Barómetro Internacional
Los niños y jóvenes se tornar ¨inmunes¨ al horror de la violencia
Por Sylvia Ubal
La televisión es considerada un fuerte medio por poseer la peculiaridad de presentar estímulos visuales y auditivos a la vez y de penetrar en la mayoría de los hogares. Sin embargo, se ha determinado que tiene también características negativas, dada la calidad de programación que transmite sin considerar que, en la mayoría de los casos, sus espectadores son niños y jóvenes que no tienen un adulto que los oriente en relación a los temas que allí se desarrollan.
La adolescencia es la etapa de la vida comprendida entre los 10 y los 19 años de edad, de acuerdo con la definición de la Organización Mundial de la Salud. Durante este período de la vida se producen una gran cantidad de cambios físicos, psicológicos, sociales y normales, que conducen a su inserción positiva y productiva en la sociedad, y un grupo de ellos y ellas adoptan conductas hostiles y violentas que se manifiestan de varias formas que preocupan a la sociedad.
Los niños y adolescentes ven televisión por un promedio de seis u ocho horas diarias. Esta puede ser una influencia poderosa en el desarrollo de valores y en la formación del comportamiento de los jóvenes y la gran parte de la programación actual de la televisión tanto local como por cable es violenta.
Estas conductas no deseables tienen varios orígenes o causas: entre ellas, la violencia del medio (barrio, comunidad) en que viven y se desarrollan cuando niños, la violencia doméstica familiar (psicológica, física, sexual o por negligencia) que sufren desde edades muy tempranas y la información que le transmiten los medios de comunicación masiva, especialmente la televisión que les ofrece como producto de consumo diario, las más variadas formas de violencia psicológica, física, sexual o contra terceros y de sus propiedades. El impacto de la agresividad en la televisión puede ocasionar también efectos dañinos en otras áreas, como el estereotipo racial o sexual.
La televisión local y por cable puede ser una influencia muy poderosa en el desarrollo del sistema de valores, en la formación del carácter y en la conducta. Lamentablemente muchos de los programas de televisión contienen un alto grado de violencia. Los motivos por los que se ve televisión varían desde simple, distracción, reducir las tensiones del día y como medio de información y hasta casos de adicción, en esto influye la personalidad del individuo y el medio ambiente que lo rodea.
En un artículo publicado por el Dr. Solum Donas Consultor OPS/OMS de Salud Integral del Adolescente nos informa que se han hecho estudio de los efectos negativos con respecto a la relación entre los niños y la televisión, y han observado que éstos pueden ser unos indicadores importantes a tener en cuenta.
• Imitar la violencia que observan en la televisión,
• Identificarse con ciertos tipos, caracteres, víctimas y/o victimarios
• Tornarse ¨inmunes¨ al horror de la violencia; y
• Gradualmente aceptar la violencia como manera de resolver problemas.
Los niños que ven televisión durante más horas son más agresivos, pesimistas, menos imaginativos y no son tan buenos estudiantes como los que menos la observan, por ejemplo quienes aprecian programas con escenas de violencia muestran en la hora del juego, una conducta más agresiva que la de aquellos que no observan estos mensajes televisivos. Cuanto mayor sea el tiempo de exposición a programas violentos, mayor es el riesgo de asociación de comportamientos inadecuados en los niños.
La televisión no distingue entre sus espectadores, si tienen cuatro años y puedes prenderla, entonces tienes derecho a obtener la misma información que un joven de catorce años o un adulto de cuarenta. Esta ha modificado la naturaleza de la infancia; ha derrumbado muchas de las barreras tradicionales que los protegían de la realidad de la vida adulta.
Los mensajes político-televisivos
El Dr. Solum Donas nos dice que “La televisión pone en juego varias motivaciones que son aprovechadas por quienes la utilizan para la venta de productos, así como la implantación de ideas políticas o sociales. Esta ayuda a la formación de imágenes estereotipadas con respeto a grupos políticos”
Por ejemplo en Venezuela, durante el paro convocado el 02 de diciembre de 2002 por las cúpulas empresariales, y debido a que no estaban de acuerdo con las políticas del gobierno, los medios de comunicación masivos transmitieron únicamente mensajes políticos, omitiendo así la programación infantil habitual.
Cuando se llevó a cabo esta paralización, ocurrieron varios sucesos lamentables que ocasionaron la muerte de varias personas, debido a la tensión, violencia y odio que estaba presente en el país. Todas estas escenas eran transmitidas por los diferentes medios de comunicación televisivos, y mostraban a las personas realizando actos violentos, lo que ocasionó que la mayoría de los niños observaran estos hechos, influenciando de esta manera en sus comportamientos, se irrespeto su democracia. Y por ende se violaron los derechos de los niños, ya que no se respetó el espacio indicado para este público.
Con respecto a lo antes mencionado, se tiene que hacer énfasis en la responsabilidad de los medios, porque los medios de comunicación, en este caso la televisión, tienen que recordar que junto con la serie de derechos que poseen por vivir en democracia, no hay que dejar de lado todas las determinadas responsabilidades.
La Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente (LOPNA), establece en dos artículos lo siguiente:
Artículo 70. Mensajes de los Medios de Comunicación Acordes con Necesidades de los Niños y Adolescentes. Los medios de comunicación de cobertura nacional, estadal y local tienen la obligación de difundir mensajes dirigidos exclusivamente a los niños y adolescentes, que atiendan a sus necesidades informativas, entre ellas: las educativas, culturales científicas, artísticas, recreacionales y deportivas. Asimismo, deben promover la difusión de los derechos, garantías y deberes de los niños y adolescentes.
Artículo 79. Prohibiciones para la Protección de los Derechos de Información y a un Entorno Sano. Se prohíbe:
c) Difundir por cualquier medio de información o comunicación, durante la programación dirigida a los niños y adolescentes o a todo público, programas, mensajes, publicidad, propaganda o promociones de cualquier índole, que promuevan el terror en los niños y adolescentes, que atenten contra la convivencia humana o la nacionalidad, o que los inciten a la deformación del lenguaje, irrespeto de la dignidad de las personas, disciplina, odio, discriminación o racismo.
El medio de comunicación social televisivo siempre se va a basar en cuanto más sangre muestre, más audiencia va a tener e insisten en que las ganancias anteceden a la responsabilidad, sin importar lo que esto pueda afectar a los niños y no están viviendo de acuerdo con su compromiso de servir al público.. Se dice que los niños son el futuro del país, entonces se tienen que preocupar primero por formarlos de una manera correcta tanto psicológica como internamente.
Los medios de comunicación tienen como responsabilidad, integrar las preocupaciones de la niñez, con el fin de conseguir a través de una labor educativa dirigida hacia la prevención, una mejor protección a la integridad de los niños. Lamentablemente la función de educar es un aspecto muchas veces olvidado por las personas que están encargadas de ejecutar las prácticas comunicacionales, como consecuencia es preciso plantearse y reflexionar sobre los contenidos de los mensajes dirigidos a ellos.
Los derechos de ellos no pueden ser olvidados en ningún momento, la democracia debe existir también para los niños y los adolescentes. Como fue el caso de Venezuela, en donde debido a un conflicto existente en el país, los derechos de los niños fueron olvidados por la televisión, eliminando la programación infantil y transmitiendo solo sucesos que tenían como base la violencia y mensajes con fines políticos, influenciando de una manera negativa sus comportamientos.
Los padres deben acompañarlos y educarlos, y tienen que dedicar el tiempo necesario y con el deber además de hacer selecciones de lo que el niño va a observar a través de un medio de comunicación. Si los padres permiten que sus hijos vean horas enteras de violencia irracional, no están viviendo de acuerdo con su compromiso de protegerlos y formarlos.
Los niños están siendo lastimados; son lastimados cuando son víctimas o autores de una violencia insensata, que los medios de comunicación exaltan; cuando ven el mundo como un lugar corrupto y aterrador, en el cual solamente los bienes de consumo proporcionan satisfacción y paz mental; cuando se vuelven tan dependientes de las armas de fuego, la droga y de los efectos visuales. Es hora de dejar de lastimar al sector más vulnerable de nuestra población, es hora de empezar a proteger a nuestros niños.
Para lograr el desarrollo positivo de nuestros adolescentes se hace necesario que los padres que son los principales responsables pueden ayudar a sus hijos brindándoles un diálogo abierto y afectivo y manteniendo la receptividad, controlando el horario televisivo y los programas que observan, y al mismo tiempo establecer límites, conjuntamente con ellos, en las múltiples situaciones que se presentan en el diario vivir y convivir.
sylviaubal@gmail.com
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