Advierte que en el combate contra el narcotráfico está en juego el futuro de la democracia
Plantea la necesidad de que aumente la asistencia estadunidense para abatir el crimen organizado
Es decir, ya el pelele les armó su justificación para intervenir en México y controlar y reprimir, so pretexto del narcotráfico, a la lucha social.
De la Redacción
“La guerra en México (contra el narcotráfico) es, a su propia manera, tan crítica a los intereses de Estados Unidos como la de Afganistán; en ambos casos, un mayor compromiso estadunidense es requerido”, afirma The Washington Post en su editorial “La guerra de México”, publicado ayer.
“Más soldados y oficiales policiacos mexicanos han muerto combatiendo las bandas de la droga en los últimos dos años que el número de tropas estadunidenses y de la OTAN abatidas combatiendo contra los talibannes. Las bajas civiles han sido igual de numerosas y de espeluznantes. Se han dado veintenas de decapitaciones, masacres de familias enteras y asesinatos de altos oficiales. Según la cuenta oficial, los secuestros en México ahora son de 65 al mes, en promedio, un rango mucho más elevado que en Afganistán e Irak”, señaló.
“Algunos funcionarios mexicanos argumentan que la escalada de la violencia es indicadora del éxito del gobierno –al enfrentar y atacar a las bandas de la droga–, aunque han provocado un revire. La mayoría de los mexicanos parece creer que el gobierno está perdiendo la guerra”, afirma el Post.
El editorial señala que el desafío que enfrenta el presidente Felipe Calderón, quien “valientemente declaró la guerra” a los cárteles del narco, recibe relativamente poca atención en Estados Unidos “porque los estadunidenses, en muy raras ocasiones, están entre las bajas”.
Sin embargo, subraya que es el dinero de los consumidores de droga en Estados Unidos, y también el flujo de armas a México, lo que está “nutriendo esta guerra”.
Lo que está en juego, afirma, “no es sólo el éxito del gobierno liberal y amistoso del señor Calderón, sino la sobrevivencia de la democracia de México; no sólo la estabilidad de un vecino, sino la capacidad de Estados Unidos de controlar la inmigración ilegal”.
Recordó que recientemente el Congreso aprobó 400 millones para asistir al gobierno mexicano, “la mayoría de los cuales serán usados para mejor armar y equipar al ejército”. Advierte que “el problema más grande del señor Calderón podría ser la ausencia de fuerzas confiables. La mayoría de la policía de México es contratada y administrada localmente; só-lo 20 mil agentes son federales. El ejército es menos corrupto, pero aun la dedicación de 40 mil elementos ha fracasado en cambiar la marea contra las bandas. “El nuevo financiamiento estadunidense debería de ayudar, pero el próximo gobierno en Washington haría bien en explorar si más asistencia podría ser ofrecida para capacitar a las fuerzas mexicanas, como los asesores estadunidenses han ayudado a profesionalizar al ejército colombiano.”
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