María Teresa Jardí
Sigo donde me quedé ayer. No es desinterés de mi parte el no referirme, que sí me refiero, al día a día, aterrador que vivimos en México hoy. No han bajado esta semana de 20, las ejecuciones diarias conocidas, porque quién sabe a cuántos más no estarán asesinando cada día sin que se tenga la referencia que en algunos medios se consigna. A final de cuentas la impunidad es la única certeza que al pueblo mexicano le queda.
Más bien es lo contrario, porque me afecta, porque me interesa y porque me horroriza es que empiezo a pensar en lo que se puede hacer para prevenir lo que sigue y ya se ve venir a la vuelta de la esquina. Y no soy la única, por supuesto, en hacerlo. El POR ESTO! está lleno de llamadas similares. Por estos días dos resaltan, para mí, por su importancia: la de Alberto Híjar, empezada a publicar anteayer y continuada ayer y la de Ibarrola de ayer, las que, aunque pudieran parecer contradictorias, en el fondo son ambas aterradoras llamadas de alerta para no repetir lo que tanto al Ejército como al pueblo mexicano les costó no hace tanto tiempo. Nada son para la historia 35 años y hablando se entiende la gente, estoy convencida.
A no olvidar la memoria llama Alberto y a discutir lo que se tenga que discutir para encontrar el consenso y lo mismo hace Ibarrola, a su manera, más compleja, por tratarse de un analista de cuestiones militares, al alertar sobre lo que puede ocurrir y el precio a pagar, por todos, si ocurre.
Con lo que no estoy de acuerdo, obviamente, es con la oposición de Ibarrola, producto de una confusión, a que se busque que las drogas se despenalicen. No es lo mismo buscar la despenalización atendiendo la salud y previniendo el consumo a través de la educación que dejar de combatir a los delincuentes que se dedican al negocio. La lucha contra los narcotraficantes tiene que darse, no se está dando, es falso, como tiene que perseguirse a los pederastas y a los tratantes de blancas, tan bien vistos en este país por los gobernantes que se han convertido en aliados de esas infamias. La lucha contra los delincuentes será imparable mientras el mundo exista. Pero, otra cosa, bien distinta, es acabar con el "pretexto" (las drogas mantenidas dentro del ámbito de lo clandestino eso son, un pretexto) para enriquecer a esos delincuentes y a otros, de mucho más arriba, también de cuello blanco. En el Poder usurpado por el panista Calderón, con la anuencia de todos los partidos y de los tres poderes, se encuentran los que están "moviendo el caldero" productor de la violencia que espanta a propios y a ajenos.
Me afecta, claro que me afecta y claro que me interesa, lo que se ve venir, como antes se veía venir que: no por llamar "ajustes de cuentas", a las ejecuciones, dejaban de ser ejecuciones y que no por llamarlas "ajustes de cuentas" se podían dejar impunes sin gravísimas consecuencias. Y que no por llamar "levantados", a los desaparecidos, el país se iba a salvar de las desapariciones forzadas de personas, hoy reconocidas hasta por la CNDH tan de derecha desde la cabeza y al servicio del sistema impuesto por el panista usurpador como Calderón, al menos. No descubre nada al decir que desaparecieron órganos del Estado a los dos miembros del EPR. Saltaba a la vista que era así y la pérdida de tiempo sólo sirvió para obrar en contra de la posibilidad de rescatarlos con vida. Debe bastar --no debe desaparecerse a nadie, es un crimen atroz, de lesa humanidad-- pero, en todo caso, debería bastar con la interposición de un amparo para que de inmediato se supiera qué ocurrió. Así funciona el Estado de Derecho. Lo demás son engañifas que no podemos, como pueblo, continuar permitiendo. Y por eso creo que no debemos aplazar más el momento de buscar, entre todos, dónde se dio el quiebre del pueblo mexicano que ha permito llegar a este nivel de violencia generado por parte de funcionarios delincuentes alejados del todo de la función de prestar el servicio que justifica la existencia de cualquier gobierno.
Todas las críticas, comentarios, y también las ideas serán muy bien recibidas en: mariateresajardi@gmail.com y prometo responderlas.
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