08 junio 2010
No es fácil tenerlo en las manos. Sus páginas todavía queman. Y sobre todo duelen. Porque establecen lo que muchos han venido negando siquiera como posibilidad: el incendio de la guardería ABC en Hermosillo fue intencional y provocado por uno o varios sujetos desde la bodega colindante de la Secretaría de Hacienda del Gobierno de Sonora.
Esta no es la única pero sí la principal conclusión del peritaje realizado por David Smith y su equipo de la Associated Fire Consultants Incorporates. Se trata de un experto reconocido internacionalmente, de absoluta imparcialidad y cuyo único propósito es un diagnóstico científico de qué fue lo que pasó aquel 5 de junio de 2009.
No se requiere ser un especialista para inferir que se trata de un estudio serio, sólido y contundente. Examiné el original en inglés, del cual tengo una copia en video. Tengo también una traducción impresa al español, aprobada por su autor. En ambos, estremece enterarse que sin lugar a dudas se descarta cualquier otro origen del incendio. La conclusión es que se trató de una “fuente de ignición directa, como una flama”, con ayuda de un líquido combustible.
Por supuesto que horroriza también la interrogante de quién o quiénes estaban interesados en incinerar documentos oficiales —y con qué propósito— justo al lado de la precaria barda que dividía la bodega de la guardería en el galerón del inflamable techo común.
Pero igualmente asombra que este peritaje se haya realizado desde el mes de enero y no hubiese trascendido hasta ahora. La explicación es que los padres de Manos Unidas —menos belicosos que los del Movimiento 5 de Junio— querían coadyuvar con las investigaciones del gobierno federal y buscaron a un experto incuestionable, entregando sus resultados a la Procuraduría General de la República a cargo de la indagatoria oficial. Pero ocurre que ahora están desesperados porque hasta el momento la propia PGR se ha negado a ratificar la validez de este dictamen técnico por razones que nunca les han explicado. Es más, me dicen que enteraron al presidente Calderón de todo este episodio en la pasada reunión del miércoles 2 en Los Pinos. Aunque siguen sin respuesta.
Por tanto, las preguntas son válidas: ¿por qué el gobierno federal se ha negado a reconocer el Informe Smith? ¿Por qué ni siquiera se ha mostrado dispuesto a discutirlo? ¿Por qué no lo ha hecho público? Y, finalmente, ¿es ésta la información privilegiada que ha hecho que el señor Gómez Mont diga tan orondo que no descarta que el incendio haya sido intencional?
Esta no es la única pero sí la principal conclusión del peritaje realizado por David Smith y su equipo de la Associated Fire Consultants Incorporates. Se trata de un experto reconocido internacionalmente, de absoluta imparcialidad y cuyo único propósito es un diagnóstico científico de qué fue lo que pasó aquel 5 de junio de 2009.
No se requiere ser un especialista para inferir que se trata de un estudio serio, sólido y contundente. Examiné el original en inglés, del cual tengo una copia en video. Tengo también una traducción impresa al español, aprobada por su autor. En ambos, estremece enterarse que sin lugar a dudas se descarta cualquier otro origen del incendio. La conclusión es que se trató de una “fuente de ignición directa, como una flama”, con ayuda de un líquido combustible.
Por supuesto que horroriza también la interrogante de quién o quiénes estaban interesados en incinerar documentos oficiales —y con qué propósito— justo al lado de la precaria barda que dividía la bodega de la guardería en el galerón del inflamable techo común.
Pero igualmente asombra que este peritaje se haya realizado desde el mes de enero y no hubiese trascendido hasta ahora. La explicación es que los padres de Manos Unidas —menos belicosos que los del Movimiento 5 de Junio— querían coadyuvar con las investigaciones del gobierno federal y buscaron a un experto incuestionable, entregando sus resultados a la Procuraduría General de la República a cargo de la indagatoria oficial. Pero ocurre que ahora están desesperados porque hasta el momento la propia PGR se ha negado a ratificar la validez de este dictamen técnico por razones que nunca les han explicado. Es más, me dicen que enteraron al presidente Calderón de todo este episodio en la pasada reunión del miércoles 2 en Los Pinos. Aunque siguen sin respuesta.
Por tanto, las preguntas son válidas: ¿por qué el gobierno federal se ha negado a reconocer el Informe Smith? ¿Por qué ni siquiera se ha mostrado dispuesto a discutirlo? ¿Por qué no lo ha hecho público? Y, finalmente, ¿es ésta la información privilegiada que ha hecho que el señor Gómez Mont diga tan orondo que no descarta que el incendio haya sido intencional?
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