores condiciones de vida.
El presidente legítimo de los mexicanos hizo énfasis en que “los de arriba sólo se han dedicado a profundizar la política económica entreguista” y se preguntó: “¿qué le espera al pueblo entonces? Una mayor pobreza, una mayor frustración, una mayor inseguridad, que se aumentará si se entrega la industria petrolera a las compañías extranjeras”, afirmó.
“En ese supuesto —alertó—, nadie podrá vivir tranquilo, ni siquiera los más ricos del país, porque sería el acabose, la ruina del país”.
Tanto en Huamuxtitlán, como Alpoyeca, Cualac y Olinalá, López Obrador se refirió a la pretensión de la derecha panista de privatizar el petróleo. “México se convertiría en una colonia y su pueblo sería esclavo en su propia tierra si se entrega la industria petrolera a las compañías extranjeras”, anticipó al reiterar que “los mexicanos estamos preparados para impedir, por la vía de la movilización pacífica, la desnacionalización del sector”.
Explicó, en detalle, que el petróleo es el mejor negocio del mundo, si se considera que la extracción de un barril —de 160 litros— tiene un costo de cuatro dólares y se vende en el mercado mundial a un precio de 120 dólares. “Pero la derecha panista, en complicidad con el PRI, pretende que el país retorne a 1901, precisamente cuando las empresas inglesas y norteamericanas eran dueñas del petróleo y no pagaban ni un centavo por concepto de impuestos”, relató.
“Años después —recordó—, cuando el presidente Francisco I. Madero intentó de manera infructuosa aplicar un gravamen de 20 centavos, los extranjeros reaccionarios conspiraron, junto con el chacal de Victoriano Huerta, para asesinar al presidente Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez. Fue hasta 1938 cuando el general Lázaro Cárdenas del Río expropió el petróleo para beneficio del pueblo de México y para convertir al sector en palanca del desarrollo nacional”, resaltó.
Para trasladarse de Alpoyeca a Cualac y de ese municipio a Olinalá, el automotor que trasportaba a López Obrador transitó por caminos de terracería e incluso tuvo que esperar a que un trascabo removiera la tierra y las piedras que se encontraban en el suelo, debido a un derrumbe que se registró y obstaculizó el camino.
En Olinalá, municipio que se caracteriza por sus artesanías, el presidente legítimo de los mexicanos declaró que “una pandilla de rufianes, de ladrones, intenta privatizar el petróleo” y señaló como cabecillas de ese grupo “al presidente pelele, Felipe Calderón, y al delincuente confeso de Juan Camilo Mouriño”.
“A pesar de que México ha sido saqueado por siglos, posee grandes riquezas naturales, como sus litorales, sus bosques, sus selvas, su petróleo, su gas y principalmente su pueblo extraordinario”, puntualizó al manifestar que ostenta el cargo de presidente legítimo de México por mandato del pueblo, y dijo que de nada habría servido ser un presidente impuesto, si hubiese negociado o pactado con la mafia de la política, a través de la lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo. “Por el contrario —distinguió—, Felipe Calderón está atado de pies y manos y ahora tiene que pagar los favores y las facturas a aquellos que contribuyeron en el fraude electoral. Por ejemplo, a Elba Esther Gordillo le entregó la Secretaría de Educación Pública; aunque hay una titular de la dependencia que es Josefina Vázquez Mota, el subsecretario de Educación Básica, Fernando González Sánchez es quien realmente maneja la SEP”.
“También el presidente usurpador está pagando favores a los grandes empresarios que lo apoyaron; y ¿cómo lo está haciendo? no les está cobrando impuestos y cuando les cobra, se los devuelve, mientras que los pequeños y medianos empresarios y comerciantes cumplen puntualmente con sus obligaciones fiscales”, aseguró.
Para sustentar su afirmación, explicó que Telmex sólo pagó por concepto de ISR 2 por ciento de sus ventas totales, que fueron por varios miles de millones de pesos. En casos similares se encuentran Cemex con 3 por ciento, Coca-Cola con 1 por ciento, Maseca con 2 por ciento y Wal-Mart con 1 por ciento, añadió.
López Obrador continuará hoy su recorrido por la Región de la Montaña, en Guerrero, donde visitará los municipios de Cochoapa, Metlátonoc, Alcozauca, Tlalixtaquilla y Xalpatlahuac.
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LOS SUBSIDIOS AL SECTOR PRIVADO DE SALUD
por Asa Cristina Laurell, secretaria de Salud del gobierno legítimo de México)
En México esos subsidios son en general indirectos e “invisibles”. Se conceden principalmente por dos vías: mediante la deducción de impuestos de los gastos de atención médica o de seguros, en este último renglón con un tope de gasto o un paquete limitado de servicios, que significa que se transfiere la atención más cara al sector público.
Es problemático calcular el monto de estos subsidios por la falta de información oficial fidedigna sobre el sector privado de salud, tanto en lo económico como en la prestación de servicios y su calidad. Esta carencia de datos es seria, ya que en la actual reforma el papel de la Secretaría de Salud es precisamente el de regular el sistema de salud, para lo cual tendría que disponer de información actualizada y precisa.
Gracias a la información que la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros publica sobre los seguros privados de gastos médicos y de salud es posible calcular el monto del subsidio que reciben. Alrededor de 5 millones de personas (5 por ciento) están cubiertas por estos seguros y corresponden a quienes perciben altos ingresos o, alternativamente, lo reciben como prestación laboral. En ambos casos la prima es deducible en el pago de impuestos (Ley del Impuesto sobre la Renta, artículos 31 y 149), o sea, es subsidiada por el erario público. Entre 2004 y 2007, el monto de ese subsidio subió de 5 mil 533 a 7 mil 605 millones de pesos, lo que significa mil 320 pesos anuales por persona asegurada, aproximadamente. En contraste, el subsidio promedio por persona asegurada del Seguro Popular —las de menos recursos— es de unos 850 pesos al año.
Sector de bajo riesgo
Por otra parte, la población con un seguro privado es de bajo riesgo por sus características demográficas, ya que su edad promedio es de 29 años, y 89 por ciento es menor de 50 años. Además, los mayores de 60 años por lo general son excluidos de los seguros médicos, que también tienen periodos de espera para las enfermedades más costosas y/o tope de gastos. Estas restricciones significan que la aseguradora está protegida contra el pago de tratamientos de alto costo. En consecuencia, en muchos casos, cuando se agotan los recursos de su seguro, los pacientes acuden a alguna institución pública para seguir sus terapias; esto es, sobreviene el segundo tipo de subsidio a la iniciativa privada. El funcionamiento de los seguros particulares se deriva del principio de lucro que rige las empresas de ese sector.
El subsidio estatal al resto del sector privado de salud es más difícil de estimar por la falta de la información requerida. En una estimación aproximada se calcula en unos 32 mil millones de pesos en 2006, suponiendo que sólo la mitad de este gasto se deduce en el pago de impuestos. Sumado al subsidio a los seguros médicos, el monto alcanzaría 38 mil millones de pesos o 0.56 por ciento del producto interno bruto. Para tener un punto de comparación se constata que en el mismo año el subsidio total para el Seguro Popular era de 16 mil 100 para 15.8 millones de personas y en 2007 de 24 mil 777 millones para 29.1 millones. Es decir el financiamiento para el programa de salud estrella del gobierno federal recibe menos recursos que el subsidio “invisible” al sector médico privado.
Sobre el sector salud pesa además un índice inflacionario de 146 por ciento en comparación con el índice general de 106 por ciento para el periodo de 1997 a marzo de 2008. Los medicamentos son los que más contribuyen a la inflación con un índice de 181 por ciento, que se dispara en 2003. Este incremento no es casual, porque con el mercado garantizado por medio de los distintos seguros públicos y privados, incluyendo el programa de gratuidad del Gobierno del Distrito Federal, la industria farmacéutica pone sus precios, apoyado en su poder oligopólico.
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