Ricardo Andrade Jardí
Y mientras Estados Unidos militariza la frontera con México bajo el pretexto de la violencia del narcotráfico, violencia que nace con la prohibición que la política norteamericana ha impuesto al Continente, frente a la demanda infinita de la sociedad gringa para con las drogas, la violencia que azota a México, es producto de la IMPUNIDAD corrupta de quienes nos desgobiernan y sirven sólo a los intereses de las mismas trasnacionales que hacen de la prohibición el mayor de sus negocios.
Pero no hay que ser ingenuos. La militarización de la frontera Sur de los Estados Unidos no responde primariamente a la violencia de la frontera Norte de México y, al contrario, muchas de las armas que hoy matan a miles de mexicanos pasan sin problema por la frontera “más vigilada” del mundo.
La militarización de la frontera Sur de los gringos responde al interés intervencionista del vecino país para seguir exportando su corrupta hamburgercolademocracia al servicio del empresariado norteamericano que requiere de estados fallidos para poder imponer sin problema su política internacional que no es otra cosa que el saqueo de recursos naturales, la explotación de mano de obra barata y el control geopolítico de sus intereses.
Los carteles mexicanos llevan la violencia a los Estados Unidos, afirma la seguridad gringa, efectivamente, los carteles están en los Estados Unidos, porque no hay duda de que la mayor cantidad de droga se consume en ese lugar. La prohibición no termina con la adicción, pero genera la violencia por el control clandestino de la producción y la distribución.
La militarización responde, no a la lucha contra el narcotráfico, la cual se tendría que combatir en el interior de los grandes bancos y en las empresas que fabrican el armamento que cruza la frontera; en los altos políticos que se corrompen ante la millonaria danza de dólares que ofrece el narcotráfico, lo que no es una tentación, exclusiva, de los políticos latinoamericanos, lo mismo se corrompen los gringos que los europeos.
El debate es otro. La erradicación de la violencia, que genera el narcotráfico, tiene que ver con la postergada y necesaria discusión en torno a lo moral y lo cualitativo de la prohibición, pasando necesariamente por las causas reales que provocan la demanda de consumo y en ubicar quiénes son los beneficiarios de este negocio, además de las obviedades relacionadas con el crimen organizado, es decir, con la rentabilidad que deja la prohibición para algunos sectores legalmente constituidos en el entramado social de los Estados Unidos y de México.
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