Niurka Sáliva y Greg Sánchez. Cómplices.
CANCÚN, QR., 7 de junio (Proceso).- Una red de tráfico de cubanos operó en este puerto desde los círculos de poder más cercanos al exalcalde de Benito Juárez y excandidato al gobierno del estado, Gregorio Sánchez Martínez, Greg, quien gastó recursos públicos en supuestos actos culturales, cursos o “labores altruistas” para tener la anuencia del Instituto Nacional de Migración (INM) y lograr la entrada de los isleños al país.
Hacia enero de 2009 comenzó a llegar a México la última ola de caribeños por esa vía. Eran, en su mayoría, mujeres que vinieron a trabajar a la empresa Escenario Total, S.A. de C.V., constituida en diciembre de 2008 y cuyo dueño es –según copia de las escrituras del Registro Público de la Propiedad de Quintana Roo– Alberto Ayra Vázquez, cubano naturalizado mexicano que fungía como “asesor del ayuntamiento de Benito Juárez”.
Los cubanos entraban con visas de turistas y permisos oficiales de 180 días de estancia. Una vez en Cancún, eran empleados en diversos “espectáculos”, en algunos de los cuales también participó la empresa Comercializadora Riviera Maya, cuyo gerente general, Francisco Di Mare, “en su carácter de asesor de la oficina del presidente municipal del ayuntamiento de Benito Juárez”, presentaba las solicitudes de internación al país.
Cualquier pretexto para el ingreso de isleños fue utilizado también por funcionarios cercanos a Greg Sánchez, como Jorge Alberto Rodríguez Carrillo, hermano del exprocurador estatal Bello Melchor Rodríguez Carrillo. En su carácter de contralor municipal, Jorge Alberto presentó una solicitud al INM el pasado 11 de enero para la entrada al país de Arletty Rebeca Cruz, quien participaría “en el curso integral sobre la ley de contabilidad gubernamental”, actividad por la que no recibiría remuneración alguna “por tratarse de una labor altruista, por lo cual la responsabilidad económica y moral la asumiría el promovente”.
De acuerdo con documentos del INM fechados en enero y febrero de este año, cuyas copias tiene Proceso, una de las últimas oleadas de cubanos que entraron por intervención de asesores y empleados del ayuntamiento mientras Greg Sánchez era presidente municipal se dio con motivo del carnaval y la Feria de Cancún.
El fenómeno que abrió la puerta al ingreso masivo de cubanos vía la autoridad local empezó el 30 de noviembre de 2009, cuando el cabildo aprobó el Convenio de Cooperación Cultural entre el municipio de Benito Juárez y el Ministerio de Cultura de Cuba.
El acuerdo busca, entre otras cosas, poner en marcha un intercambio de “documentación bibliográfica especializada y (de) personal artístico-técnico calificado para impartir talleres, seminarios y conferencias sobre diferentes manifestaciones artísticas en centros docentes e instituciones culturales”.
En los dos años de gobierno de Sánchez Martínez no sólo creció el número de cubanos cerca o dentro del gobierno municipal. Esa presencia aumentó también en todo el territorio quintanarroense, especialmente en los municipios de Benito Juárez, Isla Mujeres y Solidaridad.
A principios del nuevo siglo, la comunidad cubana era casi inexistente en Quintana Roo. Su sorprendente crecimiento, según información del gobierno estatal y del INM, tuvo dos etapas: la primera en 2005, con la explosión de la migración ilegal de cubanos por México, y la segunda, tras la llegada de Greg a la alcaldía de Benito Juárez, en 2008.
De acuerdo con datos del INM, hace cinco años 893 cubanos residían en Quintana Roo. Era la tercera comunidad extranjera asentada en el estado, sólo superada por las de Estados Unidos (con 2 mil 213) y Argentina (con mil 11).
Ahora ese núcleo se sextuplicó (hay más de 6 mil isleños, según información del gobierno estatal), y en los últimos dos años la presencia cubana es notoria en el gobierno municipal y en los sectores empresarial, turístico y de giros negros.
Empresas “fachada”
La casa es de un solo nivel y está pintada de blanco. Tiene una manta azul que dice: Escenario Total, S.A. de C.V. Se localiza en la zona céntrica de Cancún, muy cerca de la principal terminal de autobuses.
El inmueble es modesto: por fuera se ven sólo dos ventanas que dan al exterior con un pequeño patio al frente. No parece que haya trabajadores ni se ve el ajetreo inherente a su objetivo empresarial –establecido en las escrituras de su acta constitutiva– de “fabricar, comprar, exportar e importar toda clase de audio, video, equipos de iluminación y de cómputo”.
Tampoco se aprecia que ahí se compre, venda u opere “toda clase de bienes muebles, incluyendo maquinaria, equipo, accesorios y/o herramientas”. Parece que ninguno de los 12 objetivos para los que se formó apenas hace año y medio la compañía de Alberto Ayra se puede realizar en esta casa de apenas 60 metros cuadrados que es el domicilio fiscal de la empresa.
En dos ocasiones este semanario buscó entrevistar a Ayra. En la primera, el pasado martes 1, uno de sus empleados informó que el cubano-mexicano no estaba en el inmueble y que regresaría un día después. Ese día, afuera del local, estaba estacionada una camioneta Durango blanca con una sola placa del estado de Florida. El miércoles 2, la Durango ya no estaba ni hubo quién respondiera las llamadas.
De acuerdo con funcionarios de Migración que investigan el caso, la empresa Escenario Total podría ser utilizada como fachada para operar el ingreso de cubanos a Quintana Roo. Desde la detención de Greg (preso en el penal de Tepic, acusado de delincuencia organizada y lavado de dinero), sus actividades públicas quedaron suspendidas.
El caso de Ayra, dentro del círculo cercano del exaspirante a la gubernatura, se suma a las historias protagonizadas por otros asesores de Greg vinculados con operaciones poco claras en la vida pública de Quintana Roo y que actuaban de manera discrecional.
Destaca la situación de Boris del Valle Alonso, abogado y diplomático nacido hace 43 años en La Habana, quien hasta marzo de 2009 se desempeñó como “asesor general en seguridad pública, desarrollo social, infraestructura urbana, inversión inmobiliaria, negocios con la iniciativa privada y relaciones diplomáticas” del entonces alcalde de Benito Juárez.
El hombre de la seguridad y la inteligencia del excandidato al gobierno de Quintana Roo fue acusado de participar en el asesinato del general Mauro Enrique Tello Quiñones el 3 de febrero de 2009. Del Valle fue detenido el 6 de marzo de ese año en el aeropuerto de la Ciudad de México por su relación, según el comunicado 242/09 de la Procuraduría General de la República (PGR), “con el grupo criminal” Los Zetas, a quienes presuntamente brindaba protección e información privilegiada.
Son las investigaciones derivadas de la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/051/09, que se inició por la ejecución del general Tello, las que relacionan a Boris del Valle con Los Zetas en Cancún.
Boris está recluido en el penal de El Rincón, en Tepic, donde también fue encerrado Greg.
Mientras vivió en Cuba este hombre de tez blanca, nariz prominente y calvicie prematura fue oficial de inteligencia del G-2, el órgano de espionaje del Estado cubano. Comenzó a ser popular entre los quintanarroenses a raíz de que se le vinculó con varias de las actuaciones de Francisco Velasco Delgado, El Vikingo, titular de la Secretaría de Seguridad Pública municipal y relacionado también con la ejecución de Tello.
Desde 2004 tanto Greg como Boris se convirtieron en socios en la constitución de la empresa Xuyco, S.A. de C.V., especializada en “la construcción de todo tipo de bienes inmuebles y muebles de cualquier material para cualquier sector económico”. Según copia del acta constitutiva dada a conocer por el semanario local Luces del Siglo en marzo de 2009, la compañía se formó el 30 de abril de 2004 con capital social variable de 50 mil pesos distribuido en 100 acciones con una duración de 100 años.
Además de Greg y Boris aparecían también como accionistas el cubano Manuel Benítez Pérez y el suizo avecindado en Panamá Bernard Baehler. Cada uno apareció como dueño de 25% de la empresa con un capital de 12 mil 500 pesos.
En revelaciones recientes a diarios nacionales, un grupo de testigos protegidos involucró a Greg en el tráfico de cubanos, chinos y rusos a la península de Yucatán. En esa región, uno de sus hombres de confianza, Erik Ramírez Martínez, presumiblemente se reunía con Juan Manuel Jurado Zarzosa, El Puma, miembro de Los Zetas y señalado como autor intelectual del asesinato de Tello, con quien habría acordado el trasiego de indocumentados por esta región del país.
Historias familiares
Los ojos y oídos del G-2, el órgano del espionaje cubano, aparecen como sombra detrás de Niurka Sáliva Benítez, tercera esposa de Greg. Esta mujer tiene dentro de su escolta personal a un hombre discreto, de modales afables: Javier Alfredo Molina Benítez, uno de los medios hermanos de la mujer del frustrado candidato al gobierno quintanarroense.
De acuerdo con reportes del gobierno federal, este hombre fue entrenado en tiro por la policía de Cuba y realizó estudios en la escuela del órgano de seguridad del Estado, es decir, donde se prepara a los espías.
Otro medio hermano de Niurka, Alfredo Javier Molina Benítez, es un ingeniero en electrónica que contrajo matrimonio con la mexicana Rosa del Rosario (hija de empresario Guillermo del Rosario Hernández, exsecretario local de Turismo y representante legal de la empresa Promociones Bahía Azul) gracias a la cual obtuvo la naturalización para después separarse de ella.
Él fue quien se fingió enfermo, en febrero de 2005, para que Niurka Sáliva, su media hermana, pudiera entrar a México con una visa “humanitaria”. Niurka y Greg ya se habían casado en Cuba, pero ella aún no podía salir de la isla. Una vez en México, su marido la ayudó a regularizar su situación migratoria para obtener la residencia y, después, naturalizarse.
En el otoño de 2004 Niurka Sáliva Benítez era una joven a la que le faltaba un semestre para acabar la carrera de medicina, con especialidad en pediatría; entonces conoció a Gregorio Sánchez Martínez, quien viajaba con frecuencia a La Habana. Él acostumbraba hospedarse con un matrimonio cubano: Pedro y Julia. El hombre fue agente del G-2 pero cayó en desgracia cuando se descubrió que regenteaba jineteras, como se conoce a las prostitutas cubanas.
El día que Greg conoció a Niurka fue cuando ella aceptó que le diera un aventón, se hicieron novios y a los pocos meses se casaron en La Habana. El padre de la muchacha, José Ángel Sáliva Pino, era un guajiro que combatió en la revolución, fue oficial del Servicio de Intendencia y alcanzó el grado de coronel. A pesar de que perteneció al aparato de seguridad, en sus últimos años de servicio en el ejército cubano se desempeñó como director del Museo del Ministerio del Interior.
Su hija era buena estudiante, tenía promedio casi perfecto. Cuando llegó a México, su marido la mandó a estudiar oratoria con un pastor evangélico originario de Guadalajara, comenta una fuente allegada a ambos que pidió permanecer en el anonimato.
Con preparación o sin ella, la esposa de Greg ha demostrado un manejo de imagen frente a la cámara y un perfil de mujer abnegada que le valió ser considerada posible “sustituta” para la candidatura al gobierno del estado, posibilidad que fue desechada hace unos días por la dirigencia nacional del PRD. Su papel se ha reducido a ser la “representante” de su marido en los mítines multitudinarios que se han organizado en la zona popular de Cancún, donde conservan bases de apoyo.
Las aristas de la “extraña presencia” de cubanos en Cancún comienzan ahora a apuntar hacia el DIF municipal, instancia que encabezó la esposa de Greg hasta antes de que éste pidiera licencia para contender por la gubernatura.
Algunas versiones coinciden en que de ese DIF salieron las solicitudes de permisos para el ingreso de médicos y otros profesionistas cubanos invitados a realizar labores sociales a través de la organización Todos Somos Quintana Roo, que opera principalmente en el norte del estado, donde se fragua el tráfico de isleños hacia Estados Unidos.
Violencia cubana en Cancún
Quintana Roo, Chiapas, Tabasco, Veracruz y los aeropuertos de la Ciudad de México y de Cancún son los puntos neurálgicos de la migración cubana hacia nuestro país, que tiene como finalidad pisar suelo estadunidense para acogerse a la Ley de Ajuste Cubano.
Sin embargo, con la llegada masiva de cubanos desde Florida y La Habana, principalmente, el índice de violencia en la península de Yucatán fue en aumento desde 2005.
La presencia cada vez más activa de grupos de isleños radicados en Miami que se dedican al tráfico de indocumentados en Cancún, Playa del Carmen, Isla Mujeres e Isla Convoy, pero sobre todo la disputa por el control de rutas que inicialmente fueron del narcotráfico, desató desde 2007 una violencia nunca vista en el estado.
El cubano Luis Lázaro Lara Morejón fue ejecutado en julio de 2007 de 10 balazos en una brecha de la carretera Cancún-Mérida. A finales de septiembre, un cubano residente en Florida, Maximiliano Reyna Molas, Richard Agüero, fue acribillado en el estacionamiento del mercado de artesanías Coral Negro, en la zona hotelera de Cancún.
Tres meses después, su hermano, Juan Carlos Reyna Molas, fue emboscado por un comando en el fraccionamiento residencial Santa Fe.
Luis Lázaro Lara Morejón y Maximiliano y Juan Carlos Reyna Molas son tres de los 30 cubanos ejecutados en Quintana Roo en 2007. Según las investigaciones de la PGR, los asesinados formaban parte de un grupo dedicado al tráfico de ciudadanos de la isla.
El asesinato del cubano Humberto Febles Santana, en marzo de 2008, marcó el final de la primera etapa de los nuevos inquilinos en la comunidad cubana en Quintana Roo. La segunda empezó ese año, al asumir Greg la presidencia municipal de Benito Juárez.
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