Gerardo Fernández Casanova
Que el fraude electoral jamás se olvide
Porfirio Muñoz Ledo, con su ya proverbial capacidad dialéctica, ha colocado en la arena de la discusión el tema de la revocación del mandato, tema que ha abordado desde hace varios años en su proyecto de reforma del Estado, como elemento sustantivo del perfeccionamiento de la democracia que no puede limitarse al ejercicio electoral de cada tres o seis años. Subrayo la antigüedad de la idea para aclarar que su propuesta no tiene un destinatario coyuntural, por más que tome mayor relevancia en la circunstancia actual en la que coincide la presencia de un gobierno espurio, producto de un aberrante fraude electoral, con la palmaria incapacidad de gobernar de quien dice ejercer el mandato. Me parece de la mayor importancia abundar en el tema y llevarlo al ámbito latinoamericano, en el que ya se han dado valiosas experiencias. Procedo:
1.- La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada por la vía del referéndum en los primeros meses del gobierno de Hugo Chávez, incluye dentro de su espíritu y su articulado los instrumentos de la democracia directa o participativa, como son el referéndum, el plebiscito, la rendición de cuentas y la revocación del mandato, ejercicio éste último contemplado para practicarse a la mitad del ejercicio de un período gubernamental. No tardó más de tres años para quedar de manifiesto la bondad de la medida. La oposición al gobierno revolucionario había llevado las cosas hasta el extremo de un intento de golpe de estado, frustrado por el pueblo a las 48 horas, y un criminal paro patronal que estuvo cerca de destruir al Estado venezolano y a su economía. La respuesta del mandatario fue, en todo tiempo, el apego a la Constitución para llevar el conflicto a la oportunidad del referéndum revocatorio del mandato, realizado el 15 de agosto de 2004, bajo los reflectores del mundo y sometido a la más intensa observación internacional. El resultado fue la confirmación del mandato otorgado en las urnas al Presidente Chávez, por más de dos terceras partes del electorado. Con ello quedó conjurado el peligro golpista y vuelto a legitimar el gobierno de la Revolución Bolivariana, con aval internacional.
2.- En la misma Venezuela, en el 2007 el Presidente Chávez formuló un paquete de iniciativas de reforma a la Constitución, entre las que se incluyó la posibilidad de la reelección permanente, las que fueron sometidas a referéndum. El resultado en este caso fue adverso al proyecto gubernamental, por un pequeño margen de 51 a 49 y fue cabalmente asumido por el Presidente. El pueblo mandó y ese señor, al que tildan de tirano y dictador, acató.
3.- El próximo domingo se realizará en Bolivia un referéndum revocatorio, aplicado al Presidente, al Vicepresidente y a los Intendentes de los Departamentos (gobernadores) en un esfuerzo para conjurar la crisis política y el peligro de destrucción del país andino. La propuesta del referéndum vino de la bancada opositora en el Senado y fue democráticamente asumido por el Presidente Evo Morales, con todos los riesgos que implica. Hoy los intendentes opositores pretenden dar marcha atrás al ejercicio democrático, no obstante haber sido propuesto por su mismo partido. No sé cuál vaya a ser el veredicto popular, la oposición parece adivinar una derrota y se prepara para desconocer sus resultados, no obstante que también estará siendo observado internacionalmente. La verdad es que sólo quienes pretenden conservar sus privilegios a costa de la vigencia de Bolivia como Nación, pueden actuar a contrapelo de la opinión popular explícita. De cualquier forma, y sin importar el resultado de la consulta, el ejercicio podrá poner en claro la correlación de las fuerzas políticas y ofrecer una alternativa democrática de solución al conflicto boliviano.
4.- El Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, convocó a la formulación de una nueva Constitución, mediante la elección de una Asamblea Constituyente, lo que ya se cumplió a principios de año, para la elaboración del proyecto y su presentación al escrutinio popular por la vía del referéndum, el cual tendrá verificativo en las próximas semanas. En el caso, se están confrontando las dos distintas visiones de país, entre quienes aspiran a una patria soberana y justiciera, y quienes pretenden mantener el estado de cosas que garantiza sus personales privilegios bajo el amparo neoliberal y proyanqui, incluida la nefasta intervención del alto clero que, como de costumbre, se alía con lo más oscuro de los intereses. Cualquiera que sea el resultado, el esfuerzo derivará en un Ecuador gobernable.
5.- En México el tema adquiere hoy especial relevancia. Se hace evidente que una democracia basada exclusivamente en el ejercicio electoral de cada tres y seis años, altamente influida por los medios de comunicación masiva y cargada de promesas mentirosas y de omisiones dolosas, no cumple con el objetivo de constituir un gobierno del pueblo para el pueblo. No existe relación entre el discurso de campaña electoral y el ejercicio de gobierno. La posibilidad de la revocación del mandato tendrá que obligar al cumplimiento de lo ofrecido. Andrés Manuel practicó voluntariamente tal obligación y se sometió al referéndum revocatorio cada dos años de su mandato en el Distrito Federal y lo incluyó entre sus ofertas de campaña por la Presidencia. La oscura oposición prefirió operar en la oscuridad de las trampas para desaforarlo, que aceptar el veredicto popular. El país está en proceso de destrucción acelerada que es preciso detener por la vía democrática. Hay que tomarle la palabra a Muñoz Ledo.
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