El presidente del CMHN actúa para convencer a Beltrones, Labastida, Peña Nieto y otros
Convoca a sus seguidores a estar atentos para iniciar las acciones de resistencia civil pacífica
Alma Muñoz
Aspecto de la asamblea informativa realizada en el Hemiciclo a Juárez. Foto: Carlos Ramos Mamahua
Andrés Manuel López Obrador pidió ayer a los brigadistas en defensa del petróleo estar atentos a su llamado para iniciar las acciones de resistencia civil pacífica e impedir la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex). Advirtió que Claudio X. González, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), está detrás de las negociaciones entre la cúpula priísta y Felipe Calderón para llevar a cabo ese objetivo.
Este personaje, vinculado estrechamente con Carlos Salinas –dijo– está “actuando y convenciendo a Manlio Fabio Beltrones, a Enrique Peña Nieto, a Francisco Labastida, a Emilio González y a Beatriz Paredes” para terminar de amarrar la alianza con el panista.
“¡Nada más que no lo vamos a permitir!”, señaló el ex candidato presidencial en asamblea informativa en el Hemiciclo a Juárez. Así que las acciones de resistencia civil pacífica, manifestó, dependerán de “lo que decidan el PRI y el PAN en el Congreso y del contenido de los dictámenes fundamentales (sobre la reforma enérgica)”. Lo que sí podemos adelantar, advirtió, es que “no habrá ningún titubeo, ninguna vacilación” de nuestra parte si pretenden privatizar el petróleo”.
Indicó que en las cámaras de Senadores y de Diputados, los legisladores de los tres partidos que conforman el Frente Amplio Progresista (FAP) comenzarán las protestas “que nosotros apoyaremos, al mismo tiempo, con la movilización ciudadana” pacífica, y que no se caerá en la trampa de la violencia.
A cientos de personas que se dieron cita para escucharlo, López Obrador les dijo que permanecerá pendiente en la ciudad de México de las discusiones en el Senado. “Por eso he decidido suspender mis giras por los municipios del país”, dijo, y se comprometió a informar diariamente al pueblo sobre ese asunto y las acciones que “deben tomarse para atender con urgencia los problemas causados por la crisis financiera, la devaluación, el desempleo, la carestía, y orientando y ayudando en la medida de nuestras posibilidades a la gente que padece por estas calamidades”.
Se mostró convencido de que, pese al triunfo obtenido por el movimiento tras el anuncio de Calderón de que construirá una refinería, y que gracias a ello “ya no se podrá privatizar cuando menos la refinación del petróleo”, prevalece la ambición de un grupo “que no tiene llenadera, que son insaciables, que quieren terminar de destruir al país”, y que busca entregar el crudo a particulares nacionales y extranjeros. “Ése es el punto de todo lo que llaman privatización, modernización y todos esos eufemismos para ocultar que detrás están la ambición y el pillaje que han destruido a México, pero llegó el momento de decir basta. Hasta ahí. No vamos a seguir permitiendo este saqueo”. Millones de mexicanos, afirmó, “los vamos a parar” con la movilización.
No obstante, manifestó que aún está por verse si Calderón construye la refinería, porque “no ha sido capaz de pegar un ladrillo. Y (los panistas) han demostrado ser una bola de inútiles. Recordemos que hace cuatro años (Vicente) Fox hizo un anuncio similar: se comprometió ante mandatarios de Centroamérica a construir una, y todavía lo están esperando”.
El ex jefe de Gobierno capitalino convocó a la asamblea de ayer para informar a la gente sobre los avances en la elaboración de los dictámenes de reforma energética, en los cuales, enfatizó, la postura que defienden legisladores del FAP se resume en tres criterios básicos: “No aceptar nada que viole la Constitución, no permitir la privatización en ninguna de sus modalidades y no ser cómplices de la corrupción en Pemex”.
Precisó que la decisión asumida en conjunto es “impulsar la propuesta elaborada por técnicos, expertos e intelectuales, parar fortalecer la paraestatal sin entregar la renta petrolera a particulares, nacionales y extranjeros”. De manera específica enlistó seis propuestas del PRI y el PAN a las cuales se oponen: la creación de filiales de Pemex (planteada por los priístas), porque “ello significaría reafirmar la política de Salinas que, para privatizarla en 1994, la dividió en cuatro subsidiarias, cuando en realidad se necesita integrar a la empresa para utilizar toda su cadena de valor y convertirla en una palanca del desarrollo nacional”. Esa propuesta, añadió, es “una especie de reparto del botín para consolidar los acuerdos” entre ambos partidos.
Segundo, “no permitiremos los contratos-riesgo, ni abiertos ni con disfraces”. Es decir, aclaró, los contratos “incentivados propuestos por el PAN, ni los llamados contratos de éxito que pretende el PRI”. De igual manera, estamos contra el “nuevo régimen de excepción administrativo” propuesto por ambos partidos, porque implicaría dar “manga ancha para la asignación de obras, adquisiciones y servicios, mediante el procedimiento de invitación restringida o asignación directa de contratos”. Resultaría grotesco, añadió, “que con toda la corrupción que opera en Petróleos Mexicanos se siguiera fomentando el contratismo en beneficio de empresas y de funcionarios deshonestos”.
Tampoco aceptaremos, indicó, “que se asignen a compañías nacionales o extranjeras bloques o áreas del territorio o de las aguas nacionales para la exploración y perforación de pozos petroleros. Y estamos en contra de que la paraestatal compre fianzas y seguros para darle impunidad a los consejeros y a su director, por los daños que causen a la empresa o al patrimonio de la nación. Con ello se estaría legalizando descaradamente la corrupción y la impunidad”.
Finalmente, expresó su rechazo tajante a la posibilidad de someter a Pemex a la “decisión de tribunales internacionales porque se estaría permitiendo la violación de nuestra soberanía”.
López Obrador se mostró satisfecho con la respuesta de los brigadistas a la convocatoria que emitió el lunes pasado para realizar la asamblea. En su discurso insistió en criticar a Calderón por dar a conocer, el 8 de octubre pasado, un programa para el crecimiento y el empleo, al mismo tiempo que tomaban en su gobierno la decisión de utilizar las reservas del Banco de México para, supuestamente, detener la devaluación del peso, “lo cual no fue más que un rescate encubierto a los potentados de siempre, que mediante la especulación, auspiciada y tolerada desde arriba, se han devorado, en un abrir y cerrar de ojos, 9 mil millones de dólares, que significan más de 10 por ciento de nuestras reservas”.
Exigió una investigación y castigo a los culpables. “No sólo a los especuladores, sino a los funcionarios que tomaron esta decisión. Desde ahora les puedo asegurar que en todo este enjuague están metidos los mismos que le dieron dinero y ayudaron a Calderón para hacer el fraude”.
Antes del ex candidato presidencial hablaron los senadores Rosario Ibarra y Pablo Gómez. La primera convocó a la unidad y “luchar por los maestros, por todos los trabajadores, los mineros muertos en Pasta de Conchos, por todos los humillados, los agraviados, los asesinados”.
Pablo Gómez pidió cautela ante lo que se apruebe en comisiones del Senado. “Cuidado. No hay acuerdo aún sobre los contratos de Pemex. Tenemos que estar muy vigilantes porque la cosa se presenta como muy fina. Seis palabritas en una ley para agarrarse de ahí y llevar a cabo un proyecto privatizador. Nosotros decimos ‘no pasarán”’.
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