Carlos J. Ron
Rebelión
Los intereses políticos y económicos de los Estados Unidos en Latinoamérica presentan una estrategia común que se desarrolla en cada uno de los países y ciudades del continente americano.
Este desarrollo de actividades políticas y económicas evitando ser acusados de interferir en los asuntos internos de otro país, es una tarea difícil para cualquier diplomático injerencista.
En Bolivia, el embajador de Estados Unidos en La Paz, Philip Goldberg, fue expulsado acusado de instigar las protestas violentas contra el Gobierno de Evo Morales en varias regiones del país controladas por opositores. El presidente Hugo Chávez se solidarizaba expulsando al embajador de EEUU en Caracas, Patrick Duddy.
Goldberg fue considerado como "experto en alentar conflictos separatistas". Entre 1994 y 1996, trabajó como "jefe de oficinas del Departamento de Estado para Bosnia durante la guerra separatista de los Balcanes" y luego entre 2004 y 2006 fue jefe de misión en Pristina, Kosovo, y "allí consolidó la separación o independencia de esa región dejando miles de muertos".1 Semanas más tarde el gobierno Boliviano debió expulsar al encargado de la Embajada de Estados Unidos por conspiración.
En los barrios populares de El Alto, la Nacional Endowment for Democracy (USAID), ponía en marcha programas para “reducir las tensiones en las zonas propensas a conflictos sociales” y desacreditar a las organizaciones sociales de izquierda.
A juicio de la abogada e investigadora norteamericana-venezolana Eva Golinger, 'el aparato de inteligencia de Estados Unidos (EEUU) utiliza organizaciones y entidades privadas para tapar su intervención en otros países'. En sus investigaciones, Golinger analizado a fondo la injerencia de Washington en Venezuela donde 'las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), los medios de comunicación privados y las instituciones de desarrollo de Estados Unidos son, entre otros, algunos de los organismos que ayudan a tapar la injerencia imperial en Venezuela'.2
“Se trata de lo que el gobierno de los EEUU -en sus documentos estratégicos y fundacionales del Imperio-, define como ‘diplomacia civil’. Tiene, para cada programa de desestabilización, sus propios campos de actuación en función de su eficacia calculada meticulosamente. Se extiende no sólo a ONGs, sino también a fundaciones, gobiernos, partidos políticos, organizaciones sociales y sindicales, y –en algunos países- a la totalidad de los medios de comunicación privados y públicos”.
En Argentina, el gobierno derechista de la ciudad de Buenos Aires viene tejiendo estrechas relaciones con el gobierno de los Estados Unidos y acaba de lanzar en plena carrera electoral, programas de viviendas con “ayuda social” en barrios populares (villas) de la capital argentina donde organizaciones sociales ya existentes realizan trabajos de autoconstrucción de viviendas, sacando de la marginalidad a gran parte de la población de bajos recursos y creando conciencia social como instrumento de liberación.
El desembarco de estos factores se realizó bajo el programa denominado Prosur Hábitat; la sigla representa la conjunción del partido derechista del gobierno local PROpuesta Republicana, Corporación Buenos Aires SUR, organismo dependiente del mismo gobierno de la ciudad y la asociación HABITAT para la Humanidad Argentina3, ONG de origen norteamericano utilizada en la intervención de agencias de gobierno en la creación de negocios, cooptación y desestabilización política y social en los lugares donde actúa.
En la última de las tantas reuniones llevadas a cabo en la sede diplomática, el día 15 de marzo, Mauricio Macri y Earl Wayne, analizaron juntos “los proyectos que la ciudad ha puesto en marcha, de cara a la celebración del Bicentenario y los emprendimientos empresariales en ejecución de los que participan empresas de Estados Unidos"4
Prosur Hábitat aparece así bajo la fachada de “programa de regularización y ordenamiento el suelo urbano” con las consignas de construir infraestructura y “ordenar” el barrio como mascarones de proa para la destrucción social de los barrios y los negocios inmobiliarios con empresas norteamericanas especialmente en la zona norte de la ciudad.
Como preparativo de una próxima puesta en escena y un día antes de la mencionada reunión, la denominada “Brigada de Embajadas” organizada por Hábitat para la Humanidad Argentina -filial local de Habitat for Humanity ayudaba en la construcción de “una casa”en la ciudad bonaerense de Luján.
La brigada estuvo liderada por el embajador norteamericano en Argentina, su esposa Pamela y 13 funcionario junto a familiares, quienes participaron de una “jornada de trabajo voluntario.
Hábitat for Humanity5 es una “organización humanitaria internacional” que en apariencia construye viviendas para familias desfavorecidas y tiene su sede central en Americus, Estados Unidos. Está presente en varios países de Latinoamérica y El Caribe.
En Argentina, su desembarco se produce inmediatamente después de la crisis política y social, el 4 de abril de 2002.
Llegó el momento de su activación.
http://revista-zoom.com.ar/articulo2689.html
http://www.paginadigital.com.ar/articulos/2008/2008prim/noticias12/usa-22012009.asp
http://www.habitat.org/lac/
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=79311&titular=el-alcalde-derechista-de-buenos-aires-se-re%FAne-con-el-embajador-yanqui-
http://www.habitat.org/lac/
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario