Carlos Fernández-Vega
¿Y cuándo las medidas?
A golpe de micrófono difícilmente México superará la sacudida económica. Sobran ejemplos para documentar que realidad mata discurso, por “sensible” que éste pretenda ser (“hay rumbo y saldremos adelante; México, firme ante la crisis”, asegura Calderón, al más puro estilo echeverrista).
Oficialmente, los países de la OCDE –entre ellos el nuestro– están en recesión; Japón ya dijo “presente”; Estados Unidos no tiene necesidad de patentizarlo; todo el mundo lo tiene claro, pero a estas alturas Calderón todavía juega a las dudas: “aunque para México (¡¡¡) pueda avecinarse (!!!), por ejemplo, la tormenta que hoy sacude la economía del mundo, lo importante es mantener el rumbo y hacer con puntualidad y precisión las maniobras que se requieran”. ¿Cuáles son éstas y cuándo se harán? Seguramente cuando los ladrillos estén en el suelo.
Lo cierto es que el horno está cada vez más caliente, tal como lo reporta el Fondo Monetario Internacional (FMI): las perspectivas para América Latina y el Caribe “se ensombrecen cada vez más, ante el agravamiento de la turbulencia financiera mundial”. El FMI prevé “una marcada desaceleración del crecimiento” regional, “a medida que se materializa la reducción económica mundial y se endurecen las condiciones financieras”, y advierte sobre el “aumento de los riesgos de un deterioro del crecimiento mayor al esperado, dadas las perspectivas inciertas para los precios mundiales de las materias primas y la posibilidad de que se propaguen los efectos de las tensiones que afectan la estabilidad financiera mundial. Para algunos países, la flexibilidad en el tipo de cambio facilitará el ajuste. Las autoridades se enfrentan al reto de lograr un delicado equilibrio entre, por un lado, mitigar la desaceleración esperada y mantener condiciones ordenadas de financiamiento y, por otro, intentar anclar la estabilidad a mediano plazo”.
En el segundo semestre del año el impulso del crecimiento de América Latina y el Caribe se verá contrarrestado cada vez más por el marcado empeoramiento de las perspectivas de las condiciones financieras mundiales, la demanda externa y los precios de las materias primas. Debido al fuerte dinamismo del primer semestre, se proyecta que el crecimiento regional en 2008 será de 4.6 por ciento, aunque prevé que se desacelere notablemente a 3.2 por ciento en 2009, apunta el FMI (Las Américas, lidiando con la crisis financiera mundial).
El pronóstico del organismo se basa en tres factores. En primer lugar, el actual proceso de contracción de las condiciones mundiales de financiamiento y de aumento de la “aversión al riesgo” que se registra probablemente persista, ya que deberá transcurrir algún tiempo hasta que las conmociones que están produciéndose en el sistema financiero mundial tengan un desenlace definitivo. Esta situación seguirá complicando el financiamiento externo y endurecerá aún más las condiciones de financiamiento interno. Sumados a la desaceleración del crecimiento de crédito, estos factores tenderán a frenar sustancialmente el crecimiento.
Segundo, se prevé que el crecimiento de la demanda de los socios comerciales de la región disminuirá sustancialmente. En Estados Unidos, Europa y Japón (juntos absorben alrededor de 70 por ciento de las exportaciones latinoamericanas) se perfila una marcada desaceleración para los próximos dos años. Esto afectará a todas las economías de la región, pero en especial a las que mantienen lazos económicos estrechos con países avanzados, como es el caso de México, América central y el Caribe. Además, muchas naciones, en especial del Caribe, están sintiendo los efectos de una menor demanda de servicios turísticos tanto de Estados Unidos como de Europa. Se esperan también efectos significativos originados por la disminución de las remesas provenientes de Estados Unidos, que ya está aconteciendo, sobre todo en México y algunos países de América central y el Caribe. Esto refleja la desaceleración en Estados Unidos, particularmente en el sector de la construcción, que emplea a muchos migrantes mexicanos. De hecho, el actual debilitamiento del sector vivienda, que ha golpeado con particular fuerza a estados como California, es perjudicial para México.
En tercer lugar, al haber retrocedido los precios de las materias primas, se proyecta un empeoramiento de los términos de intercambio de América Latina y el Caribe de aproximadamente 3 por ciento hasta 2009. Esto hará dar marcha atrás a otro impulso básico del crecimiento que ha beneficiado en los últimos años a los países exportadores de materias primas de la región; un descenso de 10 por ciento en los precios de las materias primas reduce el crecimiento regional en aproximadamente 0.8 puntos porcentuales. Sin embargo, la caída proyectada de los precios del petróleo reduciría la carga que aflige a los importadores netos de materias primas de la zona.
El momento que vive el planeta es de incertidumbre sin precedentes. Los shocks que están ocurriendo en el sistema financiero mundial superan en magnitud y alcance cualquier otro shock de los últimos 70 años. Sus implicaciones a corto y largo plazos son difíciles de evaluar, y mucho depende de cuánto demoren en estabilizar los mercados financieros las medidas que se adopten. A diferencia de las perspectivas de abril, los riesgos financieros internacionales y los precios de las materias primas ahora fluctúan en paralelo, lo cual exacerba los factores de vulnerabilidad potencial para muchos países productores de materias primas, aunque el descenso de los precios del petróleo es un factor positivo para el crecimiento y la sostenibilidad externa de varias naciones, sobre todo en América central y el Caribe.
Dado que se prevé que en 2009 la economía mundial llegará al umbral de la recesión (es decir, un crecimiento mundial de 3 por ciento o menos, según el informe Perspectivas de la economía mundial), el análisis el FMI se centra en los riesgos que afectan los precios de las materias primas y las consecuencias de un mayor endurecimiento de las condiciones financieras. Para ello estima el impacto que tendría en el crecimiento regional un descenso de 35 por ciento en 2009 en el precio promedio de las materias primas respecto del nivel alcanzado a mediados de 2008. Esta baja de los precios de las materias primas coincide en general con lo sucedido en anteriores recesiones mundiales. Los riesgos de un menor crecimiento regional se han intensificado desde pasado abril, en consonancia con los mayores riesgos mundiales a la baja, consecuencia de la incertidumbre que rodea las condiciones financieras mundiales y la demanda externa, que se han agudizado desde abril de 2008.
El micrófono, sin embargo, ni siquiera se ha asomado a ver el espectáculo.
Las rebanadas del pastel
Un apretado y solidario abrazo a la querida Rebeca Contreras por el lamentable deceso de su esposo, Hugo Olivio Ortega.
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